PP y Cs alejan su fusión fría en Aragón tras el adelanto electoral de Castilla y León
Ambos partidos ven complicado unas posibles listas conjuntas en Zaragoza. La coalición para las autonómicas se antoja aún más difícil
El adelanto electoral en Castilla y León ha distanciado aún más al Partido Popular y Ciudadanos. Los comicios del 13-F han dejado víctimas colaterales en comunidades autónomas vecinas. Un caso significativo es Aragón, donde ambos partidos gobiernan sin sobresaltos el Ayuntamiento de Zaragoza con el apoyo externo de Vox. En la capital maña habían surgido en los últimos meses voces para ir en coalición a los comicios municipales de 2023 e, incluso, explorar una lista conjunta para las autonómicas. Una fusión fría que ahora se aleja río abajo como la última crecida del Ebro.
Los votos de Ciudadanos en Zaragoza pueden ser determinantes para que el consistorio bascule a un lado u otro. Para entrar en el Consistorio se necesita superar el umbral del 5% y las encuestas apuntan a que los naranjas se mueven en estos momentos entre el 3-4%. Esos miles de votos de Cs -entre 10.000 y 15.000- podrían acabar en la basura en 2023, de ahí que el PP de Jorge Azcón tema que le pase como a los socialistas en 2019, que vencieron en los comicios pero no pudieron formar gobierno al quedarse la Chunta Aragonesista (CHA) muy cerca del 5% y ver cómo esos ediles pasaban al centro-derecha.
Azcón ha hecho gala en los dos últimos años de la buena sintonía que tiene con Ciudadanos y en varias ocasiones ha abogado por ir de la mano a los próximos comicios, pero el desenlace de Castilla y León le ha puesto en guardia y en los últimos días ha matizado sus palabras. Mientras, Ciudadanos esperará a que el alcalde de Zaragoza y nuevo líder del PP en Aragón decida si continúa en el ayuntamiento o da el salto al ruedo regional contra un PSOE, en el que no está claro si Javier Lambán será su candidato debido a los recientes problemas de salud. Pedro Sánchez tiene en la recámara a la ministra de Educación, Pilar Alegría.
El líder de los naranjas en Aragón y actual ‘número tres’ nacional de Ciudadanos, Daniel Pérez, estuvo cerca de ser presidente autonómico en 2019 con una ‘fórmula Borgen’ que el PP de Luis María Beamonte aceptó inicialmente y que pasaba por colocarle al frente del Gobierno aragonés, siendo la tercera fuerza política, gracias al apoyo de los populares y del Partido Aragonés (PAR). Sin embargo, Lambán se movió muy rápido para cerrar un acuerdo con los regionalistas y desactivar esa posible ecuación de un tripartito del centro-derecha.
La mano tendida de Cs al PAR
Precisamente, Ciudadanos ha tendido en los últimos meses la mano a un PAR en sus horas más bajas para crear una «casa común del centro» en Aragón de cara al ciclo electoral de 2023. Una posibilidad que ha alterado el tablero político en esta comunidad autónoma. Por un lado, el vicepresidente del Gobierno y líder de esta formación regionalista, Arturo Aliaga, ve con recelos el movimiento del partido de Inés Arrimadas, al entender que va dirigido a su sector crítico, mientras que el Partido Popular mira de reojo esa posible confluencia y acusa a los naranjas de querer captar cargos para este proyecto.
Fuentes populares consultadas por THE OBJECTIVE censuraron en noviembre la «doble vara de medir» del partido de Arrimadas. «Critican a los de Ciudadanos que se van al PP mientras quieren hacer lo mismo con los del PAR», avisaron sobre el último movimiento naranja que tildan de «búsqueda de tránsfugas» en el regionalismo centrista.
En Ciudadanos negaron esa eventualidad. «Para nada hay una opa. No aceptaremos a ningún tránsfuga del PAR, sino que queremos abrir vías de colaboración con ellos ante el cantonalismo y el nacionalismo» que, en opinión de fuentes naranjas, promueven Teruel Existe y la CHA, la formación regionalista de izquierdas.
Desde el partido de Arrimadas creen que el PP ve con «preocupación» la iniciativa naranja porque «un centro fortalecido», en una especie de Aragón Suma, pone en riesgo el plan de Génova de fagocitar a Ciudadanos y el PAR de aquí a las elecciones de 2023. La formación naranja se ha lanzado a por un PAR que está «roto» después de que Aliaga venciese en octubre en el último congreso de la formación por apenas 20 votos a su contrincante, Elena Allué, en medio de una enorme tensión por las acusaciones de pucherazo desde el sector crítico.
Dividido en dos corrientes, el PAR está en un momento delicado que para Ciudadanos puede ser una oportunidad de incrementar su afiliación y copar el espacio electoral del centro en Aragón. La formación regionalista cuenta con tres escaños (el 5,06% de los votos en las elecciones de 2019) frente a los 12 diputados y 16,7% de los sufragios que obtuvo Cs en aquellos comicios. Y los ha sabido hacer contar en el Ejecutivo de Lambán ya que el PAR cuenta con una vicepresidencia para Aliaga y la estratégica Consejería de Industria, mientras que Pérez ‘vaga en el desierto’ de la oposición sin apenas poder condicionar al Gobierno regional. En 2020, Cs dio su apoyo a las cuentas de Lambán a cambio de una serie de concesiones en plena pandemia, pero en este 2021 se ha vuelto al ‘no’.