Feijóo tiende la mano a Sánchez para no depender de Podemos e independentistas

El nuevo presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha tendido la mano a Pedro Sánchez para no depender de Podemos y sus socios de investidura «que quieren fracturar y dividir nuestro país». Para ello, ha presentado en su primer discurso varias propuestas para rectificar «lo que se hace mal» y que tendrían el apoyo de los ‘populares’, al tiempo que ha lanzado críticas veladas a Vox, su rival por la derecha.

«Para cesar a los ministros que hacen oposición interna al Gobierno, garantizamos nuestro apoyo al Gobierno», ha aseverado en su propuesta de mayor calado ya que implica que los socialistas contarían con el respaldo del PP si decide prescindir de Podemos. También ha ofrecido la mano tendida para bajar los impuestos a la energía, proteger los servicios públicos «con una economía que crezca de forma sana» y tener más peso en el escenario internacional.

«Para respetar que la política exterior no es cosa de un hombre, sino de todos los españoles», le ha advertido a Sánchez tras su giro en el contencioso del Sáhara. Feijóo ha mencionado expresamente a los representantes de Ceuta y Melilla en ese momento para dejar claro a qué se refería.

El sucesor de Pablo Casado ha insistido en que será «fácil» encontrar a los ‘populares’ «en la Constitución, en el interés general y en el sentido de Estado». Apoyos que, a su juicio, no tuvieron José María Aznar o Mariano Rajoy del principal partido de la oposición cuando les tocó gobernar.

«Moderación no es tibieza, diálogo no es sometimiento. Los intereses de España no son los intereses de este Gobierno. No vamos a dejar de hacer oposición, por más que les moleste», ha hecho hincapié Feijóo tras avisar que el PP que toma las riendas «no va a ser el que quieren otros partidos».

En ese punto, ha explicado los puntos que les diferencia del resto de formaciones del arco parlamentario. Feijóo no ha citado a ninguna en concreto, pero los compromisarios han entendido a quién se refería. «Gobernar es moderar la política, tender puentes con los que no piensan como nosotros. No somos un partido de destruyámoslo todo, sino el de la Constitución. Somos el partido más constitucionalista de España y hemos estado para redactarla, cumplirla, defenderla», ha dicho en una alusión a los populismos.

«Dejemos de repartir carnés de más españoles que nadie»

Más concreto ha sido en la siguiente advertencia implícita a Vox: «No me gustan las etiquetas, pero guárdense las soflamas y empecemos a trabajar como adultos en la política española. Dejemos de repartir carnés de más españoles que nadie y más patriotas que nadie. Aquí cabemos todos», ha hecho hincapié dirigiéndose a los antiguos votantes del PP.

También ha dejado claro que el PP «no es un partido confederal», tal y como se define el PSOE, sino «nacional, único, autonomista y que defiende la nación española por supuesto que sí». «No somos un partido bisagra ni de aspiraciones pequeñas, que quede claro», ha apostillo en el turno de Ciudadanos por alusiones antes de defender al PP como «el partido de todos los que quieran unirse a la España común».

En clave política, Feijóo ha enfatizado en que España «no está condenada» a que cuando haya una crisis económica, social o institucional «seamos los peores en abordarla», ni a caer «en la irrelevancia» mientras se busca «el enfrentamiento por cualquier cosa». «Basta ya de polémicas forzadas, de enfrentarnos. Cerremos los debates estériles y enfrentemos los problemas reales. No estoy para insultar al presidente del Gobierno, sino para ganarle con todos vosotros», les ha pedido a los suyos.

Por ello, ha pedido sacar a la política española «del enfrentamiento, de la hipérbole permanente» y ha mostrado por la figura del jefe del Estado, Felipe VI, «por sus aportaciones a la Nación»; por la Justicia, «incluso cuando haya decisiones que no nos gusten»; por los trabajadores, «porque todos ellos mantienen a los políticos»; y por los empresarios, autónomos y sindicatos ante la presencia en el congreso de los líderes de la CEOE, Antonio Garamendi; de ATA, Lorenzo Amor; y de UGT, Pepe Álvarez.