Cuando el defenestrado José Luis Ábalos llegó a la Feria de Valencia el pasado sábado 16 de octubre, su irrupción en el escenario del 40º Congreso Federal del PSOE, fue más que elocuente. Acompañado de sus fieles valencianos: Mercedes Caballero, Aaron Cano, Elisa Valía y David Calvo. «Nos estaba diciendo que cuidemos de los suyos y no sean defenestrados en el congreso regional», que se celebró el pasado fin de semana en el hotel Balí de Benidorm.
Un 14 Congreso del PSPV no exento de guerra interna, pese a la aparente unidad que se escenificó en Valencia hace casi un mes. Y la clave es quien promovió la batalla orgánica. Cuando el sábado el secretario general del PSPV y president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, subió al escenario para dar cuenta de su informe de gestión, la víspera a la votación de su Ejecutiva por parte de los delegados socialistas, José Luis Ábalos y sus fieles -entre ellos la secretaria general del PSPV en la provincia de Valencia, Mercedes Caballero-, se pusieron en pie y abandonaron el auditorio. Un desplante que el propio Ábalos justificó alegando: «Yo soy un invitado».
Según fuentes de la dirección del PSPV consultados por THE OBJECTIVE, fue «un auténtico desafío a Ximo Puig y a Pedro Sánchez», en tanto en cuanto «Puig es el barón autonómico más cercano a Sánchez y con más proyección», como evidenció la presencia del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE al día siguiente en la clausura del congreso. Según el equipo del president, la ofensa no fue tanto hacia Puig, histórico rival político de Ábalos, como a la dirección socialista de Ferraz, 70, representada ése sábado con la presencia de su vicesecretaria general, Adriana Lastra, persona de la máxima confianza de Pedro Sánchez. «Ábalos ha Intentado desestabilizar al principal barón autonómico del PSOE. Es un ataque a Pedro en la persona de Puig».
El ‘abalismo’ mermado
El plante no fue muy numeroso, ya que las primeras fugas en esta corriente han provocado que «cada vez le quedan menos fieles a Ábalos», explican estas fuentes sin obviar la «conmoción» ocasionada por las razones políticas de su caída publicadas por THE OBJECTIVE. De hecho, el ‘abalismo’ «intentó sin éxito enredar a otras agrupaciones de Alicante y Castellón» para secundar el plante pero no lo consiguió, dejando «la rabieta» únicamente para el núcleo duro del ex ministro y ex secretario de Organización del PSOE.
La estrategia de Ábalos consistía en un mecanismo de presión para exigir la integración de los suyos en la Ejecutiva regional, que se cerró en la noche del sábado. De hecho, a su llegada al hotel Balí de Bernidorm, las primeras palabras del ex número tres de Ferraz fueron para pedir que «un proyecto colectivo significa contar con todos, eso creo que lo tenemos todos claro».
La maniobra del sector crítico se completaba con la ausencia de los delegados ‘abalistas’ durante la votación del informe de gestión que se aprobó por unanimidad. Algo que perseguía evitar que pudiera contabilizarse a los díscolos, sector que se ha visto mermado en las ultimas semanas por el abandono de algunos fieles al propio Ábalos. De hecho, algunos de sus seguidores como el ex delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, o el diputado por Elche, Alejandro Soler, sí permanecieron en el plenario durante el informe de gestión.
La integración de Puig
Pese a los intentos de Ábalos y sus fieles por reventar la unidad del Congreso, Ximo Puig optó por la generosidad a última hora para garantizarse el apoyo de más del 90% de los delegados que acabó cosechando su dirección regional. De los 63 cargos, Puig integró a 4 ‘abalistas’ entre los cuales el mayor exponente es Rafa García, el alcalde de Burjassot -localidad que homenajeó a Ábalos el viernes previo al 40º Congreso Federal en Valencia- y quien se enfrentó a Puig en el anterior congreso regional, sería el nuevo coordinador de diputaciones; Juan Carlos Fulgencio como responsable de Seguridad y emergencias; Maite Girau en Servicios Sociales; y Elisa Valía en Economía circular. Con la entrada de la más fiel escudera de Ábalos; Mercedes Caballero, en el Comité Federal, los afines al ex ministro aceptaron a primera hora de la noche.
Una apertura a los críticos que no necesitaba Ximo Puig, dado que tenía ya garantizados los apoyos. Según las citadas fuentes, la generosidad del president radica en la constatación de que el sector crítico no tiene capacidad de reorganizarse dado que Mercedes Caballero será también previsiblemente desbancada próximamente por Carlos Fernández Bielsa, hombre de la máxima confianza de Ximo Puig, que sale de la Ejecutiva, donde ocupada la secretaria de Relaciones Institucionales y Acción Territorial, para aspirar a la secretaría general de la provincia de valencia, que acabará por enterrar definitivamente al sector del todavía presidente de la Comisión de Interior del Congreso.