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España

Sánchez intervino para frenar a Calviño y dar la razón a Podemos con el tope del gas a 30 euros

Los morados apostaron por un perfil bajo al entregar su propuesta el lunes. Recibieron las críticas Nadia Calviño y Teresa Ribera, pero acabaron sorprendidos por el sí de Sánchez

Sánchez intervino para frenar a Calviño y dar la razón a Podemos con el tope del gas a 30 euros

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se decantó por topar el precio del gas en el mercado mayorista energético a 30 euros por megavatio hora tal y como pedía Podemos y después de las críticas de las ministras Nadia Calviño y Teresa Ribera. Según ha podido saber THE OBJECTIVE de fuentes gubernamentales, Podemos puso «sobre la mesa» su propuesta el pasado lunes, un día antes de la reunión del Consejo de Ministros. Las responsables de Economía y Transición Energética manifestaron acto seguido sus dudas sobre la iniciativa de Ione Belarra, hasta que entre el jueves y viernes algo pasó. El presidente, de acuerdo con Portugal, se decantó por asumir el tope adelantado por los morados, forzando lo que en los delicados equilibrios del Ejecutivo tiene un sabor a derrota para Calviño.

La cronología de los acontecimientos sirve a Podemos para sacar pecho. La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, se lanzó el pasado lunes a proponer un tope de 30 euros por megavatio hora antes de que el Ejecutivo concretara su propuesta. El martes, Belarra hizo oficial su idea. Dijo que esta era la única manera para resituar el recibo genérico de la luz a niveles cercanos a los 110 euros. Calviño y Ribera replicaron a los morados que hacía falta hacer un «trabajo técnico y riguroso» y tener en cuenta las compensaciones: «Nadie nos lo va a regalar», afirmaban.

Según ha podido saber este diario, después de ofrecer sus datos, Podemos dejó la pelota en el tejado de la Moncloa. Y es allí donde algo pasó a lo largo de los últimos días, para que finalmente Sánchez se decantara por asumir la propuesta adelantada por los morados. Las fuentes consultadas ignoran si esto ocurrió tras una llamada directa entre Sánchez y el presidente de Portugal António Costa (aunque no es descartable, puesto que los dos países se debían coordinar antes de enviar su requerimiento a la Unión Europea) o por la intervención de alguien del equipo socialista de Sánchez. Pero este ha sido finalmente el tope elegido que España enviará a la Comisión Europea para que lo estudie y envíe sus recomendaciones.

El «sello» de Podemos contra la crisis

El problema para los departamentos económicos controlados por los socialistas es que, después de tildar las cifras esgrimidas por los morados de iniciativa sin rigor, acabarán asumiéndolas bajo orden directa del presidente. Es por ello que en Podemos se celebra este desenlace como una victoria: una de las más importantes, puesto que se ha celebrado contra dos pesos pesados del Gobierno, y en un contexto de crisis económica que preocupa a las fuerzas políticas del Ejecutivo.

Podemos quiere que se vea su «sello» en el plan de choque contra la crisis. Y Belarra cree que, después de las medidas para evitar el despido y el tope al aumento de los alquileres sobre el IPC, el límite al precio del gas es otro triunfo de los morados. Podemos reivindica su «propuesta». La ministra Belarra lo dejó claro el viernes: «Si se confirma [el tope al gas a 30 euros] creo que es la mejor noticia porque es una propuesta que desde Podemos llevamos haciendo varios días». Para Belarra, solo con esos valores se puede «bajar la factura de la luz a costa de los beneficios absolutamente multimillionarios e inmerecidos que están ganando las energéticas y afrontar de manera muy contundente la subida de la inflación».

En otras negociaciones, como la del alquiler, Belarra quiso luchar con fuerza en la mesa de negociación con los socialistas. En este caso, en cambio, mantuvo un perfil más medido. Dejó su propuesta al presidente y a los medios, con la esperanza de que algo se moviera y acabara ganando su apuesta. Los morados, según explican fuentes gubernamentales, no quisieron forzar la máquina. Pero dejaron claro su razonamiento: solo con el tope a 30 euros (el más bajo posible) el mercado mayorista se habría ajustado alrededor de unos 110 euros al megawatio. Este era el «umbral» establecido por los técnicos económicos de Belarra para que las medidas del plan de choque aprobadas el martes en el Consejo de Ministros pudieran bajar la factura de la luz «de verdad». El anuncio de este viernes, en efecto, generó cierta sorpresa y estupor entre las filas moradas del Gobierno.

Calviño pidió «seriedad»

Mientras Calviño y Ribera cuestionaron las cifras de Podemos, Belarra siempre defendió que eran «factibles». Y consideró que de esta manera se podía atajar el aumento récord del 9,8% del IPC, que amenaza seriamente con disparar el malestar ciudadano contra el Gobierno.

Desde los ministerios socialistas intentan matizar lo que a nivel público se interpreta como una derrota de Calviño. Sostienen que Belarra se adelantó el lunes al hablar del tope al gas de 30 euros para reventar el acuerdo que se iba a adoptar pocas horas después. Apuntan a una maniobra de mercadotecnia política para dar la sensación de una victoria en los medios de comunicación, aunque el tope a 30 euros ya estaba sobre la mesa desde hace días.

El problema es que tras la iniciativa de Belarra, la reacción de Calviño y Ribera fue contundente. Calviño exigió «seriedad» a sus socios, y habló de una «cuestión compleja» que había que abordar desde un punto de vista técnico. «Me sorprende mucho que alguien tenga una opinión al respecto, la verdad. Es un trabajo que se está haciendo desde el punto de vista técnico para afinar los números«, lanzó el lunes en una entrevista en la Cadena Ser, horas después de las declaraciones de Belarra.

El desenlace de la polémica, sin embargo, ofrece a Podemos la oportunidad de reivindicar su victoria. El tope al gas forma parte de la medida «temporal» se Sánchez para dar respuesta a «circunstancias excepcionales que están casando graves dificultades económicas». Aunque todo queda en manos de Bruselas. La Comisión Europea que tiene la última palabra al respecto. «Hemos propuesto el precio más barato del gas al que entendemos debería producirse ese ajuste, 30 euros/MWh, pero es uno de los elementos técnicos de la propuesta que tenemos que discutir con la Comisión Europea», asumió Ribera el viernes.

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