El choque entre Iglesias y Yolanda Díaz complica la coalición de izquierdas para las generales de 2023
El exlíder de los morados ha criticado a la vicepresidenta segunda por no haber despejado esa gran incógnita sobre su candidatura, urgiéndola a hacerlo
El exlíder de los morados ha criticado a la vicepresidenta segunda por no haber despejado esa gran incógnita sobre su candidatura, urgiéndola a hacerlo
El pulso entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, después de que el exlíder de los morados haya censurado que la vicepresidenta vaya por libre sin contar con Podemos, complica el escenario para llegar a un acuerdo que les lleve juntos a las generales de 2023 si la vicepresidenta se decide finalmente a dar el salto.
Una de las cosas que Iglesias ha criticado a la vicepresidenta segunda es que aún no haya despejado esa gran incógnita sobre su candidatura, urgiéndola a hacerlo, además de exigirle «respeto» para los morados y advertirle de que no puede promover una candidatura electoral sin ellos.
Yolanda Díaz ha tratado estos días de no entrar en la polémica, pero sí ha dejado claro un par de mensajes: Que está dispuesta a liderar este proyecto electoral a la izquierda del PSOE y que no le debe nada a nadie, respondiendo al permanente recordatorio de Iglesias de que si ella es vicepresidenta y ministra de Trabajo es gracias a Podemos.
Con estas tiranteces a un año de las elecciones generales, los de Podemos también parecen prepararse para otro eventual escenario sin Sumar y ya no dan por hecho que Díaz sea su candidata. Algo que hasta ahora no ponían en duda pese al malestar que arrastran desde que la ministra de Trabajo dio a conocer sus intenciones políticas en 2021 y las pusiera en marcha el pasado 8 de julio.
Desde entonces no se han sentado en ningún momento a hablar de sus proyectos, reprochan fuentes de la formación. En marzo se reunieron para limar las asperezas derivadas del apoyo de Díaz al envío directo de armas a Ucrania, pero desde el 4 de octubre de 2021 no ha vuelto a reunirse la mesa confederal. También es llamativo cómo en el hueco que deja la ausencia de la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, de baja por maternidad, se está introduciendo la ministra de Igualdad, Irene Montero, en teoría la «número dos del partido», en lo que apunta a una apuesta de Podemos por promover su imagen más electoralista.
De hecho, Podemos Sevilla, en plena escalada de tensión con Díaz, llamó en las redes sociales a «seguir con la verdad y la democracia por delante siempre. PRESIDENTA», en mayúsculas y acompañando un vídeo de Montero, que han difundido los morados. Ante lo que consideran falta de certezas por parte de la ministra de Trabajo en cuanto a sus planes políticos, Podemos se prepara para el próximo ciclo electoral, que comienza en mayo con las autonómicas y municipales a las que no se presentará Sumar, y que para los de Belarra son una prueba de fuego para calibrar qué poder tienen.
Un poder que los dirigentes de Podemos aseguran que mantienen dentro del espacio a la izquierda del PSOE frente al proyecto de la vicepresidenta segunda, y lo argumentan con la última encuesta del CIS correspondiente a octubre, en la que los morados cuentan con un 41,1 por ciento en intención de voto; la marca Unidas Podemos, un 34,7%; Sumar conseguiría un 16,8% e Izquierda Unida un 6%.
Con estos mimbres, insisten en defender la coalición y en ir juntos con Sumar, pero aspiran a un acuerdo razonable que no les deje orillados, insistiendo en que son la principal fuerza de la izquierda que llaman progresista, y eso, defienden, tiene que trasladarse a una futura candidatura unitaria.
Si evidente es ahora el distanciamiento entre las dos partes, qué pasará cuando llegue el momento de elaborar las listas, si es que ese momento llega, teniendo en cuenta que en la propuesta de Díaz no está ni mucho menos hacer una suma de siglas. Mientras tanto, la parte socialista del Gobierno ve con cierta inquietud la escalada de tensión entre sus socios y pide a Podemos y a Sumar que configuren una alternativa para evitar la división de la izquierda.
Otra partición a su izquierda afectaría, probablemente, a las posibilidades de gobernar de los socialistas aunque ganaran las elecciones.
Fuente: EFE.