Indignación policial con la nueva directora de la Ertzaintza: «Su comisaría era un caos»
Los ertzainas critican que su nombramiento se debe a una cuestión «de imagen» y no de «aptitudes profesionales»
Indignación en la Ertzaintza con el nombramiento de la nueva responsable del cuerpo autonómico, Victoria Landa Moñux. Tras ser propuesta para el puesto por el vicelehendakari primero y consejero de Seguridad, Josu Erkoreka, este martes el Consejo de Gobierno Vasco aprobó su designación como máxima responsable de la policía vasca. Landa, además, es la primera mujer que ocupa el cargo. Esta elección, sin embargo, ha levantado ampollas entre los agentes, quienes ven en su ascenso una intención «de lavar la imagen de la Ertzaintza de cara a la galería» por parte del Ejecutivo vasco, que «no hará nada» por solventar los múltiples problemas a los que se enfrentan los ertzainas.
Desde el Sindicato Profesional de la Ertzaintza (SiPE) critican que el ascenso de Victoria Landa «se debe a motivos de imagen» y «no atiende a sus méritos profesionales». Y van un paso más allá respecto a lo último: «La nueva directora proviene de generar un auténtico caos en la jefatura de su comisaría de Vitoria, convirtiendo esta en la que haya sido la peor jefatura en la historia de la Ertzaintza. Lo que demuestra que este nombramiento solo tiene un carácter populista, y nada tiene que ver con la cualificación y aptitudes profesionales de la designada», critican.
Landa ingresó en el cuerpo el 14 de noviembre de 1983, formando parte de la tercera promoción. Por ahora, es la única mujer en la Ertzaintza que ejerce de intendente, la máxima en la escala del cuerpo policial. Hasta este martes, ejercía como jefa de la comisaría de Vitoria-Gasteiz, cargo al que ascendió en 2017. Departamento policial en el que «cundió la desorganización» a partir de su llegada, según denuncia este sindicato policial. «Su nombramiento no servirá para solucionar los problemas que tenemos actualmente. Estamos seguros de que se perpetuarán en el tiempo. Conociendo los antecedentes laborales de Victoria Landa se acrecentarán en próximos tiempos», advierten.
Acoso laboral
Respecto al nombramiento de la nueva responsable, el Ertzainen Nazional Elkartasuna (Erne), sindicato mayoritario de los agentes vascos, señala que lo «acepta con respeto» y espera que Landa «mejore el caos» que sufre la Ertzaintza en muchos ámbitos como «la ordenación de relación de puestos, la formación de los policías o la falta de medios». No obstante, un portavoz de Erne recuerda que «es importante que la dirección de la Ertzaintza sea alguien con experiencia y que conozca el cuerpo autonómico de arriba a abajo». «El tiempo dirá si han acertado o no», sentencian.
En un comunicado, el SiPE también insiste al Gobierno vasco que solucione los problemas laborales que afectan a todos los ertzainas «y deje de lado los populismos y lavados de imagen». El Sindicato Profesional de la Ertzaintza pone ejemplos y recuerda el problema que todavía siguen sufriendo dos agentes mujeres en la comisaría de Hernani por parte de otro agente y esperare de una de ellas, o la denegación de la reducción de jornada a una agente enferma de cáncer por parte de la dirección del cuerpo autonómico.
A comienzos de semana, también fue noticia el nombramiento del nuevo jefe de otro cuerpo autonómico, el de los Mossos d’Esquadra. La Consellería de Interior de la Generalitat de Cataluña tomó la decisión de cesar al mayor Josep Lluís Trapero, y relevarlo por Josep Maria Estela, jefe de la región policial del Camp de Tarragona. La destitución, en cualquier caso, no pilló por sorpresa a quien estuviera al frente del cuerpo entre 2013 y 2017, y desde noviembre de 2020, una vez que fue absuelto por la Audiencia Nacional por su papel en el 1-O y restituido por el Gobierno catalán.
Fuentes policiales aseguraron a THE OBJECTIVE que para Trapero su cese era la confirmación de una noticia que esperaba desde hace meses, puede incluso que años, habida cuenta del malestar que existía en el seno del Govern por su falta de intervención en determinados casos de la unidad anticorrupción de la Comisaría General de Investigación Criminal (CGIC) de los Mossos d’Esquadra. La «autonomía» que había adquirido este departamento policial despertaba ampollas entre el poder político catalán, sostenían las mismas fuentes. De hecho, apuntaban que estaba en marcha otra gran operación que afectaba a miembros del Govern y esto podría haber acelerado una destitución que, en cualquier caso, tenían decidida desde hace tiempo en la Consejería catalana de Interior.