Indignación en Córdoba con el Gobierno por ampliar el mayor cementerio nuclear de España
El Cabril pasará de 29 celdas a 56 para albergar los residuos radiactivos del desmantelamiento de las sietes centrales nucleares
Es un castigo eterno». Es la sensación de los vecinos de la localidad cordobesa de Hornachuelos al conocer la hoja de ruta para gestionar el desmantelamiento de las siete centrales nucleares que hay en España y que pasa por llevar todos los residuos radiactivos de media, baja y muy baja actividad al único cementerio nuclear que existe en nuestro país, El Cabril, situado en una finca de la Sierra Albarrana, en el municipio de Hornachuelos, en pleno paraje natural.
De esta forma, el Ministerio para la Transición Ecológica ha sacado a información pública -por fin- el borrador del Séptimo Plan General de Residuos Radiactivos donde contempla como única opción El Cabril para almacenar los residuos de estas características, algo que ha provocado el enfado de muchos cordobeses que llevaban años pidiendo el cierre del centro, construido ‘clandestinamente’ por Franco en 1961, y que aseguran es «un peligro para la seguridad de la zona y el territorio».
Sin embargo, según el documento, sometido a información pública hasta el 16 de junio, por el momento, este almacén de residuos radiactivos no solo no se cerrará sino que afrontará una ampliación de sus celdas, ya que el volumen de residuos que generarán las centrales nucleares obligará a ello. De esta forma, con el 85% de sus celdas para material de media-baja actividad ocupadas y con el 72% en el caso de las de baja actividad, este cementerio nuclear se prepara para duplicar su tamaño. A fecha de 1 de enero, tenía un volumen total acumulado de 56.977,83 metros cúbicos.
Según el Plan General, «el análisis de la capacidad de las 28 celdas de residuos de baja y media actividad (RBMA) actualmente existente concluye en la necesidad de disponer de nuevas celdas en 2028 para no afectar a la planificación de operación y desmantelamiento de las centrales nucleares y poder continuar con el normal almacenamiento de estos residuos», reza el texto. Así, pasará de las 29 actuales a 56, construidas en dos fases. La primera contempla la construcción de 12 nuevas celdas; la segunda se centrará en las 15 restantes que se irán construyendo en función de las necesidades. En total estas nuevas dependencias tendrán capacidad para albergar unos 220.000 metros cúbicos de residuos. Unos trabajados que podrían arrancar en 2024, según ha podido saber THE OBJECTIVE.
El Cabril, zona sísmica
Si ningún territorio se sentiría cómodo con un complejo de estas características, más aún si el terreno en cuestión es una región con cierta actividad sísmica, como es el caso de El Cabril. Así lo llevan denunciando desde hace años diferentes organizaciones y partidos políticos –sobre todo de izquierda– por el riesgo que ello conlleva.
«Vamos a trabajar en el rechazo a esta ampliación. Es un lastre para el desarrollo económico de Córdoba», cuenta a este periódico Sebastián Pérez, coordinador provincial de Izquierda Unida, quien también denuncia los problemas que está generando la celda 29, en la que el Gobierno va a invertir otros seis millones de euros, según Pérez, para construir una cubierta especial y evitar las filtraciones.
En la misma línea se pronuncia Meritxell Bennasar, responsable de Greenpeace de la campaña nuclear, que además denuncia lo lejos que queda el cementerio nuclear de El Cabril de cualquier central nuclear y los riesgos que ello conlleva al tener que transportar residuos radiactivos por carretera durante tantos kilómetros. Y es que la central más cercana sería la de Almaraz (donde hay dos), situada en Cáceres, a 241 kilómetros.
Así, son siete las centrales nucleares que hay en España y que comenzarán a partir de 2027 un proceso de cierre y desmantelamiento que llegaría hasta 2035. De esta forma, además de las de Almaraz, encontramos la de Ascó (a 834 km), Cofrentes (a 539 km), Vandellós II (812 km) y la de Trillo (a 583 km).
En este sentido, el Ayuntamiento de Hornachuelos también ha mostrado su rechazo a este plan de ampliación y lo considera «una falta de respeto total» ya que «no recoge ningún procedimiento definido y claro sobre la toma de decisiones para la ampliación de El Cabril, ni contempla ningún sistema de mitigación de efectos negativos que supone albergar este almacenamiento durante cientos de años para el municipio de Hornachuelos».
Qué pasará con los residuos de alta actividad
Si bien todos los residuos radiactivos de la desnuclearización de media y baja actividad irán a parar al cementerio nuclear de El Cabril, para los de alta actividad aún no hay plan para ellos –que no sea ser exportados con el alto coste que ello conlleva–.
La hoja de ruta contempla como opciones que sean almacenados en un Almacén Temporal Centralizado (ATC) o en siete Almacenes Temporales Descentralizados (ATD) en los emplazamientos de las centrales nucleares, opción por la que apuestan los colectivos ecologistas ya que supondría mover los residuos lo menos posible.
Sin embargo, el Gobierno parece contemplar como primera opción el ATC, que de construirse se ubicaría en Villar de Cañas, Cuenca. El Gobierno de Mariano Rajoy, en una de sus primeras decisiones en diciembre de 2011, designó a esta localidad de apenas 440 habitantes y situada a 136 kilómetros de Madrid, como el emplazamiento del nuevo almacén nuclear con un coste de 750 millones de euros; sin embargo, en 2018, el Gobierno de Sánchez paralizó el proyecto por dudas sobre el territorio y la oposición de la Junta de Castilla-La Mancha. Ahora, sin embargo, parece ser su primera apuesta, ya que la opción sin ATC supondría un sobrecoste de 2.124 millones de euros, informa Ecologistas en Acción.