El viaje de Sánchez a Kiev fue idea del propio presidente y Díaz fue avisada previamente
Máximo secreto en un viaje sorpresa que surgió hace días a iniciativa del presidente español, que lo precipitó tras la visita de Boris Johnson
La iniciativa de viajar a Kiev surgió del propio Pedro Sánchez «hace varios días», explican fuentes de Moncloa. Un viaje que se ha llevado en el más absoluto secreto por razones de seguridad y que ha coordinado líderes europeos. «Vamos a una zona en guerra y hay que garantizar la seguridad de la delegación española», sostienen desde primera hora del lunes fuentes del Gobierno consultadas por THE OBJECTIVE para concretar las fechas de los desplazamientos.
Entonces ya estaba previsto que el presidente del Gobierno se desplazara este miércoles por la tarde a Ucrania, donde ya se encuentra desde esta mañana para reunirse a lo largo de este jueves con su presidente Volodomir Zelenski en la capital. A la visita acudirá junto a la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, quien acompañará a los dos mandatarios para participar en una rueda de prensa posterior al encuentro. El viernes retornará a España, donde retomará su agenda nacional con un acto en el Instituto Cervantes en Madrid, tras haber mantenido otros encuentros con refugiados ucranianos en la frontera con Polonia.
Según ha podido saber este periódico, el presidente coordinó en secreto su viaje a Ucrania con dichos líderes europeos, habida cuenta de que son varios altos cargos comunitarios los que se han desplazado a esta zona de guerra. La primera en hacerlo fue la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y posteriormente acudieron la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen y el alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell.
Este miércoles se produjo otro viaje sorpresa del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, para reunirse con el presidente ucraniano en Kiev y sin previo aviso. La cascada de visitas de apoyo a la resistencia del pueblo ucraniano precipitó la decisión de Sánchez de realizar este traslado, sobre todo después de que se produjera la primera visita del primer ministro de un país, en lugar de cargos de instituciones comunitarias.
El viaje de Johnson precipitó el viaje
La visita del premier británico Boris Johnson el pasado 9 de abril fue el detonante de la preparación del viaje de Sánchez, cuyo núcleo duro se jacta de ser el «primer líder socialdemócrata que viaja a una zona en conflicto para demostrar con hechos su apoyo a Ucrania». De hecho, los preparativos se aceleraron cuando se conoció pocos días después que Kiev había denegado la visita del presidente de Alemania, Frank-Walter Styeinmeier, por sus relaciones con Rusia.
Esta circunstancia facilitó el objetivo de Moncloa de capitalizar el liderazgo socialdemócrata en el apoyo a Ucrania, habida cuenta de que un improbable viaje del canciller alemán Olaf Scholz, dejaba el camino expedito al presidente español. Sánchez preparó el terreno este viernes en la visita al cuarto centro de refugiados abierto en España en Málaga, al avanzar que en su viaje a Kiev «le voy a trasladar el compromiso inequívoco de España por la paz. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que se garantice la paz. Toda la ayuda militar que estamos desplegando desde el Gobierno de España».
Una declaración de intenciones que no se concreta por parte de La Moncloa. El Gobierno evita cuantificar la ayuda militar y si habrá un salto cualitativo en el material que se enviará hasta la fecha. Desde el núcleo duro de Pedro Sánchez se parapetan en las razones de seguridad para blindarse en el secretismo más absoluto. La información la centraliza Moncloa, que no emite señales. Hasta la mañana del jueves, Exteriores no confirmaba siquiera si el ministro, José Manuel Albares, formaba parte de la delegación española.
Yolanda Díaz lo sabía
Esta falta de información no ha sido menor con el socio minoritario de la coalición. Fuentes cercanas a Yolanda Díaz confirman a THE OBJECTIVE que la vicepresidenta fue avisada por Pedro Sánchez de la preparación de su viaje a Ucrania. Sin embargo, otras fuentes de la formación morada denuncian a este periódico el blindaje informativo de La Moncloa, que no comunicó este desplazamiento hasta esta misma semana, una vez que trascendió públicamente en la mañana del lunes.
De hecho, la política del secretismo gubernamental viene siendo la tónica habitual de Pedro Sánchez, que no avisó a Díaz del envío de armas a Ucrania o el incremento del gasto militar como tampoco lo hizo sobre el giro histórico sobre el Sáhara que provocó el monumental enfado del grupo confederal. En Podemos dan por «amortizada» esta incomunicación pero ello redunda en el malestar acumulado en la coalición y en la perdida de confianza entre ambas facciones del Ejecutivo.
También descuenta Podemos que habrá nuevos envíos de material militar a Ucrania, incluso que habrá un compromiso específico con Zelenski este jueves, pero tampoco han sido informados al respecto. Un asunto descontado con el que Podemos no pretende buscar confrontación alguna aunque tampoco acepten el vocabulario de justificación del PSOE para avalar el envío de armas de uso ‘defensivo’: «Todo lo que usa Ucrania para defenderse lo usa Rusia para atacar».
