Expertos desmienten al Gobierno: en la frontera con Marruecos no hay 'tierra de nadie'
Interior sitúa la tragedia en la valla entre Nador y «tierra de nadie». Los expertos señalan que este término no existe en derecho y aseguran que es suelo español
Entre Nador (Marruecos) y la ciudad autónoma de Melilla no hay «tierra de nadie». Ese espacio, denominado también como zona ‘gris’ o improductiva, entre el vallado de país vecino y el español, en el que, según el documental de la BBC, se produjo parte de la tragedia mortal el pasado 24 de enero, es España. Suelo nacional. El Ministerio del Interior lo niega. Insiste en que no hubo fallecidos en el lado español y los ubica en esa «tierra de nadie». Pero lo cierto es que el Gobierno se ha quedado solo defendiendo esa tesis. Expertos en este ámbito consultados por este periódico, el catastro de Melilla, la documentación del canal británico o la comisión de diputados que pudo visionar las imágenes de la actuación policial en la valla el pasado lunes coinciden en el mismo punto: hubo muertos en el lado melillense.
EL término que ha utilizado en varias ocasiones el ministro no existe en derecho. «Es una falacia», explica a este periódico Miguel Ángel Acosta, profesor titular de Derecho Internacional en la Universidad de Cádiz (UCA) y uno de los mayores expertos en materia de inmigración y fronteras. Todo el territorio en la Tierra, salvo la Antártida, prosigue, «se encuentra bajo la soberanía de un estado». Y la parte de terreno que separa Marruecos y Melilla no es una excepción. La clave está en determinar «donde están las fronteras para saber donde empieza cada estado».
Para eso, señala Acosta, y otras figuras como Luis Romero Bartumeus, experto en seguridad, con los que conversa THE OBJECTIVE, los estados concluyen tratados internacionales. En este caso, los límites fronterizos se establecieron en el siglo XIX, pero todo cambió cuando cien años después se levantan las vallas. «Cuando se construyen las vallas, se elevan completamente dentro del estado español, dejando un tramo del territorio nacional entre la valla exterior, la que da a Marruecos, y la demarcación original, que se había hecho antes. Lo que supuso, pese a que todos los políticos lo han negado en sede parlamentaria, una cesión implícita de territorio español a Marruecos».
«La soberanía corresponde a España»
Los diputados han rechazado este último punto, pero, señala este experto en fronteras, sí han confirmado que hay territorio español más allá de la valla exterior: los 11 kilómetros de largo y 160.000 metros cuadrados de superficie que ocupa el paso fronterizo. Por tanto, para este experto no hay dudas. El vídeo en el que se aprecia parte de la tragedia en la valla, en la que murieron 23 inmigrantes, «estaba bajo control español». «Toda la zona, esos rectángulos que se aprecian—se refiere a la aduana española— donde fueron introducidos los inmigrantes y se produjeron las avalanchas, aún bajo jurisdicción de facto marroquí, es territorio español bajo todos los efectos».
Este profesor de derecho insiste en que «no se puede puede hablar de ‘zona de nadie’ porque hay territorio español más allá de las vallas». Y, en su opinión, no solo una parte. Sino que «todas las avalanchas, los disparos [de pelotas y gases] de las policías marroquí y españolas se realizaron en suelo español», regulado por los tratados internacionales del siglo XIX. «Otra cosa es que la jurisdicción de facto la realice Marruecos, pero la jurisdicción de iure, la soberanía, correspondería a España», sentencia.
Catastro
El catastro de Melilla, por otro lado, también confirma este punto. La Dirección General del Catastro (DGC) y el Instituto Geográfico Nacional sitúan la tragedia en territorio español. Los mapas, planos, certificados y lindes, consultados y adelantados por El Correo Vasco hace un mes, tanto de la explanada del paso fronterizo como del vallado donde algunos subsaharianos fallecieron , según la BBC, tras formarse un «embudo humano», estaban dentro de los límites españoles.
El Gobierno, mientras tanto, sigue negando que los inmigrantes fallecieran en la zona del paso fronterizo español, tal como han denunciado también algunos diputados de la Comisión de Interior que visitaron Melilla a principios de esta semana. El martes, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, expresó en la rueda posterior al Consejo de Ministros su apoyo a la actuación las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y reafirmó que todas las actuaciones se rigieron bajo el amparo de la legalidad, aunque sin entrar en detalles sobre los vídeos publicados en la valla fronteriza.
Los diputados en la comisión de Partido Popular, Unidas Podemos, EH Bildu, Ana Vázquez, Enrique Santiago y Jon Iñarritu, respectivamente, que pudieron visionar fragmentos de la actuación policial en la valla, sin embargo, han confirmado que muchas muertes se produjeron en suelo español. «No hay duda de que la avalancha que produjo las muertes y los heridos más graves se produjo en instalaciones de la frontera española, en el edificio de la Aduana española, en un espacio bajo clarísimo control de la autoridad española y bajo competencia española», sentenció hace unos días Santiago.
Los vídeos en la frontera con Marruecos
Las imágenes, a las que también ha tenido acceso THE OBJECTIVE, sin embargo, dan cuenta de que después de la avalancha y el «embudo humano» que se formó en el lado de la valla del país vecino, algunos ciudadanos cayeron en «la zona comunitaria». Y que tras quedar inconscientes allí —se desconoce si estaban muertos o vivos—, no recibieron asistencia médica de ningún país implicado en el operativo.
Una vez despejaron la zona, como se advierte en otro vídeo, los agentes marroquíes devolvieron a los inmigrantes a su territorio, dejando a los heridos en una gran explanada donde permanecieron hacinados durante varias horas. Respecto a este punto, el Ministerio del Interior ha explicado que los efectivos desplegados dieron aviso a los servicios de emergencia, pero justifica que los facultativos no pudieron acceder a zona por el peligro que suponía para ellos. Al parecer, los inmigrantes no paraban de lanzar piedras.