Podemos busca engatusar al movimiento saharaui para no ser tachado de «traidor»
Las organizaciones saharauis se manifestarán este miércoles delante del Congreso. Entre sus miembros crece el malestar por el doble juego de Podemos
Podemos trabaja para que el giro diplomático de Pedro Sánchez sobre el Sáhara Occidental no se convierta en un bumerán contra su organización. Nada más conocerse la decisión del Ejecutivo, el partido morado criticó la decisión del gabinete de Sánchez. Pero reiteró que no sabía nada del acuerdo con Rabat y se sumó a la protesta que tuvo lugar en Madrid. Se prevé que este miércoles los colectivos saharauis se reúnan delante del Congreso, tal y como ha sabido THE OBJECTIVE. Pero el hecho de que Podemos no obligue a Sánchez a rectificar genera malestar en la comunidad saharaui. Algunos ya hablan de «traición» y quieren dar un paso más. Pero las organizaciones frenan las críticas.
Podemos tiene un vínculo histórico con la comunidad saharaui en España. Si bien los morados empezaron su recorrido político casi sin mencionar al Sáhara Occidental -según algunos por la presencia de Dina Bousselham en el núcleo duro de Iglesias-, con el paso del tiempo pasaron a defender posiciones clásicas de la izquierda española. Una postura que mantuvieron el pasado sábado durante una protesta ante el Ministerio de Exteriores, en la que enviaron a dirigentes como Isa Serra y Juan Carlos Monedero.
Acto delante de la sede
La crítica de Podemos, sin embargo, no despierta muchos apoyos entre los defensores de la causa saharaui. Algunos planificaron un acto delante de la sede del partido el pasado martes. La iniciativa acabó en nada porque las organizaciones mayoritarias no la apoyaron. Prefirieron celebrar una manifestación este miércoles delante del Congreso. Una decisión que algunos defensores de la causa saharaui cuestionan: «Ya será tarde». Creen que Sánchez sorteará el asunto para hablar de la crisis económica y de su comparecencia en el Consejo Europeo. La cuestión saharaui, en efecto, no será monográfico este miércoles.
La excusa que esgrimen los morados es que «no controlan» los ministerios clave, y de ahí su impotencia ante el giro diplomático. Fuentes de Podemos creen que así lograrán salvar su buena relación con la comunidad saharaui, pero sobre todo evitar que internamente se creen facciones muy críticas contra los morados.
Pero este argumento no convence a varios militantes, que desconfían de su buena fe, y centran el tiro en el electoralismo de Podemos: «A ellos les interesan sus votantes y militantes [de las organizaciones saharaui], a nosotros nos interesa nuestra causa». Según ha podido saber este diario, hay pequeños grupos que se quieren organizar para señalar a Podemos como un culpable del giro diplomático. Y para pedir a los morados algo de coherencia, lo que se traduce en cuestionar incluso su permanencia en el Ejecutivo. Pero no tiene el apoyo de los mandos de las organizaciones.
Evitar pitadas contra Podemos
Hace algo más de un año, cuando Pablo Iglesias ejercía de vicepresidente, reiteró públicamente su apoyo a la celebración de un referéndum en el Sáhara Occidental para resolver su estatus internacional. Es decir, que Podemos no quiere que sobre la región el gobierno marroquí ejerza ningún tipo de autoridad. Pero Sánchez hizo todo lo contrario. Y en un giro histórico firmó con el rey de Marruecos la autonomía de la región, lo que para los miembros de la comunidad saharaui española equivale a una «prevaricación».
Si incluso para militantes del PSOE la decisión equivale a una traición, en el caso de Podemos la deslealtad puede ser incluso mayor. Por eso la dirección morada se está encargando de evitar que en su participación a las manifestaciones sufran ataques o pitadas. «Ellos se sienten seguros porque los saharauis con los que suelen hablar aceptan sus disculpas», explican miembros de dichos colectivos.
«Somos testigos de una traición»
Salmi Gailani, de 30 años, explica así el desencanto con la inacción de Podemos. «No ‘Podemos’ seguir siendo los títeres de un acto mas de traición, no ‘Podemos’ ser las marionetas de una causa que vende pulseras. Somos testigos de una traición en diferido«, afirma a través de una carta a la que ha tenido acceso este diario. El rechazo de este defensor de la causa saharaui que intentó organizar para el pasado martes un acto delante de la sede de Podemos se centra, por ejemplo, en que el partido morado sacó «sus banderas» en la manifestación que tuvo lugar el pasado sábado en Madrid.
Gailani quería entregar una carta a Ione Belarra o Pablo Echenique para cuestionar su política y centrar el debate público adelantándose al miércoles. Pero su proyecto cayó en saco roto. Nadie de las organizaciones oficiales quiso enfrentarse al partido que, al menos en teoría, debería ser su principal defensor.
La decepción es mayor porque estos grupos veían en Podemos un «socio» o «aliado». El propio Galiani admite haber votado antes al partido morado. Pero añade: «Desde mi entender, ustedes se deben a su militancia, y a sus votantes, y quiero entender que exigirle a este gobierno que rectifique este giro de política, que para nada traerá algo positivo a España, no es lo mismo que pedir explicaciones. El daño ya esta hecho. Lo que queremos es que exijan una rectificación, y dicha rectificación no pone en peligro este gobierno, puesto que el PSOE es quien está aferrado a la continuidad y ustedes les dieron la llave».
Dirigentes de Podemos en las protestas
Una de las claves de la impunidad que están encontrando los dirigentes de Podemos en su protesta tímida contra Sánchez es la buena relación que goza con los representantes de la comunidad saharaui en España. Y todo apunta a que por intereses espurios los principales portavoces prefieran que este vínculo no desaparezca. Por esto los representantes de la comunidad saharaui no han criticado o impedido que miembros de Podemos acudieran a la manifestación del sábado.
Todos los partidos pueden participar, defienden oficialmente esas organizaciones, pero Podemos no se limitó a acudir a título personal, sino que lo hizo desplegando toda su propaganda, llamando la atención de los medios y hasta llevando banderas propias al acto. En la dirección de Podemos creen que estas actuaciones sirven para impedir que dentro de la comunidad saharaui se acabe señalando a la cúpula morada. A la vez, Irene Montero cree que puede «endosar el muerto» a Yolanda Díaz, logrando que la cuestión marroquí desgaste a la gallega. Fue Díaz quien protestó en nombre de Unidas Podemos por la decisión de Sánchez. Y es a ella a quien el Ejecutivo ninguneó en sus reiteradas peticiones de charlas y explicaciones.
Podemos, en definitiva, quiere tener el pastel y comerlo. O lo que se traduce políticamente en limpiarse las manos de un asunto muy polémico para su electorado, sin que se perciba su objetiva rendición ante la decisión de Sánchez. Los sectores críticos con la dirección creen que el giro de Sánchez es un casus belli para romper el Ejecutivo. Pero el pragmatismo condiciona a la secretaria general. Todo apunta a que si los representantes de los saharaui no decidan centrar el tiro contra el partido que apoya a Sánchez, el asunto quedará relegado a la historia. Y todo ello bajo el sello de la primera coalición de izquierdas de la España democrática.