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Fiasco de Defensa en su afán de hacerse la foto vacunando a ucranianos al margen de Ayuso

Robles moviliza a una parte del Gómez Ulla, pero no se pone ninguna dosis ante la falta de refugiados. La iniciativa no fue compartida con el Ejecutivo madrileño

Fiasco de Defensa en su afán de hacerse la foto vacunando a ucranianos al margen de Ayuso

Isabel Díaz Ayuso y Margarita Robles en una imagen de archivo. | Foto: C.Madrid

El Ministerio de Defensa no ha logrado este viernes vacunar a ningún refugiado ucraniano en el del Centro de Recepción, Atención y Derivación de la localidad de Pozuelo de Alarcón (Madrid), pese a que movilizó varias unidades móviles de vacunación del hospital militar Gómez Ulla para adquirir y suministrar las vacunas. Todo ello tras haber anunciado el jueves esta labor de «emergencia humanitaria» sin consultar al Gobierno madrileño de Isabel Díaz Ayuso, que es el que tiene las competencias sanitarias en la materia.

El departamento de Margarita Robles publicitó que la Sanidad militar sería la encargada de vacunar contra el coronavirus a los ciudadanos de Ucrania que han llegado a Madrid y otras localidades próximas a la capital huyendo de la guerra, fruto del compromiso de las Fuerzas Armadas por «dar respuesta a la emergencia humanitaria que representa la acogida de desplazados» de este país.

Además, Defensa explicó que tras Madrid se activaría también la vacunación en «otros centros como el de Alicante». Incluso, distribuyó fotografías de la presencia de militares del Gómez Ulla en el centro de Pozuelo, pero los sanitarios no pusieron ninguna dosis y se volvieron al hospital al cabo de unas horas.

El operativo organizado este viernes por la Inspección General de Sanidad de la Defensa (IGESAN) fue «caótico» e «improvisado», según fuentes militares consultadas por THE OBJECTIVE, después de descartar el ofrecimiento de la Sanidad Exterior -dependiente del área de Carolina Darias– para llevar a cabo ese trabajo y de ningunear al Ejecutivo de Ayuso.

La IGESAN desplazó a un médico alergólogo y tres enfermeras del Gómez Ulla al citado centro de recepción de Pozuelo de Alarcón tras una serie de contratiempos. Primero, tuvo que enviar a otros sanitarios militares a Leganés para adquirir vacunas pediátricas en las instalaciones de la empresa Logista Pharma porque carecía de ellas, según una imagen no oficial a la que tuvo acceso este diario en exclusiva (ver abajo).

Militares se desplazaron este viernes a la empresa Logista Pharma para adquirir vacunas.

Tampoco disponía del certificado internacional de vacunación para los ucranianos que fuesen a ponerse la inyección, por lo que los sanitarios militares se presentaron en Pozuelo con cartillas de vacunación de las propias Fuerzas Armadas como medida preventiva, aunque finalmente no las entregaron porque no hubo nadie en la fila.

El fiasco por la fallida vacunación de ucranianos provocó malestar en el personal del Gómez Ulla, un hospital en el que los recursos son limitados y donde la lista de espera para operar es de las más altas de la Comunidad de Madrid. Las citadas fuentes lamentan que el mando al frente de la IGESAN, el general farmacéutico Juan José Sánchez Ramos, no pusiese objeciones a las órdenes que emanaron del Ministerio de Defensa. «Debería ser más responsable del empleo legal y eficiente de la Sanidad militar», advirtieron.

El Ejecutivo de Ayuso, al margen

En la Consejería madrileña de Sanidad también son muy críticos con el departamento de Robles porque se ha dejado al margen al Ejecutivo regional de esta atención con los refugiados ucranianos, cuando las competencias de Salud Pública y de política asistencial corresponden a la Comunidad de Madrid. «Han ido por libre», lamentan en el departamento de Enrique Ruíz Escudero al hilo de la polémica.

La IGESAN tiene acceso al sistema sanitario madrileño gracias al convenio del Gómez Ulla y a Pozuelo llevó sus propios equipos de vacunación, por lo que, si en el futuro algún ucraniano es vacunado por militares, quedará correctamente registrado. Más problemático sería si un refugiado parte a otro país sin el carné internacional de vacunación. En los planes de Defensa está el ofrecer este servicio a lo largo de varios días.

Militares del Gómez Ulla a la espera de refugiados ucranianos que no llegaron. /Foto: M.Defensa

La llegada a España de los 25 niños ucranianos con cáncer ya provocó un encontronazo entre los gobiernos de Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso. Moncloa quiso llevar a los menores al hospital Gómez Ulla para así capitalizar este gesto humanitario ante la opinión pública y los aliados, pero tuvo que dejar la asistencia sanitaria al Ejecutivo madrileño ante la falta de una unidad de pediatría oncológica en el recinto hospitalario que dirige Defensa.

El departamento de Robles quiso controlar todo el proceso de traslado desde Polonia y el posterior ingreso hospitalario de los niños ucranianos y sus familiares, quienes llegaron el 11 de marzo a la base aérea de Torrejón (Madrid) en un avión A400 del Ejército del Aire.

Sin embargo, poco después se advirtió a la IGESAN de que el principal hospital militar no tenía una unidad especializada en el tratamiento de cáncer en niños, por lo que Defensa tuvo que recurrir a la red hospitalaria del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS), dependiente del gobierno autonómico de Ayuso. Los menores ucranianos fueron ingresados en los cuatro hospitales madrileños que tienen servicios de oncología pediátrica: La PazGregorio Marañón12 de Octubre y Niño Jesús.

Un militar sanitario junto a la ambulancia movilizada por el Gómez Ulla. / Foto: M.Defensa

Tras ello, este jueves se enzarzaron en otra polémica el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, y la Comunidad de Madrid después de que el primero pidiese por carta aclaraciones al Ejecutivo autonómico por crear un registro propio para la atención de refugiados ucranianos. En su opinión, se trataba de «un trámite adicional» para «hacerse una foto».

El consejero de Presidencia, Enrique López, zanjó el asunto el viernes con una carta aclaratoria y en declaraciones en Onda Madrid aseguró que su iniciativa pretende «generar orden en el caos y tranquilidad en el nerviosismo» por la gestión de la llegada de este colectivo que ha huido de la guerra. Además, acusó a Escrivá se estar «superado por la gestión». Un sentimiento también expresado por el portavoz del PP en la Comunidad de Madrid, Alfonso Serrano, tras el caos con las vacunaciones en Pozuelo de Alarcón.

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