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El revés de Vox con Macarena Olona en Andalucía señala a Abascal

La exdirigente descarta pronunciarse sobre su renuncia: «Mi lealtad con los españoles incluye mi silencio sobre cuestiones internas»

El revés de Vox con Macarena Olona en Andalucía señala a Abascal

Macarena Olona y Santiago Abascal en un acto en Córdoba. | Rafael Madero (Europa Press)

Vox quiere correr un tupido velo sobre Andalucía. El revés con Macarena Olona ha obligado a la formación verde a volver al punto de partida. Un error de cálculo que señala a la dirección nacional y, especialmente, a su líder, Santiago Abascal. La abogada del Estado anunció a finales de julio que abandonaba sus responsabilidades políticas por motivos de salud. Algunas voces de su entorno pusieron en tela de juicio esa explicación y achacaron su renuncia a conflictos en el partido. Ella misma lo ha insinuado tras descartar pronunciarse: «Mi lealtad con los españoles incluye mi silencio sobre cuestiones internas».

Olona fue designada candidata de Vox a la Junta de Andalucía el 28 de abril. Era un secreto a voces, aunque la alicantina se mostró reticente al principio. En mayo del año pasado, incluso rechazó la idea de aspirar al Palacio de San Telmo. El escenario cambió meses más tarde. La dirección nacional estaba preocupada por su meteórico ascenso. Olona se había convertido en el auténtico azote del Gobierno en el Congreso de los Diputados y había conseguido eclipsar a los mandamases de la formación verde. Un escenario que incomodaba a algunos de sus compañeros.

El plan de Vox

La dirección nacional urdió un plan. Unos creen que para alejarla de los focos, otros que para darle al partido el empujón definitivo en Andalucía con la intención de que esos comicios se convirtiesen en un trampolín hacia La Moncloa. Los responsables orgánicos presentaron a Olona unas encuestas que le otorgaban el doble de los escaños conseguidos en los comicios regionales de 2018. Un escenario que le acercaba a la vicepresidencia. La exdiputada por Granada intensificó sus viajes a Andalucía y reconoció abiertamente que estaba preparada para dar el paso.

«Será con Vox o no será», retó Olona a los dirigentes del PP. El camino hasta las urnas fue tortuoso, con críticas sobre su empadronamiento incluido. Los resultados arrojaron un jarro de agua fría a la formación verde, que consiguió 14 escaños, solo dos más de los que tenía. La mayoría absoluta de Juanma Moreno convertía a Vox en una fuerza intrascendente. El entorno de la abogada alicantina afirma que la noche electoral lloró y que también lo hizo el día después, momentos antes de salir sonriente ante los medios de comunicación para anunciar que se quedaba en Andalucía.

Macarena Olona analiza los resultados de Vox en Andalucía. | Foto: Joaquín Corchero (Europa Press)

Era el mensaje que lanzaba al exterior. En clave interna había iniciado los contactos para volver a Madrid. Una petición que no le concedieron. Ante semejante panorama, Olona decidió dejar la política. Por el camino, una larga ristra de reproches cruzados entre la dirección nacional y los fieles de la otrora candidata, a quienes acusan de las decisiones más controvertidas durante la campaña andaluza. Otros apunta a que la responsabilidad la tuvo un comité en Madrid que tenía voz y voto en la estrategia, pero muy alejado de la realidad regional.

Los detractores de Abascal sostienen que el partido se ha dedicado en los últimos años a «cargarse a las bases». Creen que ese fue el motivo por el que se movilizó a tanta gente del resto de España para la campaña andaluza. Reconocen que, sin implantación territorial, Vox tiene muy difícil alcanzar ciertos objetivos. Además, señalan a la dirección nacional por tratar de concentrar el mayor poder posible, algo que garantizan los controvertidos cambios estatutarios de abril, pero también por depurar a quienes mostraban el menor atisbo de autocrítica o a aquellas personas que podían hacer sombra a sus dirigentes.

La «lealtad» de Olona

Es lo que muchos denuncian que ha sucedido con Olona, aunque reconocen que nadie lo va a confirmar públicamente. La abogada alicantina guarda un escrupuloso silencio sobre lo ocurrido. No quiere intervenir para desestabilizar el partido en el que llegó a brillar. La treintena de recursos interpuestos ante el Tribunal Constitucional son obra suya. Y muchas de las escenas políticas que han quedado en los últimos tiempos en el subconsciente de los españoles llevan su sello. A pesar de no querer pronunciarse al respecto, ha insinuado por donde van los tiros.

«Mi lealtad con los españoles incluye mi silencio sobre cuestiones internas de Vox», ha declarado a El Español. Unos días antes, otro medio revelaba que la condición médica que había esgrimido Olona estaba relacionada con el estrés y la ansiedad. Ella apenas dio detalles cuando el 29 de julio anunció su marcha por sorpresa a través de un comunicado en redes sociales. Lo acompañaba con una fotografía junto a Abascal. Ambos se lanzaron mensajes de cariño públicamente, pero a pesar de los parabienes, existía una rivalidad soterrada.

La renuncia de la portavoz abría una pugna por la sucesión en el Parlamento de Andalucía. El elegido por la dirección nacional fue Manuel Gavira, que ya ostentó esa responsabilidad en la anterior legislatura e incluso sonó como posible candidato. Pero la dirección nacional tenían clara la candidatura de Olona, aunque algunas voces mostraron su disconformidad. Unos sostenían que con su marcha perdían un valor en el Congreso y otros que la abogada alicantina desconocía el territorio. Vox vuelve a la casilla de salida en la región designando a Gavira. Una enmienda a la totalidad que, para muchos, supone que Abascal haya acabado asumiendo su error.

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