La estrella de Iglesias se apaga: de aspirar a un grupo mediático iberoamericano a un podcast de Roures
El ex líder de Podemos y vicepresidente del gobierno salió de la política y apostó por tener un programa de televisión propio. Ahora afronta el fracaso de su plan
El ex líder de Podemos y ex vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, ha anunciado esta semana que dirigirá un podcast en el periódico Público de su empresario amigo y afín Jaume Roures. El proyecto audiovisual se mantendrá en el ámbito del contenido periodístico y social al que Iglesias ha intentado dedicarse tras su salida de la política activa. El problema es que en estos meses el ex político buscó por todos los medios hacerse con un programa de televisión y hasta aspiró a crear un grupo mediático capaz de enlazar España con América Latina. El término «fracaso» circula ya sin ambages en las conversaciones con miembros y cuadros de Podemos.
Iglesias tiró de ironía el pasado jueves para anunciar el lanzamiento de su nuevo podcast. Todavía se desconoce a cuánto público aspira a llegar, aunque todo apunta a que será menos de lo que en un primer momento podía esperar si hubiese desembarcado en televisión. La plataforma en la que se estrenará (el diario Público) tiene, por ejemplo, en su formato de televisión digital unos 100.000 seguidores: cifras ampliamente inferiores a los influencers e youtubers del momento.
Iglesias empezó en 2012 con una pequeña productora de contenidos audiovisuales y como presentador de programas locales que le sirvieron para dar el salto a la pantalla como tertuliano. De ahí, se convirtió en político, hasta llegar a la vicepresidencia bajo las órdenes del socialista Pedro Sánchez (a quien en un principio aspiraba a dar el sorpasso). Tras su derrota en las elecciones de mayo de 2021 en Madrid, decidió tirar la toalla. Sobre su salida hay rumores de todo tipo, aunque algunos que trabajaron con él afirman que el líder «llevaba cansado de la política mucho tiempo». A la vez, la idea de ser un segundón de Sánchez difícilmente podía resultar atractivo a quien quiso asaltar el poder. De ahí que apostara por volver a tener protagonismo a través del mundo audiovisual.
Programa con «emisiones periódicas»
Nada más dejar sus cargos, se centró en crear algo parecido a un programa de televisión. Fuentes cercanas al ex vicepresidente explicaron que el primer planteamiento del líder morado consistía en liderar un programa televisivo «con emisiones periódicas» (es decir, semanal o mensual) y de «periodismo crítico» (expresión empleada por el propio Iglesias) centrado en los asuntos sociales.
La idea que tenía en mente el magnate Jaume Roures -el primero que habló con Iglesias sobre ese proyecto- era reeditar o emular el estilo de Jordi Évole durante su etapa en Salvados. El problema era y sigue siendo el dinero. La productora de Roures, Mediapro, no pasa por un buen momento. Varias fuentes de Podemos explicaban que la deuda del grupo y el peso de los chinos en el accionariado limitan la libertad de acción del magnate catalán.
Poco antes de la pandemia, Mediapro recibió una inyección de capital de 500 millones de euros, pero su deuda sigue rozando los 1.000 millones de euros. El grupo pidió de hecho ayuda a la SEPI, mientras que sigue siendo una incógnita el papel del grupo chino Orient Hontai, que detiene el 54% del capital de Mediapro, valorado en 1.016 millones. Roures y Tatxo Benet conservan el 12% de las acciones.
Además de los problemas económicos de Roures, su influencia en el contexto televisivo español también está debilitado. El espacio está muy copado, y tampoco es fácil asegurarse un hueco en las plataformas digitales. Máxime porque la credibilidad del expresidente como «periodista crítico» puede resultar cuestionable,
«Red de medios»
El entusiasmo tras la derrota electoral madrileña era, sin embargo, mucho. Poco antes del verano, Iglesias y algunos de sus emisarios estuvieron llamando a empresarios en América Latina. Fueron contactados importantes y adinerados interlocutores, algunos de ellos con negocios externos al mundo de los medios, por ejemplo en el caso de Argentina a empresas que se dedican a productos farmacéuticos, con el objetivo de crear algo parecido a lo que en los papeles de la consultora Neurona se llamó la «red iberoamericana de medios de comunicación» entre España y América Latina. En el proyecto originario se planeó la creación de 52 medios digitales en 10 países, con la clara vocación de defender la política de Nicolás Maduro y el gobierno venezolano.
Con Iglesias ya fuera del Gobierno, se trataba de crear un algo parecido a un «grupo empresarial» o «plataforma» que cruzara el charco y se identificara en los postulados de la izquierda en auge de América Latina y de Podemos. Juan Carlos Monedero ayudó en dicha tarea, tal y como se publicó en varias exclusivas en Vozpópuli.
Además de Argentina, otros países como Bolivia y Perú entraron en la agenda de los encargados de buscar apoyos. Esta plataforma aspiraba a una tarea parecida a la coordinación con otras terminales afines, como Pagina12 o Nodal. Este último, es un diario ya aliado de La Última Hora de Dina Bousselham y su dueño, Pedro Briegel, forma parte del CELAG, un centro de estudios que conecta a varias personalidades de la izquierda en América Latina, y al que también pertenece Monedero. Entre ellos, figuran entre los socios del grupo políticos como Álvaro García Linera y Rafael Correa, quien ha manifestado su apoyo a Iglesias tras el anuncio del nuevo podcast.
Retrasos en la hoja de ruta
Las cosas, sin embargo, no iban bien. En los meses de otoño, Iglesias multiplicó sus colaboraciones con todo tipo de medios de comunicación: desde los independentistas hasta la Cadena Ser, con la que había mantenido durante años un duro enfrentamiento. Hasta poco antes de Navidad, cuando el ex líder morado empezó a buscar formatos diferentes para su nueva creación mediática, tal y como publicaba THE OBJECTIVE. Las fuentes consultadas mantenían la línea de un programa de televisión, hablaban de «preparación», aunque admitían los retrasos en la hoja de ruta prevista. Finalmente no pudo ser. Y todo ha acabado de momento con podcast patrocinado por Público.
Cuando Íñigo Errejón perdió las elecciones de noviembre de 2019 tras presentarse con su nuevo partido Más País, los dirigentes de Podemos se rieron de su excompañero diciendo que había pasado «de estrella a estrellado». Ahora que Iglesias tarda en lograr la confianza y los fondos necesarios para crear un producto propio que vaya más de un podcast, no son pocos los miembros del partido que el exlíder de los indignados fundó en 2014 que le definen a él de estrellado. Aunque muchos creen que todo es transitorio, que no se puede excluir nada de un político como Iglesias, y que en cuanto al dinero, o sea a su remuneración, la cuestión se resolvió hace tiempo. «Su vida está resuelta». En esto ha quedado el enfant terrible de la política española.