Unai Sordo: «Llamar 'Frankenstein' al Gobierno es llamárselo al país: España es así»
Conversamos con el secretario general de CCOO sobre la situación económica, laboral y política en España
Unai Sordo, líder de Comisiones Obreras (CCOO) se congratula por los últimos datos de empleo, con un gran aumento de la población ocupada, que constituye un hito en la serie histórica y tacha de «bulos» y «mentiras» las versiones que acusan al Gobierno de «maquillar» las cifras de empleo gracias al cambio legislativo que incluyó la Reforma laboral en este punto. Sin embargo, no oculta su malestar ante unas cifras de paro que siguen siendo muy elevadas dentro de la UE y se muestra cauteloso ante las incertidumbres que se ciernen sobre nuestra economía, como la guerra en Ucrania, o la inflación, entre otros.
Con respecto a la situación política, Unai Sordo (Baracaldo, Vizcaya, 1972) se muestra convencido de que no habrá ningún peaje que esté fuera de la legalidad para conseguir el apoyo de los independentistas a la investidura de Pedro Sánchez. Aunque prevé que las negociaciones serán largas, se decanta por pensar que habrá Gobierno PSOE-Sumar, porque el electorado ha frenado «el riesgo de que la extrema derecha entrara en el Gobierno».
PREGUNTA.- ¿Hay que presumir de las cifras de empleo que hemos conocido recientemente?
RESPUESTA.- Los datos de empleo en España son buenos. En términos comparados son históricos. Seguramente hay algunos cambios en las pautas de contratación que hacen que el análisis, mes a mes, sea insuficiente y necesitamos periodos al menos trimestrales como proporciona la EPA. Hay una ralentización económica en la UE que está siendo inducida para contener la inflación y que es un problema para España, porque recorta la renta disponible de millones de familias como efecto de la subida de tipos de interés y el modelo hipotecario sobre la vivienda en propiedad, que yo creo que es un enorme lastre como país.
En todo caso vamos a ver cómo evolucionan las cosas y cómo aguanta el mercado laboral después de verano, que tiene un componente estacional evidente. Pero no cabe duda que el empleo ha contribuido a recuperar el consumo final de los hogares, como dicen los datos de contabilidad nacional y si impulsamos los salarios puede seguir siendo así en la segunda parte del año
P.- ¿Estos datos son atribuibles a la reforma laboral que firmaron patronal, sindicatos y Gobierno?
R.-Siempre he dicho que la reforma laboral —también lo decía con la de 2012— no es propiamente la que crea empleo. El empleo se genera si hay actividad económica y si las empresas o el Estado contratan. Pero la legislación laboral es muy importante a la hora de determinar la forma que toma ese empleo, si tiene más calidad o menos; si tiene más estabilidad la contratación, o menos. Y lo que se nos venía a decir es que España, para generar empleo, tenía que tener unos márgenes de precariedad laboral muy importantes, una tasa de temporalidad muy alta y salarios bajos.
Este era el viejo esquema. La reforma laboral lo que consigue es cambiar el patrón de contratación. En España hemos pasado de que apenas diez de cada 100 contratos que se firmaban cada mes eran indefinidos, a que casi la mitad de los contratos que se firman cada mes sean indefinidos. Hemos pasado de una tasa de temporalidad del 28,32%, que es donde solía estar, a una tasa de temporalidad del 13%, en términos europeos.
P.- Y hay, sin embargo, algunas sombras que se proyectan desde diversos sectores económicos, que señalan que sí hay más contratación, más ocupados, pero se trabaja menos horas. ¿Se estarían haciendo mini-contratos que no dan esa estabilidad económica?
R.- Se dice eso, pero es mentira y los datos así lo avalan. Los contratos fijos discontinuos, con los que se ha querido plantear que prácticamente había una sustitución de los antiguos contratos indefinidos y temporales por fijos discontinuos, son en realidad poco más del 3% de los totales. Pero, además, las horas trabajadas, tanto en este trimestre, como también en el anterior, están por encima de las que se trabajaban en España antes de la pandemia.
