El nuevo Govern entierra la 'república digital' que preparaba el vicepresidente destituido
El Ejecutivo catalán de ERC en solitario suprime la Consejería de Políticas Digitales que lideraba el exvicepresidente Jordi Puigneró
La salida de Junts per Catalunya del Govern también ha comportado la supresión de la Consejería de Políticas Digitales, que dirigía el vicepresidente destituido Jordi Puigneró. El nuevo consejero Juli Fernández ha recibido este martes la cartera de la Consejería de Territorio, pero sin englobar esta otra cartera referida a la apuesta virtual y de digitalización de Cataluña que tanto entusiasmaba a Puigneró. Durante la etapa del exvicepresidente el nombre completo era Consejería de Vicepresidencia, Políticas Digitales y Territorio. Ha sido el propio exconsejero quien se ha encargado de otorgar la cartera de Territorio a su sucesor. Ahora las competencias de Políticas Digitales han pasado a manos de la Consejería de la Presidencia, liderada por Laura Vilagrà.
Antes de que la crisis entre socios de gobierno se saldara con la salida de los posconvergentes del Ejecutivo autonómico, se produjo la destitución de Puigneró. Hacía tiempo que ERC quería librarse de los sectores más radicales de Junts y los planes del vicepresidente para avanzar hacia la «república digital» generaban desde escepticismo a incomodidad.
Como informó THE OBJECTIVE, la reunión extraordinaria del Consell Executiu donde Pere Aragonès impuso el cese de Puigneró se desarrolló en un ambiente de desconfianza muy elevada. Puigneró no quiso entregar su móvil al funcionario de turno tal y como acordaron dos meses antes todos los consejeros con el fin de evitar filtraciones. Se presentó a la reunión con su terminal, y la consejera de Presidència le recordó las normas acordadas. La discusión duró unos diez minutos antes de convencerle de dejar el aparato fuera de la sala.
A este desencuentro se le sumaba el hecho de que Puigneró es uno de los 18 espiados por el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) con mandato judicial. Y en este contexto de desconfianzas y en plena guerra de Ucrania, ERC quiere evitar nuevas revelaciones que vinculen a sus socios con Rusia o con planes ilegales para lograr la secesión. Por esta razón, la obsesión de Puigneró con «crear una república catalana digital» antes que un estado de facto y reconocido internacionalmente ha generado suspicacias en algunos sectores.
419.000 euros al Centro de Blockchain de Cataluña
Como informó el digital catalán El Triangle, el vicepresidente cesado ha sido la pieza básica para tratar de convertir Cataluña en un paraíso para las criptomonedas, tal y como pidieron emisarios rusos a Carles Puigdemont en otoño de 2017. Aunque es cierto que Puigneró impulsaba la implantación de estas monedas virtuales en la región desde marzo de ese año, unos meses antes de que lo sugiriesen desde el Kremlin.
El Departamento de Vicepresidencia y de Políticas Digitales financió con 491.000 euros el Centre Blockchain de Catalunya, creado a finales de 2020. Este centro está integrado dentro de la Cámara de Comercio de Barcelona, pero su financiación procede de la Consejería que hasta hace unas semanas dirigía Puigneró.
El Centre Blockchain de Catalunya se define como un centro de excelencia tecnológica, que tiene el objetivo de promocionar activos digitales y tecnologías descentralizadas en la región. El significado de Blockchain es el de cadena de bloques, y este sistema es el que permite el desarrollo de criptomonedas.
Criptomonedas alternativas al euro
De acuerdo con el digital catalán, los emisarios rusos que se reunieron con Puigdemont poco antes de proclamar la independencia de Cataluña sabían que el Govern apostaba por potenciar las criptomonedas alternativas al euro con el fin de desestabilizar a la Unión Europea.
Según las declaraciones de la entonces consejera de Presidència, Elsa Artadi, ante el juez Joaquín Aguirre, del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, que investiga esta trama, el exmandatario catalán delegó en ella la reunión con los rusos porque es economista y esta condición ayudaría en un intercambio de criptomonedas.
«Ni república ni digital»
Puigneró ha valorado el nuevo gobierno de ERC en solitario en sus redes sociales. «Ni República ni Digital», ha lamentado. Y es que ERC ha elegido perfiles procedentes de la extinta Convergència, el PSC o Podemos alejados de los maximalismos independentistas.
En el anuncio de los nuevos consejeros, además, ha desaparecido la cartera de Políticas Digitales: Natàlia Mas es la elegida para el Departamento de Economía; Meritxell Serret, en Acción Exterior; Gemma Ubasart, en Justicia; Carles Campuzano, en Derechos Sociales; Juli Fernández, en Territorio; Manel Balcells, en Sanidad y Quim Nadal, en Universidades.
La república digital catalana
Al asumir la cartera de Políticas Digitales, Puigneró elaboró un plan para crear una «república digital» como un «acelerador de derechos y libertades» que diera herramientas a los ciudadanos «para protegerse de los abusos» que, a su juicio, «Estados como el español quieren ejercer sobre ellos».
También eligió la base aérea de Rusia de Baikonur, en Kazajistán, para lanzar su primer nanosatélite al espacio. Pese a que las bases principales son la de la Agencia Especial Europea, la Base Kennedy en Cabo Cañaveral y el Centro Espacial Kagoshima, de Japón.
El lugar elegido por Puigneró no era un cosmódromo cualquiera, sino que fue el que potenció la antigua Unión Soviética en plena carrera espacial con Estados Unidos. Desde ahí partió el astronauta Yuri Gagarin para completar el primer vuelo orbital tripulado y también se lanzó el Sputnik 1. Posteriormente, y con el estallido de la guerra en Ucrania, optaron por no usar más esta base como muestra de «rechazo a la invasión rusa».
En su libro El 5è poder: La República Digital a les teves mans, publicado en 2020, se pregunta si «Cataluña puede, como nación, convertirse una república digital sin ser república aún». «Precisamente porque en internet deja de tener sentido la variable territorial, constituir una república digital para alguien como Cataluña, que ya es nación pero no es estado, es factible», concluye en su obra.