Vox busca tocar poder en Andalucía para ser alternativa real como fuerza de gobierno
Las encuestas internas de la formación les dan unos 26 escaños, más del doble de los que consiguieron hace cuatro años
Las encuestas internas de la formación les dan unos 26 escaños, más del doble de los que consiguieron hace cuatro años
Vox acude a las elecciones andaluzas del próximo 19 de junio con la intención de tocar poder en el palacio de San Telmo, mostrar desde el gobierno andaluz su capacidad para alcanzar la Moncloa y exhibirse como un recambio del bipartidismo que alternativamente ha dirigido España desde la Transición.
Un cambio político en Andalucía para cambiar España. Ese es uno de los mensajes más repetidos durante la precampaña por los distintos dirigentes de Vox, que están apostando fuerte en estos comicios vitales para sus aspiraciones en Madrid.
Elección tras elección, los de Santiago Abascal van sumando apoyos y, si bien la meta era primero ser más para estar en las instituciones y después que sus apoyos propiciaran gobiernos de derecha, ahora el objetivo es gobernar en primera persona.
De Castilla y León a Andalucía
Ya lo consiguió en Castilla y León donde ahora ocupan la Vicepresidencia del gobierno regional, con un adelanto electoral que mejoró las previsiones de hace unos meses de los dirigentes nacionales que, según indican fuentes de la formación, creían que sería en Andalucía donde se estrenarían en un gabinete.
Al igual que esta comunidad fue un hito para ellos en 2018, año de su irrupción en política, quieren que en estas elecciones sea el bastión de ese nuevo Vox fuerza de gobierno que ya no se conforma con ser el tercer partido del Parlamento. «El partido que se juega es España», admitía este pasado fin de semana Macarena Olona, cuya designación como candidata a la Presidencia de la Junta da muestra del máximo interés de Vox por los comicios autonómicos y de la relevancia que tienen para hacer realidad sus aspiraciones.
Una decisión arriesgada, por cuanto que aleja de Madrid a una de sus primeras figuras, pero que está dando sus frutos, al menos en las encuestas internas de la formación, que les dan en torno a los 26 escaños, más del doble de los que consiguieron hace cuatro años. Impulsados por esos sondeos, hablan incluso de Macarenazo en las andaluzas y dicen ver ya a Olona al frente de la Junta como preludio de lo que esperan para las generales con Abascal a la cabeza.
Según Olona, tienen opciones reales de dirigir la Junta y «los andaluces van a poder tener en sus manos este partido, que es España, y levantar el siguiente gobierno de la nación, con Santiago Abascal al frente».
Los líderes nacionales, volcados
El líder de Vox está acompañándola en la mayoría de los actos que ha habido hasta ahora. Está recorriendo con ella las provincias en una de la cuatro caravanas electorales con líderes nacionales que ha organizado el partido para estos comicios y que ya han comenzado a ponerse en marcha este fin de semana, en vísperas de la apertura el 3 de junio de la campaña.
Además de la caravana Abascal-Olona, lideran las otras tres el secretario general del partido, Javier Ortega Smith; el vicepresidente político, Jorge Buxadé; y el portavoz en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros.
Tienen la maquinaria a punto y su motores ya se «oyen rugir», en palabras de Ortega Smith, con un mensaje claro: en Andalucía comienza el cambio de rumbo político para expulsar a Pedro Sánchez del Gobierno, por lo que son clave unos buenos resultados el 19J.
De ellos depende la pretensión última de Vox de alcanzar la Moncloa y hacerlo cuanto antes para borrar «de un plumazo» la herencia legislativa de la izquierda. «Nos va a durar 15 minutos la porquería de Podemos y del PSOE, de Zapatero a Sánchez», ha advertido Abascal.
Pero del resultado en Andalucía dependerá sobre todo la relación de Vox con el PP de Alberto Núñez Feijóo, a quien le ha tendido la mano para no dar «ningún balón de oxígeno» a Pedro Sánchez y «expulsarle» del Gobierno. Una oposición fuerte ofrece Abascal para lograr ese primer paso, el segundo, la disputa por la Moncloa, ya se verá después.
Fuente: Belén Gil Orantos (EFE).