España y China: una relación sin vaivenes que allana la visita de Sánchez a Pekín
El gobernante español será el primer líder europeo que viaje a Pekín desde la reelección a principios de este mes del presidente chino, Xi Jinping
El gobernante español será el primer líder europeo que viaje a Pekín desde la reelección a principios de este mes del presidente chino, Xi Jinping
China y España cumplen este año medio siglo de relaciones diplomáticas en las que no se han producido altibajos destacables, una carta a favor del jefe del Ejecutivo español, Pedro Sánchez, quien llega al país asiático esta semana para buscar más implicación de Pekín en atajar la guerra en Ucrania.
El gobernante español será el primer líder europeo que viaje a Pekín desde la reelección a principios de este mes del presidente chino, Xi Jinping, para un tercer mandato inédito entre sus antecesores inmediatos y a quien se atribuyen cotas de poder no vistas desde Mao Zedong.
Será también el primer mandatario europeo que se vea con Xi desde que éste se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, hace dos semanas en Moscú, en un contexto marcado además por las crecientes tensiones entre China y Estados Unidos.
SIN ESCOLLOS BILATERALES
«España y China disfrutan de un desarrollo sostenido y estable de sus relaciones», dijo tras el anuncio del viaje un portavoz del Ministerio chino de Exteriores, quien agregó que los presidentes de ambos países «mantienen buena comunicación».
La ausencia de escollos significativos en la relación bilateral ha provocado que los objetivos de este viaje giren en torno a la crisis ucraniana y el posible papel pacificador de China dada su buena relación con Rusia.
Aún así, fuentes el Gobierno español precisaron que Sánchez irá como dirigente nacional y no como portavoz ni mediador de la UE, y que su fin es el de reforzar las relaciones y defender los intereses de España en China.
Pero la lectura de los medios chinos es otra: la visita de Sánchez y las que realizarán otros mandatarios como el francés Emmanuel Macron y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en las próximas semanas se han interpretado como un espaldarazo al papel de China como «promotora de paz».
CHINA: ¿NEUTRALIDAD CON SESGO?
La clave está en que España ocupará la Presidencia rotatoria de la Unión Europea en el segundo semestre de este año.
Por ello, la sintonía sino-española se pondrá a prueba durante esta visita, en la que está por ver si Sánchez logrará de su homólogo chino gestos concretos para frenar la agresión rusa contra Ucrania y si Xi logrará que Europa mire con mejores ojos su recientemente presentado «plan de paz».
China insiste en su neutralidad en este conflicto y presentó recientemente un documento, acogido con escepticismo por occidente, en el que expone -sin llegar a propuestas concretas- sus tesis para alcanzar una solución política negociada.
Numerosos analistas occidentales consideran que Pekín apoya de facto a Moscú: el país asiático no ha condenado expresamente ni se refiere nunca a agresión o invasión rusa y el mandatario chino no ha hablado aún con el líder ucraniano, Volodimir Zelenski, pero sí en reiteradas ocasiones con Putin.
VAIVÉN DE VISITAS
En relaciones con España durante las últimas cinco décadas figura como uno de los momentos más destacados la visita de Xi en 2018, tras la que China proclamó que se abría una «nueva era» con el país ibérico, al que llamó una vez más su «mejor amigo en Europa».
Antes de Xi habían pasado por España sus antecesores Hu Jintao (2005) y Jiang Zemin (1996), mientras que la primera visita de alto nivel a la China moderna fue la del entonces rey Juan Carlos I en 1978, con Deng Xiaoping en el poder.
Lo hicieron posteriormente todos los sucesivos jefes del Gobierno español: Felipe González en 1985, José María Aznar en 2000, José Luis Rodríguez Zapatero en 2005 -y después tres veces más- y Mariano Rajoy en septiembre de 2014.
Fue en tiempos de este último, en 2013, cuando se produjo una de las principales crisis bilaterales al imputar la justicia española a los expresidentes Jiang y Hu por represión en el Tíbet en base a supuestos sometidos a la Justicia Universal, aunque la causa fue archivada un año después.
COMERCIO Y CONECTIVIDAD SOBRE LA MESA
Al margen de Ucrania, en el terreno «doméstico» también quedan cuestiones pendientes que tratar como la balanza comercial, que España busca reequilibrar para reducir la amplia ventaja del gigante asiático, principal proveedor del país europeo.
Madrid tiene asimismo entre sus objetivos restablecer la conectividad entre los dos países a los niveles previos a la pandemia de covid-19 para favorecer la llegada de turistas chinos y los intercambios a todos los niveles.
Mientras, entre los asuntos que China puede poner sobre la mesa destaca la adhesión de España a las Nuevas Rutas de la Seda, el proyecto estrella de inversiones del presidente chino.
Durante la visita de Xi en 2018 España reconoció su «potencial» y el «papel positivo» que puede jugar a nivel internacional, pero no se llegó a firmar un memorándum de entendimiento para una iniciativa a la que otros países europeos como Italia y Portugal sí se han suscrito.
Fuente: EFE