El futuro de la coalición depende de mayo: «Si Podemos se hunde, saltará por los aires»
PSOE y Podemos actúan conjuntamente para lograr una candidatura de unidad, condición ‘sine qua non’ para reeditar el gobierno progresista de coalición
Pedro Sánchez.
Nunca la coalición ha estado tan cerca de la ruptura como ahora, nunca los temores fueron tan reales y, sin embargo, las dos facciones del Gobierno confían aún en que las municipales sirvan de pegamento temporal para el Ejecutivo. Lo que pase después, ya es otro cantar. El escenario que se abre después de mayo de 2023 es una incógnita y abre paso a un nuevo tiempo en el que la esperanza de unidad se desvanece y muchos se arman de razones ante las perspectivas inciertas de las tres almas del tripartito progresista: el PSOE de Pedro Sánchez, el Podemos de Pablo Iglesias y la plataforma Sumar de Yolanda Díaz.
Pero una máxima es compartida por estrategas del espacio morado: «Si alguien piensa que podremos levantar una candidatura después de un fracaso en las municipales, se equivoca mucho. No quedará nada de nosotros». Quienes hablan coinciden con el PSOE en que una debacle de Podemos y sus confluencias será el preludio de una muerte política: «Si Podemos se hunde, saltará por los aires», signifique eso lo que signifique. Posibilidades hay muchas: que se presenten en dos listas o que Yolanda Díaz renuncie incluso a dar el paso, e incluso, la ruptura de la coalición.
«Si el resultado es muy malo se la tienen que jugar. Es posible que entre seguir a la sombra del gobierno y tener luz propia opten por lo segundo», sospechan en el PSOE, siendo conscientes del altavoz gubernamental de Moncloa y de que en Podemos no son ajenos a que la decisión de la salida de Moncloa cargará a sus espaldas con las culpas ante el electorado. «Es mejor que nos echen a irnos», confesó el fundador de Podemos Juan Carlos Monedero verbalizando la guerra fría en que se ha convertido la coalición: todos conscientes de que la salida sería quizás más rentable en los números, de no ser por el potencial coste de asumir la decisión.
Los dos recados demoscópicos de El País
Es por este motivo que el PSOE de Sánchez ha puesto en marcha la maquinaria de la ingeniería electoral con la demoscópica publicada esta semana por el diario El País. «Ciencia ficción», explican fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE, que perseguía lanzar dos mensajes fundamentales al espacio morado. El primero, hacia Pablo Iglesias, en el sentido de advertirle de los riesgos de romper la baraja e impulsar una candidatura alternativa con Irene Montero. La llamada ‘operación primera dama’ que, según la lectura demoscópica de estas fuentes socialistas, supondría un sonado fracaso a juzgar por la fuerza cuantitativa de la plataforma de Yolanda Díaz, aunque «ni de lejos» lograría entrar en el espacio de los 50 escaños.
Y el segundo recado para Yolanda Díaz, consistente en la petición de «contar con Podemos», porque la fuerza matriz del espacio morado sigue aglutinando un tercio de los votantes de Podemos en 2019. Motivo por el cual, Díaz no puede pretender ningunear a Iglesias en el proceso de configuración de la plataformas y sus puestos de salida. En palabras de Iglesias hace unas semanas, no puede «faltar al respeto» a Podemos y tenerla en cuenta en los integrantes de sus listas: «¿Quien piensa que le puede ir bien a una candidatura de izquierdas en las elecciones generales si a podemos le va mal en las municipales… Hay que ser estúpido… Podemos debe ser respetada».
Mensajes embotellados en una encuesta prefabricada que a muchos recordó a la que hace cuatro años publicó el diario de Prisa y en la que el flamante candidato Ángel Gabilondo subía 19 puntos apenas 24 horas después de ser nombrado. Los socialistas admiten que este es el negocio de la política: «A veces trabajamos para cambiar la realidad, no para mostrarla». Y lo que pretenden en Moncloa y Ferraz es mantener unido artificialmente el espacio morado aún a sabiendas de que «hay más nexos en común entre Sánchez y Yolanda que con Iglesias».
Díaz e Ione recuperan sintonía
Según el entorno de Díaz, la lideresa gallega «está muy dolida con la deslealtad de Pablo Iglesias. Ella nunca fue tan destella, al contrario». Y sus desahogos no los vierte sólo con sus fieles. «También ha recuperado sintonía e interlocución con Ione Belarra», íntima de Irene Montero, pero principal damnificada de la operación de Iglesias para encumbrarla, y que, en consecuencia, «no están tanto en la estrategia de la ruptura» como en la influir y presionar para lograr «generosidad en el proceso».
Para ello trabaja el Gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza. En los corrillos del día de la Constitución esta semana, el presidente aseguró respetar la autonomía de cada partido, pero mostró su preocupación por el escenario que arrojaba el sondeo de El País en el supuesto de que Podemos y Sumar confluyeran en listas distintas: PP y Vox rozarían la mayoría absoluta. «Hay que hacer una apelación a la unidad. La amenaza del de que PP gobierne con Vox existe. Cualquier diferencia queda anulada ante esta amenaza». Y ese contexto, PSOE y Podemos no actúan con independencia ni soberanía sino como un núcleo conjunto de toma de decisiones, de dependencia de dos espacios que saben que, sin la unión de las partes, no lograrán el fin último de reeditar la coalición.
