El 91% de los militantes de Vox refrenda los controvertidos cambios de sus estatutos
Los afiliados de la formación verde también han respaldado las cuentas del año pasado con el 98,49% de los votos emitidos
Santiago Abascal durante la asamblea. | Vox
El 91,2% de los militantes de Vox refrenda los cambios de sus estatutos. El cónclave celebrado este viernes de forma telemática había generado expectación porque algunos afiliados acusaron a la formación de intentar «cercenar» la democracia interna suprimiendo las elecciones primarias para elegir a los comités provinciales. La modificación ha salido adelante con amplitud. Los militantes también han respaldado las cuentas del año pasado con un respaldo del 98,49% de los votos emitidos.
No han sido los únicos asuntos que se han sometido a votación. Las sustituciones de los miembros que formarán parte del Comité de Garantías han sido avaladas por el 97,09% de los escrutinios, mientras que las modificaciones en el Reglamento Interno de Procedimientos Electorales (RIPE) han contado con el apoyo del 95,12% de los sufragios. No obstante, no ha trascendido cuántos de sus 63.468 afiliados han ejercido su derecho a voto. La asamblea ha sido clausurada por Santiago Abascal, que esta mañana se impuso como objetivo alcanzar los 100 escaños en las próximas generales y convertirse en «el partido más votado».
Vox y la democracia interna
«Vox no ha venido para ser un partido bisagra ni un partido muleta», advirtió Abascal durante la Asamblea General Ordinaria que ha celebrado su partido. El dirigente recalcó que gobernar «no es un deseo, sino una obligación y una responsabilidad con España». Para conseguirlo, ha animado a los militantes a ser un partido unido «sin luchas intestinas» y con una voz clara. «Un partido nacional que diga lo mismo en todo el territorio nacional». A tenor de los resultados, parecen haberle hecho caso.
La formación verde llegaba a la cita bajo sospecha. Algunos militantes habían mostrado su estupor por los cambios que pretendía hacer el partido y que, finalmente, han salido adelante con un apoyo masivo, aunque inferior al respaldo que han obtenido otras cuestiones, como las cuentas de 2021, las sustituciones del Comité de Garantías y las modificaciones del RIPE. A partir de este momento, tal y como queda el artículo 15, la elección de los presidentes provinciales será competencia del Comité Ejecutivo Nacional. Una vez nombrado, «cada presidente propondrá a la secretaría general el resto de miembros» de su equipo.
Un grupo de militantes críticos está pensando en impugnar la modificación de los estatutos. Creen que estos cambios «cercenan» la democracia interna. Si no se les atienden, no descartan acudir a la Justicia ordinaria. «Si no lo hacemos, el próximo paso puede ser que tampoco se elija al Comité Ejecutivo Nacional», se teme una afiliada. Reconoce a THE OBJECTIVE que ella no está en contra de Vox, sino contra su mala praxis: «El partido no puede estar controlado por cuatro amigotes».
Este periódico ha consultado los cambios estatutarios con varios expertos, que reconocen que «las primarias no son un requisito indispensable para tener democracia interna». Baldomero Oliver León, profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Granada (UGR), sostiene que no todos los partidos han contado siempre con primarias. Sus modelos democráticos, explica, han sido representativos. Pone como ejemplo el papel de los delegados del PSOE y de los compromisarios del PP. «No hay que mirar solo a los estatutos, también a los mecanismos con los que se desarrolla esa democracia interna», afirma Oliver León.
«No parece un ejemplo de democracia»
«Si se centraliza la elección y la participación es inexistente, estaríamos ante un modelo poco democrático», admite el profesor de la UGR. En su opinión, la jugada emprendida por Vox «no parece un ejemplo de democracia, pero otra cosa es que la legislación existente pueda asumirlo con una lectura generosa». Tanto el artículo 6 de la Constitución como la Ley de Partidos Políticos exigen que la estructura y el funcionamiento de estas organizaciones sean democráticas, pero dejan «un amplio margen» a cada formación.
En esa dirección insiste Ibor Fernandes, profesor de Derecho Constitucional en el Centro de Estudios Superiores Cardenal Cisneros. En su opinión, estos cambios pueden ser interpretables, pero si hay afiliados que se sienten agraviados, están en su derecho de interponer un recurso. En primer lugar, deben impugnar la decisión de la asamblea. Se iniciará un procedimiento interno. Si no están de acuerdo con el resultado, pueden llevarlo al juzgado competente, el civil. Otros expertos afirman que, en última instancia, el asunto puede terminar en el Tribunal Constitucional si se entiende como una vulneración de derechos fundamentales.
En su intervención, Abascal ha elogiado el papel de la militancia, que «ha logrado que haya una esperanza para los españoles que la habían perdido». Les ha solicitado que no se dejen arrastrar por intereses personales ni partidistas porque «lo más importante es España y los españoles». Sin embargo, el presidente de Vox no ha hecho mención alguna a los cambios estatutarios que incorpora su partido. El líder nacional también ha repasado la evolución histórica del partido y dividido los logros de este último año en cuatro ejes: el judicial, el político, el social y el cultural.
«Los españoles han sentido a Vox cerca porque estamos con las cosas del comer y no con las obsesiones ideológicas», ha insistido Abascal. Al líder nacional le precedieron el diputado por Valladolid Pablo Sáez, que ofreció un detallado informe de la situación económica del partido, y el secretario general, Javier Ortega Smith, que enfatizó la importancia del «equipo» y recordó que el objetivo es echar a Sánchez y «reconstruir España». La asamblea fue conducida por Patricia Rueda, diputada por Málaga.
