La CUP desembarca en Madrid para celebrar un acto contra Vox
En el comunicado hecho público, aseguran que varias entidades de toda España «se unen para hacer un acto de fuerza frente al fascismo»
La CUP calienta los motores antes de que una de sus diputadas autonómicas, Eulàlia Reguant, declare el próximo martes ante el Tribunal Supremo por su negativa a responder las preguntas de la acusación popular, que ejercía Vox, en el juicio del procés y que le ha conllevado que Fiscalía le acuse de «desobediencia grave a la autoridad» y solicite «la pena de prisión de seis meses e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena».
Ante este escenario, la formación anticapitalista ha organizado un acto este lunes 28 de febrero en la sala Ecooo, uno de los locales de referencia de la órbita de Podemos, ubicado en pleno centro del barrio de Lavapiés, para criticar el «auge de la extrema derecha» y buscar fórmulas para «combatirla».
En el comunicado hecho público, explican que diversas entidades y «personas feministas, antiracistas y antifascistas que luchan contra la extrema derecha en el Estado español se unen para hacer un acto de fuerza ante el fascismo». Y es que el evento contará con la participación de la Coordinadora Antifascista de Madrid, el sindicato de Manteros de Madrid o 8 MIL Motius (grupo de apoyo a las feministas del 8-M encausadas), entre otros.
Reguant abordará el «paralelismo de su causa» con la de otras con el fin de «reflexionar sobre el auge de la extrema derecha y la manera de combatirla». Cabe recordar que la diputada de la CUP en el Parlamento catalán se enfrenta a una inhabilitación para cargo público -como sucedió hace unas semanas con su compañero Pau Juvillà– y está movilizando a distintas entidades para ejercer presión por lo injusto que a su juicio es que un partido de «extrema derecha» fuera parte del juicio en el Tribunal Supremo.
Declaración ante el Supremo
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo fijó para los días 1 y 2 de marzo el juicio a Reguant por desobediencia grave por negarse a responder a Vox durante el juicio del procés. En enero del 2019, cuando la diputada cupaire fue llamada a testificar, señaló que quería «hablar en catalán» y que asumía «las consecuencias» de no contestar a las preguntas de la acusación popular.
Antonio Baños, exdiputado de la CUP, obró de la misma forma. Ante esta situación, el presidente de la Sala, Manuel Marchena, les recordó su calidad de testigos y la obligatoriedad de contestar a todas las preguntas formuladas.
La defensa de la diputada pidió al tribunal que en esta nueva comparecencia pudiera declarar en catalán, algo que el Supremo ha aceptado.
Respuesta conjunta del Parlament
El grupo parlamentario de la CUP, además, quiere que no se repita otro caso Juvillà. Es decir, defienden que el independentismo vaya unido en la Cámara catalana y se desobedezca de forma conjunta ante una eventual inhabilitación de Reguant.
Las vías que barajan es la de reformar el reglamento para «blindar» la condición de diputado de «injerencias de los tribunales», o bien articular un frente común en el Congreso de los Diputados para reformar el artículo 6.2 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral (LOREG). No obstante, habrá que ver si convence a ERC y Junts per Cataluña en este propósito.
Sus últimas actuaciones, como fue la de no dar su apoyo a los Presupuestos de la Generalitat, le han aislado más de sus hasta ahora socios. En esta coyuntura, la CUP desembarca en Madrid para ejercer presión desde otros frentes.
