El detenido por el ataque en Algeciras estaba en situación irregular y pendiente de expulsión
Gritó «muerte a los cristianos» y «Alá es grande» mientras perpetraba su ataque en la localidad gaditana que acabó con la vida de un sacristán
El detenido por matar con un machete a un sacristán en el exterior de la iglesia de Nuestra Señora de La Palma de Algeciras (Cádiz) y herir a varias personas es un marroquí de 25 años, en situación irregular y que estaba pendiente de expulsión, según han informado fuentes policiales a THE OBJECTIVE. Yasin Kanza, a quien la Policía investiga por terrorismo, tenía un expediente de deportación abierto desde el pasado junio, pero, según las mismas fuentes, «al tratarse de un procedimiento administrativo con todas las garantías, su ejecución no era inmediata».
Otras fuentes, no obstante, apuntan a la falta de colaboración por parte de Marruecos en el retraso del proceso. Para llevar a cabo la devolución es necesario que una delegación diplomática del país alauí proporcione al detenido una copia de su pasaporte y lo reconozca como ciudadano marroquí. Un trámite que, en todos los casos, depende únicamente del interés del país al que el ciudadano en situación irregular debe volver. No obstante, la burocracia española también suele ser otro inconveniente a la hora de agilizar los trámites.
La Policía Nacional ha registrado en la madrugada de este jueves la vivienda en la que residía el detenido. Un inmueble situado en una barriada humilde de Algeciras que Yasin Kanza había okupado desde hacía unos meses. Los investigadores analizan ahora todos los efectivos intervenidos con el objetivo de determinar si Kanza era un lobo solitario o formaba parte de algún grupo a través del que se coordinó el atentado, que el Juzgado Central de Instrucción Número 6 de la Audiencia Nacional ya investiga como terrorismo.
No estaba siendo vigilado
El detenido no tiene antecedentes penales por terrorismo en España, ni en ningún otro país. En su ficha policial solo consta una detención a mediados de junio de 2022 por estar en situación irregular. Por otro lado, fuentes policiales desmienten que el agresor estuviese siendo vigilado en días anteriores a cometer el atentado por agentes de información o de otras brigadas policiales, tal y como han publicado diversos medios.
Los hechos se produjeron poco antes de las 20.00 horas, cuando este hombre entró en la iglesia de San Isidro de Algeciras armado con un machete. Acto seguido, mientras gritaba «muerte a los cristianos» y «Alá es grande» atacó al cura, Antonio Rodríguez, dejándolo gravemente herido. Posteriormente, accedió a otro templo, el de Nuestra Señora de La Palma, en la que, tras causar diversos destrozos a diversas cruces e imágenes religiosas, atacó al sacristán, Diego Valencia.
La víctima logró salir de la iglesia, pero fue alcanzando por el agresor en una plaza cercana, donde le causó heridas mortales, ante la mirada de numerosos vecinos, creando una situación de alarma. Instantes después, el individuo intentó entrar a una tercera iglesia, pero antes de ello fue neutralizado y detenido por agentes de la Policía Nacional.
Vestido de blanco y con el Corán
Antes de cometer el ataque, no obstante, Yasin Kanza había estado en torno a las 18:00 de esa misma tarde en la iglesia de San Isidro. El detenido entró al interior del templó y comenzó a discutir con distintos feligreses, entre ellas una catequistas, por profesar y difundir una religión distinta al islam. Enajenado, se marchó del lugar y una hora después, vestido de blanco —aunque portaba una sudadera encima—, armado con un machete de grandes dimensiones en una mano y con el Corán en otra, volvió al mismo lugar para atentar contra el religioso, que ese momento estaba celebrando una misa en la capilla.
La Comunidad salesiana de Algeriras, a la que pertenecía el párroco gravemente herido, de 74 años de edad, ha informado este jueves de que la víctima se encuentra estable dentro de la gravedad «gracias a la rápida actuación de los equipos médicos». Antonio Rodríguez se ha sometido esta mañana a una operación en el hospital por la gravedad de las heridas que sufrió de la que evoluciona favorablemente.