Alarma en el Ejército de Tierra ante la falta de mandos que quieran dirigir unidades punteras
Una veintena de puestos quedan desiertos en el proceso de selección al no incluirse viviendas oficiales en los destinos
En el Ejército de Tierra ha causado sorpresa en los últimos días que una veintena de puestos de mando en unidades punteras y operativas no hayan tenido ningún peticionario durante el proceso de selección. Una situación «chocante», a juicio de fuentes militares consultadas por THE OBJECTIVE, que se debe a las dificultades que tienen muchos oficiales para que Defensa les asigne una vivienda oficial en su nuevo destino, de ahí que los potenciales candidatos prefieran no moverse del puesto en el que están.
«Es como si un futbolista no quisiera fichar por el Real Madrid o el Barcelona», resume un alto mando ante la situación que se está viviendo en Tierra y que, en último término, podría provocar que desde esta rama de las Fuerzas Armadas se decreten destinos forzosos para suplir las vacantes.
Varios oficiales han explicado a este periódico que sin la asignación de una vivienda, cualquier nuevo destino supone un «sacrificio difícil de asumir» ya que la única alternativa que tienen es la búsqueda de un alquiler con el que pierden una parte de su sueldo de militar.
Entre los 19 puestos que han quedado sin peticionarios en Tierra se encuentran el Grupo de Artillería Antiaérea II/73, la Brigada ‘Guzmán el Bueno’ X, la Brigada ‘Extremadura’ XI, el Grupo de Operaciones Especiales ‘Tercio del Ampurdán’ IV o la Agrupación de Apoyo Logístico número 61.
Además, se trata de un problema repartido por toda la geografía española al quedar vacantes el batallón del Cuartel General de Alta Disponibilidad , con sede en Valencia; la Brigada Galicia VII que está ubicada en Pontevedra; el Batallón Legazpi Nº 67 de Guipúzcoa o la jefatura del Estado Mayor del Mando de Operaciones Especiales que está en Alicante.
El Ejército de Tierra reduce los requisitos
Ante la falta de candidatos, el Mando de Personal del Ejército de Tierra ha reaccionado reduciendo los requisitos para aspirar a estos puestos. Para ello, ha abierto una nueva convocatoria de plazas que concluye el próximo 8 de mayo y se ha comunicado a los interesados la decisión de «reducir la exigencia del nivel de idioma inglés» para los 62 puestos de especial interés que se habían ofertado, de los cuales una veintena habían quedado desiertos. En opinión de las fuentes, se trataría del último resquicio antes de notificar destinos forzosos allí donde nadie quiere ir.
En los últimos días han circulado varios mensajes en chats privados del personal de Tierra en los que se describe la situación actual de la siguiente manera: «Cuando sacrificas tu estabilidad y decides mandar, a día de hoy: no se cobra más, no hay pabellones, no hay casas militares baratas, no hay apoyo real a la movilidad, no hay convenios para que nuestras mujeres se muevan con nosotros sin perjuicio de sus trabajos, no hay prioridad para pedir destinos al acabar el mando, extranjero o nacional, no hay recompensa profesional».
Además, se censura que no haya medidas para que los hijos se escolaricen en un mismo centro. «Tres hijos, tres centros distintos…. por mandar. Si no te llevas a la familia, toca residencia militar por tres años, ya que hacerte con un piso es suicidarte económicamente». Así las cosas, solo queda la «íntima satisfacción de mandar» en el Ejército de Tierra, «siempre y cuando tu situación personal te lo permita», se subraya en uno de los mensajes a los que ha tenido acceso este diario.
Al hilo de ello, el Instituto de Vivienda y Equipamientos de la Defensa (Invied) ha empezado a notificar a oficiales de las Fuerzas Armadas que tienen que desalojar las viviendas que ocupan en diversas bases militares de España, según desveló esta semana El Confidencial Digital. La medida afecta a numerosos oficiales, incluso a algunos oficiales generales con el empleo de teniente general.
El inicio de los desahucios empezó hace unos meses cuando el Invied consideró que esos militares estaban ocupando viviendas militares sin tener derecho a ellas. En algunos casos, se trataba de viviendas en bases como Rota (Cádiz) y San Javier (Murcia) en las que esos generales, coroneles y capitanes habían estado destinados en el pasado.