Sánchez vuelve a retrasar la mesa sobre Cataluña: «Tenemos otras prioridades»

La mesa de diálogo con Cataluña no es ya una prioridad que condicione la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado y la continuidad de la legislatura, y por ello el Ejecutivo aprovecha la coyuntura para retrasar su celebración, prevista para este mes de enero según lo acordado con el presidente catalán, Pere Aragonès. Fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE explican que «el overbooking de enero» deja el asunto en un segundo plano: «Tenemos otras prioridades».

La sexta ola de la covid-19, la negociación de la reforma laboral y la campaña electoral de las elecciones en Castilla y León han descuadrado los esquemas de inicio de curso político hasta el punto de considerar la mesa de diálogo para Cataluña -antaño crucial para la estabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez- como una cuestión menor. La prioridad actual es la aprobación del decreto de la reforma laboral, por la presión de la cuenta atrás de menos de un mes para su aprobación en el Congreso de los Diputados. 

El pasado lunes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, explicó en una entrevista en la Cadena SER que la mesa de diálogo «tendrá lugar, se celebrará, pero ahora mismo las instituciones estamos en algo mucho más importante para la ciudadanía, como es la urgencia sanitaria».

La mesa de diálogo, «ya veremos si en febrero»

En consecuencia, fuentes del Ejecutivo afirman con total seguridad que la celebración de la reunión «no se producirá en enero» y «ya veremos en febrero». En Moncloa son cautelosos para evitar pillarse los dedos cerrando una fecha que pueda incumplirse nuevamente y disponen de una excusa para justificarlo. Según el Gobierno, para que se reúna le mesa de diálogo «tendrá que haber un acuerdo previo» que centre el orden del día de la nueva reunión y evitar así que la cita vuelva a versar sobre las dos reclamaciones históricas del independentismo: la autodeterminación y la amnistía de los presos.

Dos cuestiones inaceptables para el Gobierno, que quiere poner el foco en las cuestiones técnicas que abordarán en la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, que se celebrará a finales del mes de enero y que se centrará en analizar temas como el traspaso de competencias, inversiones e incumplimientos del Estatuto catalán en materia de infraestructuras o financiación. 

Según las citadas fuentes gubernamentales, las conversaciones se producen entre el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y la consejera de Presidencia, Marta Vilagrà, de forma discreta, y en base al carácter institucional del órgano de conversación entre gobiernos. Pero los planes de Pedro Sánchez pasan por reforzar el papel del primer secretario del PSC, Salvador Illa, recién elegido en el cargo a mediados de diciembre. 

Forzar un acuerdo de ERC con Illa

Así las cosas, lo que pretenden en Moncloa es que las conversaciones de las mesa de partidos en Cataluña se sucedan en paralelo a las conversaciones entre los poderes ejecutivos. De hecho, ésta es una de las reclamaciones más reiteradas de Pedro Sánchez: «que Cataluña dialogue con Cataluña» y lo haga en unas conversaciones que Sánchez quiere que lidere Illa para forzar un acuerdo previo con sus socios republicanos.

Una forma de apuntalar la alianza entre el PSC y ERC que se produjo en la celebración de la última mesa de diálogo, que se celebró sin sus socios de JuntsXCat, pese a las dudas de que este encuentro pudiera celebrarse en caso de consumarse la ruptura del bloque independentista.