Garzón invierte 237.000 euros contra el juego mientras el Gobierno promociona la Lotería
El sector del juego critica que el ministro de Consumo lance una campaña en su contra mientras la Administración se vuelca en promover la Lotería de Navidad
La bicefalía del Gobierno de España ha vuelto a quedar en evidencia con motivo de la Navidad. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha invertido 236.797 euros en la campaña #PERO, que tiene como objetivo «concienciar a toda la sociedad, especialmente a los jóvenes, sobre los peligros del consumo no responsable de los juegos de azar». Pero esta obvia deliberadamente la Lotería, que supone un ingreso importante para el Ejecutivo. Este, a través del Ministerio de Hacienda que dirige María Jesús Montero, ha invertido 55 millones en su promoción.
La última campaña pergeñada por el departamento de Garzón cuenta con un vídeo publicitario –que roza ya las cuatro millones de visualizaciones en Youtube– que alerta contra los peligros del juego. Este muestra a distintas personas, la mayoría jóvenes, en situaciones de juego problemático relacionado con casinos, apuestas y tragaperras. La campaña también alerta sobre el peligro de las apuestas durante el Mundial de Qatar, pero no sobre la Lotería de Navidad, que coincide temporalmente.
Cuando menos una paradoja, ya que las loterías, rascas de la ONCE y bonolotos son los juegos de azar más recurrentes entre los jóvenes, según datos del Ministerio de Sanidad. También son las que causan una mayor adicción a la población de 14-18 años. Pero el departamento de Garzón, que en su última campaña se dice preocupado por el aumento de los jugadores jóvenes en apuestas online, obvia esta realidad.
Esta campaña pone de manifiesto, una vez más, la doble cara del Gobierno de España, que se gasta centenares de miles de euros en alertar de los riesgos del juego, y la posibilidad de desarrollar patologías como la ludopatía, mientras que invierte millones en promocionar los que generan beneficios para el Estado, que curiosamente son los más perniciosos. En otras palabras, mientras el Ministerio de Consumo invierte 236.797 euros en hacer campaña contra los juegos de azar, la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado ha recibido 55,3 millones de euros para publicidad en 2022, como queda reflejado en el Plan de Publicidad y Comunicación Institucional.
La paradoja no termina aquí. Y es que desde el Real Decreto 958/2020 de comunicaciones comerciales de las actividades de juego, la publicidad de los operadores privados está prácticamente prohibida (solo se permite su difusión de 1 a 6 AM), mientras que la de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) copa las televisiones y principales periódicos en estos días.
También cabe recordar que el juego es ilegal para menores, y que por eso el juego privado tiene controles de acceso e inspecciones rutinarias que impiden el acceso a quienes no han cumplido los 18 años de edad. Sin embargo, es común ver en fechas navideñas noticias sobre los menores premiados con décimos de loterías de Navidad.
El año pasado, en 2021, las ventas por el sorteo de Navidad superaron los tres mil millones de euros mientras que, en todo el año en España, se apuestan 1.851.000.000 (mil ochocientos millones) de euros entre las modalidades presencial y online. Esto es, cada año los españoles se gastan el doble en Lotería de Navidad que en apuestas. Un negocio muy lucrativo que podría explicar esta paradoja.
«Perseguidos» por el ministro
El director general del Consejo Empresarial del Sector del Juego (CeJuego), Alejandro Landaluce, considera que la última campaña de Alberto Garzón resulta «profundamente asimétrica y discrimina el juego privado»: «En esta época en la que todo el mundo juega, la Administración pone en marcha una campaña para fomentar la Lotería de Navidad, en la que el Estado ejerce de lotero, pero persigue con otra campaña los otros tipos de juego que significan lo mismo: esperanza diversión y una manera de compartir».
«Estamos ante diferentes maneras de tratar dos prácticas que tienen las mismas virtudes y los mismos problemas», reclama el director general de la asociación empresarial que engloba al 70% del juego privado. «Unas personas juegan a la Lotería y otras viven esa experiencia yendo a un casino, a un bingo o un salón de juego. Mientras unos están absolutamente aceptados por la sociedad, los otros son perseguidos por el ministro», zanja.
No se quien de da mas asco si el coletas o este viruelas
La culpa es de sus votantes zarrapastrosos. K asko
El binguillo, las tragaperras, los casinos, las apuestas y todo juego también suponen ingresos para el estado. Si Garzón no se mete con la lotería y especialmente con la de Navidad es porque es muy tradicional, y sería impopular relacionarla con la ludopatía y advertir de sus peligros.
Bueno eso, y qué, para que vamos engañarnos, jugar a la lotería del Gordo de Navidad no es tan adictivo como el rasca mamá que te rascas sin parar hasta dejarte los bolsillos en carne viva, las máquinas tragaperras de los bares que dejan turulata a la clientela más ludópata, como jugarse todo el patrimonio familiar a la ruleta rusa en un garito de las Vegas o de Moscú y perder hasta la coleccion de camisetas del prusés pongamos por caso. En fin, que en eso Garzón tiene que estar en misa, repicando en el campanario las cuatro bobadas de los comunistas rancios, y pasando el platillo para que los ludópatas en general le echemos Argo…
Su boda fue a base de chuletón.
Eso es un bulo. Eran medallones de solomillo a la parmentier de buey Kobe criado a biberón y engordado con alfalfa alfa de la buena, y con música de Wagner en las dependencias de la vaquería de la finojosa para empoderar al animal y que la carne se le ponga buena y sabrosa, muy buena y muy sabrosa, antes de proceder al despiece en vivo, pero con anestesia. Ya sabe, el mundo, el demonio y la carne. Yo de todas formas no sé qué habría hecho si me hubiese invitado a su boda. Ya le digo. Un poco hortera y de nuevo rico las bodas de Fígaro.
Ya que sabes mucho de eso y yo puse chuletón para referirme a carne, te propongas el menú del Falcon o las provisiones que hace la nariguda para su ministerio.
Voy a pensarme un menú para el catering del Falcon, pero no te aseguro nada.
Sobre las provisiones que hace Garzón para el ministerio de consumo gusto, ahí no entro porque la programación se la hace doña Yolanda que dicen que tiene muy buen olfato para comprar la carne de cordero lechal.
Saludos