Estupor en Exteriores por la carta de Sánchez a Mohamed VI impropia de un gobierno
Desde Moncloa se confirma la «autenticidad» de la misiva y que llegó a Rabat en francés. Luego se hizo una copia traducida al español que «no estuvo a la altura»
La polémica misiva que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, envió el 14 de marzo al rey de Marruecos, Mohamed VI, causó enorme estupor este miércoles en el Ministerio de Asuntos Exteriores. No tanto por el contenido, que ya se conocía casi en su totalidad cuando Rabat lo publicó la semana pasada, sino por la forma en que está redactada, algo impropio de un asunto tan serio que afecta a las relaciones bilaterales entre España y Marruecos.
Varios diplomáticos consultados por THE OBJECTIVE han mostrado su sorpresa. Primero, el encabezamiento ‘El presidente del Gobierno’ es extraño cuando lo lógico sería que apareciese escrito ‘Presidencia del Gobierno’ y un membrete que identificase La Moncloa, con la dirección exacta. También resulta curioso el tipo de letra utilizado en la misiva, muy alejado del que se usa habitualmente en este tipo de documentos oficiales.
En la primera línea también es cuestionable la utilización del plural en «transmitiros» cuando lo más lógico hubiera sido escribir «transmitirle». Luego, en dicho párrafo se repite la palabra respeto -«el respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partes»- que resulta redundante.
En el quinto párrafo, Sánchez reitera su determinación «para afrontar juntas los desafíos comunes» cuando debería haber utilizado el masculino -«juntos»- ya que se está refiriendo a «dos países hermanos». Tras esa errata llega casi a continuación la omisión de dos palabras cuando dice: «Especialmente la cooperación (de la) gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo…».
La carta llega en francés a Mohamed VI
Y es en el último párrafo donde se encuentra el gazapo más flagrante, ya que el presidente confunde el cargo del jefe de la diplomacia. Sánchez le asigna a Albares la condición de «ministro de Asuntos Europeos, Unión Europea y Cooperación», cuando en realidad es ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Los diplomáticos consultados por este periódico dudan, por todo ello, que el texto haya pasado los debidos controles antes de enviarse a Rabat.
Una fuente gubernamental ha confirmado a THE OBJECTIVE la «autenticidad» del contenido de la misiva y ha resaltado que la comunicación oficial que llegó a manos de Mohamed VI se hizo en francés, por lo que la carta que el Gobierno filtró a El País sería una copia traducida al español en la que la persona encargada de ello «no estuvo a la altura».
Según otra fuente, la misiva publicada deja en muy mal lugar al Gobierno, pues da la impresión de que improvisa en un asunto tan importante y, además, ofrece una imagen completamente ‘amateur’ del servicio diplomático español.