Almeida cumple dos años después su promesa de colocar una estatua en honor a la Legión
El alcalde de Madrid sitúa en la calle Vitruvio el enorme busto que homenajea a la Legión española, de seis metros de altura y seis toneladas de peso
Este martes se cumplen dos años del cien aniversario de la Legión española. Una efeméride histórica que ha hecho que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, se haya decidido a cumplir por fin su compromiso de colocar una enorme escultura en honor a la infantería en la calle Vitruvio, junto al Estado Mayor de la Defensa, a propuesta de la Fundación Museo del Ejército. El Ayuntamiento ha procedido ipso facto ante el enfado de los legionarios, «decepcionados» y «engañados» por la demora del regidor de la capital.
El monumento de seis metros de altura y 20 toneladas de peso ha sido financiado por crowfounding (micromezenazgo) y ha sido construido por el escultor Salvador Amaya, autor del monumento a los héroes de Baler, que se iba a colocar en uno de los puntos más frecuentados de Madrid. Pero esa ilusión inicial se había ido disipando. En primer lugar, por el cambio de ubicación: alegando motivos logísticos, el Ayuntamiento de Madrid decidió que el pedestal estaría ubicado en la calle Vitruvio. En segundo lugar, porque la fecha de su colocación estaba prevista originalmente para 2021.
Y en tercer lugar, porque creen que la «desidia» de Almeida para con este homenaje responde a que ha estado «cediendo a las presiones de la izquierda». Esta se revolvió virulentamente cuando conoció la noticia. Unidas Podemos, sin ir más lejos, acusó al alcalde de «celebrar la sanguinaria guerra colonial en el antiguo Protectorado de Marruecos». Además, la cuenta de Twitter del partido morado asoció el monumento a una supuesta exaltación de un «golpe de Estado de 1931» que jamás se produjo.
Más Madrid e Izquierda Unida también criticaron la iniciativa, pero ni el consistorio ni el propio escultor entendieron la controversia. Salvador Amaya, en conversación con este periodista, tildó de «absurda» la polémica, por cuanto ésta sólo podría molestar a «alguien que no sabe de lo que está hablando». Y es que no hay ningún motivo para impedir la colocación del monumento, ni siquiera por razones de la Ley de Memoria Histórica: esta es retrospectiva hasta 1936 y el busto representa a un legionario genérico de la época fundacional, previa a la Guerra Civil.
Su intención fue en todo momento, así lo confesó, la de «representar a un hombre de futuro incierto pero con una dignidad que le da seguridad en que su esfuerzo y sacrificio será en aras de un bien mayor; un soldado que lleva la patria en el corazón y el honor por bandera». Nada que ver con la «connotación franquista» que le atribuyen sus detractores.
El tamaño de la escultura es de 2,80 metros de altura y está colocada sobre un pedestal de alrededor de 3,5 metros. En total, casi 6 metros de monumento. La escultura pesa aproximadamente seis toneladas que, sumadas a las 14 del pedestal, hacen difícil su colocación. Por este motivo los técnicos del Ayuntamiento decidieron cambiar la ubicación que habían planeado originariamente: de la Plaza de Oriente a la calle Vitruvio. Ellos atribuyen, no obstante, la demora al Ministerio de Defensa.
«Lleva meses dando largas»
Los legionarios celebran la «reacción inmediata y desaforada del Ayuntamiento» tras conocer sus quejas, pero siguen descontentos con la demora del alcalde, que se comprometió con ellos en 2019 a instalarla en 2021. El miembro de la Plataforma Histórica Millán-Astray, Guillermo Rocafort, sostiene que José Luis Martínez-Almeida «ha sido una completa decepción para nosotros»: «Ha estado meses dando largas sobre la estatua, cuyo lugar ideal era la Plaza de Oriente, pero este alcalde es sensible a las presiones de la extrema izquierda y a los veteranos de la Legión nos da la espalda. Si por él fuera ni la pondría».
Rocafort recuerda, además, que esta actitud del alcalde ha sido «una constante» durante su mandato. Y es que tal y como señala su compañero Emilio Domínguez Díaz, también veterano legionario y miembro de la plataforma, «mantuvo la misma desidia con la restitución de las placas en el callejero». El Tribunal Superior de Justicia de Madrid dio la razón a la Plataforma Millán-Astray, y obligó al Consistorio dirigido por José Luis Martínez-Almeida -que no retiró el recurso presentado en su día por Manuela Carmena- a restituir la placa del «padre fundador de la Legión». «Cuando el TSJM nos dio la razón de manera unánime repuso, bajo la insistente presión de nuestra plataforma, las placas, pero al cabo de unos meses».
«Ahora estamos en las mismas circunstancias, que no favorecen la comprensión ni el compromiso. Este año ya celebramos el 102 aniversario y no se ha colocado la estatua en un sitio significativo de la capital. Nuestro sentimiento es de desazón ante el desacierto de la corporación», denuncia Domínguez Díaz, que atribuye la tardanza del dirigente del Partido Popular a determinados «complejos»: «Le preocupa mucho el qué dirán, y la prueba es la reposición de la placa del callejero».