El padre de la niña de Gijón fue condenado a pesar de las «notorias falsedades» de la madre
Noemí Martínez, presunta asesina de su hija Olivia, de seis años, había emitido hasta 19 denuncias contra su marido basadas en falacias
Solo una de las veinte denuncias por maltratos que Noemí Martínez interpuso contra su marido terminó en condena. Pero fue la que desencadenó la tragedia: desde que el Juzgado de los Penal número 1 de Sevilla condenó a Eugenio García por violencia de género, en una sentencia que fue ratificada por la Audiencia Nacional, Olivia pasó a vivir con su madre, que la habría asesinado. Y eso que la única prueba que se aportó fue la palabra de la supuesta filicida, de la que los jueces habían destacado con anterioridad las «notorias falsedades» de su relato.
El texto, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, precisa que «no queda suficientemente acreditado que el acusado maltratara habitualmente a la perjudicada», más allá de que fuera diagnosticada de reacción a estrés agudo por la tensión de la convivencia. Asimismo, el juez define a García como «una persona fría y distante», sin destacar rasgos violentos en su personalidad.
La sentencia consultada por este medio asegura que la víctima sufrió «un delito de malos tratos con lesiones». El diario ABC ha abundado en que estas habrían consistido en «contusión en hombro y brazo izquierdos, contusión dorsal izquierda, hematomas a nivel de dichas contusiones y crisis de ansiedad, lesiones que han precisado para su curación primera asistencia médica, tardando diez días en curar sin incapacidad».
Pero la clave está en que el texto que condenó al padre también dice que la condena se debió a que el juez creyó que el testimonio de la madre cumplía los parámetros de credibilidad subjetiva, verosimilitud y persistencia. Esos criterios solo se aplican cuando no hay más prueba de cargo que dicho testimonio. Y es que el parte médico no decía que nadie la hubiera agredido, solo acreditaba que la mujer tenía contusiones en el brazo izquierdo y en la espalda.
En definitiva, la palabra de Noemí Martínez, cuyo relato en las anteriores denuncias falsas contenía «notorias falsedades» según los jueces, bastó para que la Justicia española denegara la custodia compartida a Eugenio García, padre de Olivia, que fue finalmente asesinada -presuntamente- por su madre, que le preparó una taza de cacao con leche que incluía pastillas machacadas, causándole una muerte por sobredosis.
El abogado del padre de Olivia, Ignacio Blanco, a través de un comunicado, ha señalado que la «indefensión» de la menor fue «absoluta» y ha afirmado que unos hechos de tal «gravedad» podrían «estar penados con la prisión permanente revisable». El letrado considera que la información del Alto Tribunal castellanoleonés es «injustificada», critica la Ley de Violencia de Género y desliza que el sistema judicial contribuyó al fatal desenlace.
«Su madre, única responsable, nos la arrebató. A ello ha contribuido un sistema judicial imperfecto y una ley de violencia de género que acaba con la presunción de inocencia del varón», indica el comunicado. Además, el letrado resta importancia a la condena por malos tratos que un juez impuso al padre de la niña en febrero de 2020, por cuanto en la misma el juez consideró probado un delito de lesiones, aunque le absolvió del de maltrato psicológico y de maltrato hacia Olivia del que también estaba acusado por la presunta asesina.
La muerte ha conmocionado al país y ha disparado las críticas hacia el Ministerio de Igualdad, con Vox y miles de usuarios en redes sociales exigiendo su cierre. Y es que su titular, Irene Montero, tardó 48 horas en condenar el supuesto asesinato. Lo hizo respondiendo a la pregunta de un periodista, pero criticó a posteriori que, en su opinión, haya quien esté tratando de «utilizar políticamente el dolor de las víctimas».
THE OBJECTIVE publicó en exclusiva el pasado 2 de julio cómo los filicidios son principalmente cometidos por las madres. De los 50 filicidios acreditados por sentencia firme en los últimos 15 años en España, 26 fueron perpetrados por la madre y 24 por el padre. Un dato que choca con el argumentario del Gobierno de coalición que mantienen PSOE y Unidas Podemos, que sostiene públicamente que este tipo de violencia procede sobre todo de los progenitores masculinos, y a la que se refieren como «violencia vicaria».