La tanqueta no se usó en Cataluña porque la pala antibarricadas aún no estaba lista
Fuentes policiales aseguran a THE OBJECTIVE que la parte frontal del vehículo no se instaló hasta hace seis meses.
La Policía Nacional no pudo usar la tanqueta en los disturbios por la sentencia del procès en Barcelona en 2019, pero sí para hacer frente a las protestas y piquetes violentos en la huelga del sector del metal en Cádiz porque «la pala antibarracadas se instaló en el vehículo apenas hace seis meses», según aseguran fuentes policiales a THE OBJECTIVE.
Este Blindado Medio sobre Ruedas (BMR) ha estado en el centro de la polémica esta semana, después de que el partido de los socios de Gobierno de Pedro Sánchez criticase su uso en las protestas para derribar barricadas de los trabajadores del metal, en la barriada de Puerto Real, donde se concentraron el mayor número de altercados. Un escenario que derivó, poco después, en que distintos miembros morados del Ejecutivo pidiesen al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que retirase la tanqueta por «humanidad».
Al mismo tiempo, otras voces del Gobierno defendían públicamente su uso y desde Interior apuntaban a THE OBJECTIVE, en cambio, que el empleo de este coche blindado dependía del «mando del dispositivo policial» y que, en ningún caso, debía ser autorizado por «el Ministerio del Interior o la Dirección General de la Policía». Finalmente, según informa este periódico, fue José Antonio Pacheco, subdelegado del Gobierno en Cádiz, quien pidió este martes a los mandos del operativo desplegado que retirase estos vehículos, ante la presión de Unidas Podemos al Ejecutivo de Pedro Sánchez. La tanqueta no volvió a utilizarse desde el martes, apenas dos días antes de que patronal y trabajadores llegaran a un acuerdo.
No obstante, las críticas no solo han partido de una parte de la clase política, sino también de distintos sindicatos policiales. Y es que la decisión de usar el BMR en estas protestas contrastaba con la que había tomado la Policía Nacional de Cataluña en 2019, durante los disturbios por la sentencia del procès, mucho más violentos y que dejaron gravemente heridos a tres agentes agentes—retirados anticipadamente del Cuerpo a causa de las lesiones— por los adoquines que les arrojaron en una batalla campal.
Interior consideró entonces que no era necesario el empleo de estos vehículos por parte de los policías antidisturbios desplegados en la zona, pese a la petición insistente del Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Confederación Española de Policías (CEP), el Sindicato Profesional de Policía (SPP) y la Unión Federal de Policías (UFP).
Acondicionamiento
La realidad, sin embargo, obedecía a que los dispositivos no estaban «operativos» para derribar las barricadas que los violentos habían dispuesto en distintas calles de la capital catalana. Fuentes solventes de la Policía Nacional, consultadas por este diario, explican que durante el otoño caliente en Cataluña ninguna de las dos tanquetas con las que contaba la Unidad de Intervención Policial (UIP) tenía instalada la pala antibarricadas.
No fue hasta mediados de este año cuando, tras haberla encargado meses atrás, se dispuso en uno de los vehículos blindados que posteriormente los agentes utilizarían en las protestas gaditanas. Hasta entonces, la Policía Nacional había «desartillado los BMR, eliminando la torreta armada de la parte superior, y los había pintado de azul».
Estos Blindados Medios sobre Ruedas son dos vehículos jubilados por el Ejército de Tierra, que la Dirección General de la Policía homologó y trasladó a las Unidades de Intervención Policial (UIP) a finales de 2017 para su uso frente a grandes concentraciones o retirar obstáculos de carreteras. Tal y como han hecho los agentes esta semana en el barrio gaditano de Puerto Real, con la pala con la está equiparada la parte frontal del vehículo. Con una longitud de 6,15 metros y un peso de casi 15 toneladas y media, tiene capacidad para transportar en su interior a siete personas.