Vuelve la polémica con el Toro de la Vega de Tordesillas: permitido clavar divisas al animal
Un cambio en el reglamento acerca la fiesta al torneo original, prohibido en 2016
Vuelve el Toro de la Vega a Tordesillas envuelto en la polémica. Después de seis años de calma, un cambio en el reglamento del controvertido espectáculo celebrado en este pueblo de Valladolid permitirá que el animal pueda ser marcado con hasta siete divisas, que se clavarán en su piel, adelanta El Confidencial.
Animalistas y detractores de la fiesta no han tardado en alzar la voz. Por ello es que Pacma ha lanzado una recogida de firmas en contra de lo que consideran una de las tradiciones «más crudas y violentas del panorama nacional». «Año tras año, el Torneo del Toro de la Vega señalaba internacionalmente a España con un espectáculo que representaba el mayor exponente del maltrato animal, hasta que, gracias a la enorme presión social, la Junta de Castilla y León aprobó un decreto que prohibía dar muerte a los toros en público», explican en un manifiesto, en el que se puede seguir leyendo: «Sin embargo, tras más de seis años, el Ayuntamiento de Tordesillas, con la complicidad de la Junta de Castilla y León, ha regulado un nuevo y cruento espectáculo, para volver a mostrar al mundo cómo se tiñe de sangre y maltrato la Vega de Tordesillas».
La petición de firmas suma ya más de 44.000 apoyos y en ella exigen tanto al Ayuntamiento de Tordesillas como a la Junta de Castilla y León «que no permitan su celebración». «La mayor parte de la sociedad española no se identifica con estas prácticas atroces, sino que, por el contrario, se avergüenza de un concepto de cultura y tradiciones basadas en el maltrato hacia los animales», aseguran.
En 2016, la presión desembocó en un decreto-ley de la Junta de Castilla y León que prohibía la muerte y lanceamiento del toro. Desde entonces, el Ayuntamiento de Tordesillas no ha cejado en el empeño de intentar recuperar su fiesta más arraigada, que cuenta con un abrumador apoyo de los vecinos del municipio. No obstante, estos logros conseguidos por el Consistorio quedan muy lejos de la celebración de la fiesta tal y como se realizaba antes de 2016, cuando el torneo consistía en dar muerte al animal a lanzadas en un pinar e la zona. Una tradición con origen en el siglo XVI que se convirtió durante décadas en el objetivo número uno de la lucha antitaurina en España.