El cámara de la DGT y su mujer urdieron un plan para simular que ella no iba en el helicóptero
La esposa del funcionario, que no tenía autorización para volar, le contó a su entorno que se había hecho un esguince en su vivienda tras dar un tropiezo
El caso del helicóptero siniestrado de la Dirección General de Tráfico va camino de convertirse en la sinopsis de una futura película. Y es que, en este caso, la realidad ha superado a la ficción. En el interior de la aeronave no solo estaban el piloto, Luis V., a quien el juez acusa de un delito de seguridad aérea, y el cámara de Tráfico. También estaba la esposa de este último. De modo que, una vez se produjo el siniestro en Robledo de Chavela (Madrid), el matrimonio urdió un plan para simular que ella jamás había estado en el helicóptero. Llegaron incluso a engañar a su entorno, según indican fuentes cercanas a la investigación a THE OBJECTIVE.
La esposa del operario era una pasajera más en un vuelo únicamente autorizado para el aviador y el funcionario de Pegasus, cuya función ese día, como tantos otros en los que se prevé una salida de este tipo, era sancionar desde el aire imprudencias en autovías y carreteras.
Los investigadores han acreditado estos hechos tras pedir el plan de vuelo a la torre de control del aeródromo de Cuatro Vientos, la base madrileña desde donde despegan los helicópteros de la DGT. En el itinerario, el pasado 5 de marzo, solo figuraba el vuelo del piloto y el operario. Sin embargo, los controladores aseguraron que ese día iban tres personas en el interior del aparato.
«He dado un tropiezo en casa»
Durante los siguientes días al siniestro, entre los cuales el aviador dio positivo en cocaína y anfetaminas en un control de drogas, los tres pasajeros se conjuraron para contar una versión que poco o nada se parecía a lo que ocurrió. Los dos trabajadores ocultaron a los agentes que otra mujer viajaba con ellos. Así las cosas, una vez se estrellaron, la esposa del funcionario huyó del accidente y se desplazó hasta su domicilio.
La cosa, no obstante, no quedó ahí. Ella resultó herida en el accidente. Presentaba una lesión, aunque leve, en la pierna. De modo que para evitar levantar sospechas la mujer, según las fuentes consultadas por este periódico, manifestó tanto a su entorno como a su familia que se había tropezado en su vivienda. «Trasladó a su familia que, al ver la noticia del accidente de su marido en la televisión, de los nervios dio un traspié y se hizo un esguince en el tobillo», indican.
La mujer del cámara alargó su propia versión de los hechos hasta que su marido, acorralado por los investigadores, terminó admitiendo que ella también viajaba en la aeronave, eso sí, con el beneplácito del piloto. Estas mismas fuentes aseguran, en cualquier caso, que no sería la primera vez que esta madrileña se monta en un helicóptero de la DGT. En la foto que ilustra este artículo, la esposa del operario aparece en el interior de una cabina, aunque este periódico no ha podido verificar si se trata de uno de propiedad privada o pública.
La posibilidad de volar en un helicóptero de estas características es bastante remota si el pasajero no es un funcionario acreditado, según explican fuentes policiales a este diario. Si bien existen autorizaciones para la población civil, no suelen darse si el personal debe trabajar durante el vuelo. «Si se realizaba un servicio aquel día, esa persona no debía estar ahí», señala un experto en la materia. El helicóptero accidentado es un Eurocopter AS355 N Ecureuil 2, una aeronave valorada en unos tres millones de euros y que en España operan las policías autonómicas, Tráfico y los agentes forestales. El coste de realizar un vuelo con el helicóptero está en torno a los 10.000 euros.
Investigación interna de la DGT
En paralelo, la Dirección General de Tráfico ha abierto una «información reservada» para examinar la forma de proceder del piloto, informa EFE. Se trata, según fuentes de este departamento, de un paso previo a la apertura de un expediente disciplinario, toda vez que la investigación sobre las causas concretas del siniestro continúa abierta. La DGT tacha de «reprobables» este tipo de «malas praxis» entre sus trabajadores y, en caso de esclarecerse la responsabilidad del piloto, tomarán las medidas oportunas.
El Juzgado de Instrucción número 3 de El Escorial acusa al aviador Luis V. de un delito de seguridad aérea. La Guardia Civil detuvo al funcionario horas después del siniestro, una vez dio positivo en el control de drogas que le hicieron los agentes en su vivienda, en Villanueva del Pardillo, a petición de Policía Judicial. La demora en la realización del examen de estupefacientes, advierten fuentes policiales, podría jugar a favor del investigado, pues será complicado demostrar en el proceso judicial si el funcionario tomó drogas antes o después del accidente.
Luis V., bombero en excedencia de la Comunidad de Madrid, trabaja desde hace casi cuatro años en la Jefatura Central de Tráfico, después de ganar una plaza como piloto técnico en un concurso público convocado en abril de 2019 por el Ministerio del Interior. No obstante, no era la primera vez que el investigado pilotaba un avión. Compaginaba su profesión de bombero con la de piloto privado. En esta última cuenta con más de 20 años de experiencia.