La música de la película de Franco clausurará un congreso de la Universidad de Oviedo
El concierto ha sido criticado por las víctimas del franquismo. Los organizadores explican que el simposio no trata posicionamientos ideológicos
La banda sonora de Raza, la película escrita por el dictador Francisco Franco, clausurará este viernes un congreso de la Universidad de Oviedo. El concierto que cierra el simposio ha sido criticado por algunas asociaciones de víctimas del franquismo, que lo consideran «incomprensible». Los organizadores explican a THE OBJECTIVE que el cónclave no trata los posicionamientos ideológicos, sino que se centra en la música y en los símbolos que utiliza la industria cinematográfica.
El II Congreso Internacional de Cine e Identidades Industrias Culturales, Flujos Musicales y Discursos Trasnacionales se celebra este jueves y viernes en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo. La web oficial sostiene que el simposio, que ya se desarrolló en 2020, «promueve el estudio y la investigación de las identidades culturales articuladas en el cine, en el que la música y los paisajes sonoros desarrollan un papel destacado desde perspectivas transdisciplinares».
Las víctimas del franquismo aducen que la única intención de Franco con Raza fue propagar su ideario. «Buscamos tender puentes entre la musicología, los film studies, los estudios culturales, los estudios de género, la sociología y la comunicación audiovisual», insisten los organizadores. En su opinión, la aparición del cine sonoro a finales de los años veinte dio un nuevo impulso a los circuitos de entretenimiento «rediseñando nuevas cartografías culturales que forjaron imágenes de los espacios, las naciones y las regiones».
El pseudónimo de Franco
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) considera que este argumento no valida que en la clausura del congreso se interprete la banda sonora de Raza, dirigida por José Luis Sáenz de Heredia. Estrenada en 1942, la película narra el punto de vista del bando vencedor en la Guerra Civil a través de las peripecias de cuatro hermanos que descienden de una familia de tradición militar. Un melodrama histórico financiado con dinero público e inspirado en un relato de Franco, que originalmente lo firmó bajo el pseudónimo de Jaime de Andrade.
Raza es la única película española catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) y, por tanto, protegida. Lo está desde 1993 por la Comunidad Foral de Navarra, aunque los servicios de documentación del Congreso nunca hallaron el expediente. Se desconoce, por tanto, los motivos que se alegaron. La música la compuso Manuel Parada y fue interpretada por la orquesta nacional, la sinfónica y la filarmónica. Este viernes lo hará la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias bajo la dirección de Miquel Rodrigo dentro del ciclo Memoria nostálgica del cine español: de Raza a Bienvenido Mr. Marshall.
«Esta clausura es incomprensible. Hablar de nostalgia del relato franquista es preocupante. Además, esta actividad se hace en una universidad cuyo rector, Leopoldo García-Alas (hijo del escritor Leopoldo Alas Clarín), fue fusilado por el bando sublevado en febrero de 1937», lamenta Emilio Silva. El presidente de la ARMH sostiene que Raza no se caracteriza por ser una joya cinematográfica y que nadie conoce su música, por lo que no entiende que se promocione el ideario franquista.
Los organizadores han rehusado hacer declaraciones. No obstante, aseguran que el congreso no trata posicionamientos ideológicos, sino que se centra en la música y en los símbolos que utiliza la industria cinematográfica. En Raza hay muchos, ya que el régimen se afanó en que la película, patrocinada por el Consejo de la Hispanidad, mostrara el «espíritu abnegado y valeroso propio del ser español y que coincide con el ideario nacional-católico» instaurado tras la Guerra Civil.
Un familiar de Primo de Rivera
La película se rodó en 1941, en pleno entusiasmo franquista por la victoria en la contienda y en una Europa dominada por la Alemania nazi, que por entonces ganaba la Segunda Guerra Mundial. El texto lo escribió el propio Franco, aunque Sáenz de Heredia tuvo que realizar arreglos en el guion. El cineasta recibió el encargo gracias a sus vínculos con Manuel García Viñolas, director del Departamento Nacional de Cinematografía y, especialmente, por ser familiar de José Antonio Primo de Rivera, lo que probaba su fidelidad con el régimen.
El rodaje costó 1.650.000 pesetas (10.000 euros), según el actual director de la Academia de Cine, Fernando Méndez-Leite. Una auténtica fortuna para la época. Buena culpa de este dispendio, financiado con dinero público, la tienen los 50 decorados, los más de 4.500 extras y el sueldo del elenco de Raza, encabezado por Alfredo Mayo, Ana Mariscal, José Nieto, Blanca de Silos y Raúl Cancio. Sáenz de Heredia cobró 79.000 pesetas (500 euros).
El director aseguró que jamás recibió indicaciones. Mayo, antiguo teniente del bando sublevado y protagonista del filme, reconoció que todos los días llegaba un motorista con instrucciones precisas sobre cómo debían ser las secuencias. Más tarde se supo que un ayudante del dictador, Jesús Fontán, supervisó todo el rodaje. El relato que da pie a esta grabación no fue la primera incursión de Franco en la literatura. Ya había publicado unas memorias sobre las campañas coloniales en África en 1922: Marruecos. Diario de una bandera.
La primera versión de Raza se estrenó en 1942. Al acabar la Segunda Guerra Mundial, con un escenario internacional muy diferente al que existía cuando fue concebida, las autoridades del régimen decidieron edulcorarla atemperando las críticas a Estados Unidos, eliminando referencias a Falange y a la masonería, minimizando las secuencias en las que se saludaba con el brazo extendido y modificando el título. La película pasó a denominarse Espíritu de una raza.
La excusa fue resincronizar su sonorización, cosa que también se hizo en 1950. La existencia de dos versiones distintas se constató en 1993, cuando la Filmoteca Española adquirió una copia de la primera versión, incompleta y en mal estado, que había logrado salvar un cine ambulante. Dos años más tarde apareció otra película, esta vez completa y en buen estado, en la Cinemateca de Berlín.