Sánchez da oxígeno a López Obrador tres meses después: luz verde a su embajador
Después de tres meses de rumores que han mostrado el distanciamiento entre los ejecutivos de ambos países, España ha dado el ‘plácet’ a Quirino Ordaz
El Gobierno de España ha concedido finalmente el plácet al embajador designado por Andrés Manuel López Obrador para encabezar la legación diplomática mexicana en Madrid. Después de tres meses de rumores que han mostrado el distanciamiento entre los ejecutivos de ambos países, el Ministerio español de Asuntos Exteriores ha enviado este viernes una nota verbal a la Embajada de México ante España en la que concede el beneplácito a Quirino Ordaz como nuevo embajador.
Así lo ha anunciado el secretario de relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, en su cuenta de Twitter. «Les comparto, por instrucciones del Presidente López Obrador, el beneplácito otorgado a Quirino Ordaz como Embajador de nuestro país ante el Reino de España. Procedo a turnarlo a la Secretaría de Gobernación para los efectos de ley», ha indicado el jefe de la diplomacia mexicana.
La tardanza del Gobierno de Pedro Sánchez para conceder el plácet al embajador elegido hace tres meses por el presidente mexicano, un trámite que suele ser cuestión de pocas semanas, había desatado un gran revuelo en el país latinoamericano, tal y como adelantó THE OBJECTIVE. En círculos diplomáticos y medios de comunicación mexicanos se había llegado incluso a especular con que España iba a denegar el plácet al Ordaz, exgobernador del estado de Sinaloa y político del PRI, partido que encabeza la oposición al presidente mexicano.
Sin embargo, como adelantó este diario, Exteriores mantenía oficialmente que el trámite seguía su curso a pesar de que habían pasado casi tres meses desde que México solicitó el plácet. Fuentes diplomáticas españolas en Ciudad de México confiaban en que se acabaría concediendo el plácet a Ordaz, aunque admitían que se estaba produciendo un retraso mayor al habitual en una suerte de tirón de orejas al presidente mexicano por sus desaires de los últimos años hacia España.
Los desaires de López Obrador a España
Algunas de las fuentes consultadas y analistas en México indican que la situación es una muestra de la «parálisis» que han sufrido las relaciones entre los gobiernos de Sánchez y López Obrador durante los últimos tres años. «En la historia reciente de la diplomacia mexicana no se recuerda que un Estado extranjero haya negado el beneplácito a nuestro país. Parte del problema es que la Secretaría de Relaciones Exteriores está en manos de un político sin experiencia diplomática», escribía recientemente el exdiplomático mexicano Agustín Gutiérrez Canet en el diario Milenio.
El que fuese encargado de negocios de la embajada de México en España en 1991, desgranaba en un artículo una lista de desaires de la Administración mexicana contra España desde que López Obrador preside el país latinoamericano. «A la toma de posesión de nuestro presidente en el Palacio de San Lázaro, el rey de España, Felipe VI, fue sentado en un palco lateral mientras que el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ocupó un asiento en la primera fila del palco central. Las descortesías al final se pagan», señalaba Gutiérrez Canet como ejemplo.
El inicio del distanciamiento
Mucho ha cambiado la sintonía entre los gobiernos de ambos países, que inicialmente se profesaban simpatía mutua por su tendencia de izquierdas. A principios de 2019, Pedro Sánchez se convirtió en el primer mandatario extranjero en realizar una visita oficial a México desde la toma de posesión del actual presidente mexicano. Sin embargo, en la primera rueda de prensa de aquella visita de tres días, López Obrador dejó perpleja a la delegación española con sus ahora habituales críticas a las empresas españolas, a las que en más de una ocasión ha señalado por «saquear» los recursos de México.
La visita concluyó con una comida en la que, según fuentes diplomáticas, el presidente mexicano avanzó a Sánchez su intención de exigir públicamente a España y a la Casa Real una disculpa por los presuntos abusos cometidos durante la conquista. La misiva al rey Felipe VI fue enviada meses después. No iba firmada por el mandatario mexicano ni por el ministro de Exteriores, sino por una funcionaria de segundo rango, la directora de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo.
Empleados de la Embajada mexicana en España destacan lo insólito de la situación. No recuerdan precedentes de un periodo de interinidad como el actual en la legación diplomática, que se encuentra descabezada desde que la exembajadora Carmen Oñate abandonase el cargo tras apenas un año en él. Su antecesora, Roberta Lajous, había encabezado la Embajada durante siete años (2013-2020), dejando las relaciones entre ambos países en su mejor momento histórico.
Para ocupar el vacío dejado tras la salida de Oñate, en noviembre el Gobierno de López Obrador envió a Madrid como encargado de negocios ad interim a Óscar Arturo Esparza Vargas. Se trata de un veterano diplomático con amplia trayectoria en el servicio mexicano, cuyo anterior cargo era el de embajador de México en Santa Lucía.