Piden revocar los honores que Franco concedió a Hitler con motivo de la visita del canciller
La ARMH pide a Scholz una disculpa pública por la «responsabilidad histórica» de su país en la construcción y consolidación de la dictadura franquista
«España erigió un monumento a Hitler. Está en el BOE y nadie lo ha derribado aún», afirma Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). La organización memorialista reclama al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que revoque los honores que Franco concedió al dirigente nazi y que siguen vigentes porque ningún gobierno democrático los derogó. La solicitud coincide con la visita a España del nuevo canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, al que también piden una disculpa pública por la «responsabilidad histórica» de su país en la construcción y consolidación de la dictadura franquista.
La decisión de reconocer a Hitler se tomó en una Junta de Defensa Nacional el 1 de octubre de 1937, pero no apareció en el Boletín Oficial del Estado (BOE) hasta el día 4. Concretamente, en la publicación número 349, firmada en Burgos, ciudad que los sublevados tomaron como base de operaciones durante la Guerra Civil. El decreto 376, en su artículo único, concede «el título de Gran Caballero y el Collar de la Gran Orden Imperial de las Flechas Rojas al Führer Canciller de la Nación Alemana Adolf Hitler».
El agradecimiento de Franco
Franco impuso la condecoración, la de mayor rango durante la dictadura, como agradecimiento a la decisiva ayuda militar y financiera prestada por Alemania para decantar la contienda a su favor. No fue el único que la recibió ese día: el caudillo también agració con ella al dictador italiano Benito Mussolini como «signo real y firme a la amistad de los pueblos que, en esta hora trágica de nuestra cruzada contra la barbarie, nos honraron con su reconocimiento sincero y amistad generosa».
«Sin esa ayuda, la guerra hubiese sido otra cosa. Hitler y Mussolini mandaron aquí a su aviación y eso resultó determinante», afirma Silva a THE OBJECTIVE. En su opinión, si Picasso no hubiese pintado el Guernica, ni siquiera se hablaría del daño que causaron. Para la ARMH, que el Gobierno revoque las condecoraciones, que «siguen estando vigentes hasta que nadie las derogue», también sería un gesto para los 9.700 republicanos españoles deportados a la Alemania nazi. La mitad no logró sobrevivir.
En los últimos años, muchos municipios españoles han comenzado a retirar este tipo de distinciones recibidas durante el franquismo, pero no hay una ley específica. Ni siquiera la de Memoria Histórica aprobada en 2007. «No solo no lo incluye, sino que ha causado muchos problemas. Por ejemplo, con el cambio de nombre a las calles. Es una norma muy vaga», se lamenta Silva. En su opinión, no hay voluntad política.
«Que no se revoquen los honores a Hitler es solo un agravio más», destaca el presidente de la ARMH. Sostiene que, durante más de cuatro décadas, ningún gobierno democrático ha sido capaz de anular esa condecoración, pero tampoco de reparar a las víctimas del franquismo. Silva recuerda que, hasta ahora, el Estado tampoco ha colaborado en la exhumación de los republicanos asesinados, lo que motivó la creación de su organización hace más de dos décadas.
Sin respuesta
Silva relata que, a pocos metros del Palacio de La Moncloa, residencia del presidente, sigue en pie el Arco de la Concordia, levantado por el régimen franquista en los años cincuenta para conmemorar su victoria en la Guerra Civil. Un lugar por el que pasará este lunes el canciller alemán para reunirse con Sánchez, con quien abordará temas como la cumbre de la OTAN que acogerá Madrid a finales de junio, la pandemia, la recuperación económica o la posibilidad de reformar el Pacto de Estabilidad. No hay previsto ningún punto sobre políticas memorialistas.
En la ARMH creen que la visita del Scholz es idónea para reclamar la retirada de los honores a Hitler. No es la primera vez que lo piden. Lo han intentado en varias ocasiones sin recibir respuesta del Gobierno. La embajada alemana se ha limitado a recordar que ha acudido a homenajes, como los celebrados en la localidad vasca de Guernica por el brutal bombardeo.
En 2014, durante una visita de Angela Merkel a Santiago de Compostela, Darío Rivas, hijo de un alcalde gallego fusilado por el franquismo, intentó sin éxito entregar una misiva a la canciller. Tenía 94 años. Murió cinco más tarde sin conseguir su propósito. Rivas fue también la persona que presentó en 2010 en un juzgado argentino la querella que comenzó la investigación sobre los crímenes del franquismo.
Las víctimas también solicitan una disculpa pública al canciller. Consideran que su país tuvo una «responsabilidad histórica» en la construcción y consolidación de la dictadura en España. Para alcanzar ese objetivo, la ARMH ha enviado una carta a la Embajada de Alemania en nuestro país, a 30 eurodiputados alemanes y a 120 parlamentarios del Bundestag, incluido Scholz, que tomó el relevo de Merkel el pasado 8 de diciembre.
«Alemania ha pedido perdón a Polonia, Austria y Países Bajos, pero nunca a España. Somos una especie de infraciudadanos», afirma Silva. En su opinión, el país centroeuropeo está obligado a disculparse por la ayuda que otorgó al franquismo, que era «un proyecto de nazismo en España». Las condecoraciones de Franco no se suscriben a Hitler y Mussolini. El caudillo también nombró Caballeros de la Orden Imperial del Yugo y las Flechas a 338 dirigentes nazis en septiembre de 1941.