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Los alcaldes que abandonan Vox: «Han pasado del todo por España al todo por la pasta»

No dejan la política, se pasan a TúPatria, una escisión de la formación de Santiago Abascal creada en 2020

Los alcaldes que abandonan Vox: «Han pasado del todo por España al todo por la pasta»

Javier Pedrero e Ignacio Rubio, alcaldes que abandonan Vox. | Erich Gordon

«La España vaciada es una realidad difícilmente revertible. No hay interés ni de Vox ni de nadie», se lamenta Ignacio Rubio, alcalde de Campolara, en Burgos. Hace unas semanas abandonó «decepcionado» la formación que preside Santiago Abascal. En tres años como regidor nunca ha recibido una llamada del partido. Una experiencia similar a la que padeció Javier Pedrero, alcalde en Cañizar de Amaya: «Han pasado de todo por España a todo por la pasta».

Ambos regidores han decidido abandonar Vox en plena campaña electoral en Castilla y León. Lo que no dejan es la alcaldía. «Cuando me comprometo, cumplo», afirma Rubio, de 53 años. Nació en Burgos, pero ha estado media vida fuera de España. Ha vivido en tres continentes y trabajado como arquitecto. Ahora es vigilante de seguridad, reside en la capital burgalesa y se desplaza varias veces a la semana a Campolara, a 60 kilómetros de distancia.

Los cinco alcaldes de Vox

«No soy político, ni quiero serlo. En Vox pidieron que alguien del pueblo se postulase para alcalde, pero nadie quiso por miedo a represalias. Me ofrecí yo, aunque nunca pensé que saldría», se sincera Rubio. Llegó a la formación verde por la «insistencia» de su hermano. Le ilusionó el ideario, pero ahora tiene la sensación de haber perdido «esfuerzo, tiempo y dinero», reconoce a THE OBJECTIVE

Rubio está preocupado. Dice que su municipio, con solo 29 habitantes censados, se muere. Necesita inversiones. No llegan y a su antigua formación «nunca le interesó, aunque siempre hable de despoblación». Y contraataca: «Vox tenía cinco alcaldes en España, tres en Castilla y León. Ya solo le queda uno». Culpa de la situación a sus excompañeros.

Ignacio Rubio, alcalde de Campolara que abandona Vox.

«Ni desde Burgos ni desde la capital me han preguntado nunca por el pueblo», reconoce Rubio. Durante su desempeño como regidor no recibió, dice, ni una sola llamada. Algo cambió al acercarse las autonómicas: el partido le contactó para que formara parte del equipo de seguridad y eso le molestó. «En Madrid no quieren hablar conmigo como alcalde pero me quieren para que les guarde las espaldas», revela con sorna.

El alcalde de Campolara sostiene que, si Vox hubiese estado más pendiente del municipalismo, «podría tener 20 alcaldes en la provincia». Sin embargo, lamenta que solo exista interés por «lo nacional». Asegura que siempre fue bastante escéptico con la política, pero que ahora ha comprobado que no existen mecanismos reales para que «alguien pueda hacer algo por sí mismo».

Un chalé «como el del coletas»

La experiencia de Javier Pedrero tampoco fue positiva. Este bilbaíno de 64 años desembarcó en Vox en 2018 y un año después se convirtió en alcalde de Cañizar de Amaya. Llegó fascinado por su ideario, pero con el tiempo perdió la confianza: «Han pasado de todo por España a todo por la pasta». Además, califica de «inmoral» que Abascal se haya comprado un chalé «como el del coletas».

«Como regidor no cobro nada, pero lo que no sabía es que iba a costarme mi dinero», lamenta Pedrero. Le molesta que durante todos estos años en el partido no haya merecido «ni un mísero café». En su opinión, Vox debe de ser el partido que más dinero tiene en sus cuentas porque «no se gasta nada». Aunque lo que más le indignó es que nadie se pusiera en contacto con él para conocer las necesidades de su municipio, de 75 habitantes.

Javier Pedrero, alcalde de Cañizar, y la presidenta de TúPatria, Carmen Gomis.

Pedrero sostiene que los dirigentes de la formación verde solo piensan en clave nacional: «Vienen, dan su discursito y otra vez a Madrid». Él reside en Burgos y se desplaza dos veces por semana a la localidad en la que ejerce de alcalde. Pero su compromiso con Vox no se acababa ahí. Abría cada tarde su sede en la capital burgalesa y se encargaba de afiliar a quienes llegaban.

«Conozco a todos los militantes de la provincia, pero no a Juan García-Gallardo. Calculo que llevaría tres días en el partido cuando anunciaron su candidatura, aunque es imposible demostrarlo», asevera.  Pedrero lamenta que «entre más de 4.000 militantes no hubiese ninguno preparado para ser candidato». En su opinión, mucha gente está «abriendo los ojos» y por eso dejan el partido. Según sus cálculos, solo en Burgos 45 militantes se han dado de baja en lo que va de año y otros 120 se marcharon el curso anterior.

Las «franquicias» de Vox

El alcalde de Cañizar sostiene que la gente no cambia de ideales, pero que estos son bonitos hasta que «te los joden». Por ejemplo, lamenta que Abascal esté «abriendo franquicias como si Vox fuese un McDonalds». Eso, y el mal rollo que asegura que existe en el seno de Vox en Burgos, le llevaron a dar el salto hasta TúPatria, un partido fundado en 2020 por antiguos miembros de la formación verde. Ahora es el presidente provincial.

En esa nueva aventura le siguen una veintena de antiguos militantes de Vox en Burgos. Entre ellos, el alcalde de Campolara, Ignacio Rubio. Da el paso porque ambas formaciones tienen un ideario parecido y porque Pedrero «necesita ayuda». Se queja de que «en Vox la cifra de afiliados nunca ha sido pública» y piropea al regidor de Cañizar: «Se los conocía a todos porque para él no eran simples números».

Rubio acaba de publicar una novela, Fermín Baztán, un hombre bueno al que quiere parecerse. Quizás un día acabe escribiendo su propia historia. O la de Pedrero, que quiso ser actor y hace semanas se negó a ponerse un chaleco verde para montar actos de Vox. Prefiere centrarse en su labor como alcalde. Aunque para eso haya tenido que cambiar de partido.

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