Por tanto, no hay más que contrastar con datos: del incremento de los trabajadores ocupados en este último trimestre, el 91% son trabajadores a tiempo completo. No es trabajo a tiempo parcial. Ese tipo de mensajes son directamente bulos, son mentiras. Y además yo creo que algunos de los que lo lanzan lo saben. Se trata de borrar y plantear una mancha sobre la imagen de la reforma laboral, porque de fondo, lo que hemos conseguido es que muchos de los dogmas en los que se basaban las ideas neoliberales de mercado laboral han fracasado y se ha mostrado que eran incorrectos.
P.- Otros de los expertos económicos advierten de que ahora mismo la economía europea está dopada por los Fondos Europeos, aunque también señalan que a España no llegan, porque no se están gestionando bien…
R.- Se acusa de una cosa y de la contraria, ¿no? Creo que ha venido muy bien que Europa, en lugar de recetar recortes y austeridad hiciera lo contrario a lo que se hizo hace diez años: poner 750.000 millones de euros en deuda común para favorecer las transiciones digitales y energéticas que tienen que emprender las empresas y las economías europeas. Y esto, además, tiene un efecto de cierto impulso de la economía. En efecto, es que es lo que había que hacer. En todo caso, son los mismos que vienen a decir que todo el mérito de lo que está ocurriendo son los fondos europeos los que, a continuación, dicen que los fondos europeos no han llegado. Con lo cual, volvemos a movernos más en el terreno del bulo que del análisis.
«Los que dicen que la economía va bien por los fondos europeos son los mismos que dicen que no han llegado»
P.- Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) fuese optimista en su última previsión para España, el hecho de que prevea la entrada en recesión de Alemania para el próximo periodo, ¿no debería ponernos en alerta, por el efecto que puede ocasionar en nuestra economía, más débil y dependiente de sectores como el turismo, etc?
R.- Creo que hay que ser prudentes con la perspectiva de la situación económica, porque una cosa es que, en efecto, para España no sea mala en términos comparados con otros países de Europa, pero hay que ser consciente de que todos los pronósticos se están moviendo en un terreno de incertidumbre geopolítica muy importante. La inflación media sigue estando por el 5%. La guerra de Ucrania sigue ahí. Los problemas de suministros energéticos se han ido solventando, pero esto está todavía por resolver. Yo creo que hay que ser, en efecto, muy, muy prudente.
P.- Con respecto a la reestructuración, la que se supone que va a haber de la deuda y el déficit, también hay visiones pesimistas. ¿Cree que el objetivo del próximo presidente del Gobierno tiene que ser ir a pelear por que se mantenga un tiempo más esa política económica más relajada, frente a una parte de la Unión Europea que no está por la labor y tiene mucho poder?
R.-También eran muy poderosos los que estaban en contra de la excepción ibérica, aparentemente, y eran muy poderosos los que ni remotamente querían mancomunar la deuda en Europa, para hacer frente a la pandemia. Y hoy hay excepción ibérica y hay fondos de la UE. Y yo creo que hay un cambio de paradigma muy importante respecto a lo que ocurría en Europa hace diez o 12 años. Y creo que esa batalla hay que darla, porque en Europa también hay elecciones el año que viene. No lo olvidemos. Son muy conscientes, incluso los halcones, de que un exceso de celo a la hora de apretar la soga al cuello de los países más endeudados puede generar una aceleración o una desaceleración económica e, incluso, una crisis a medio plazo que puede tener unos efectos demoledores en términos políticos sobre la UE.
Aquí se está disputando quién y cómo instalar las bases industriales para hacer frente al nuevo modelo energético que viene en España, en Europa y en el mundo. Y esa es la batalla que tiene que dar España. Evitar una restricción en los términos de déficit público que nos lleve a una desaceleración, a una recesión económica y favorecer que esa transición energética que se está dando no le pille a nuestro país en una posición periférica. Creo que el actual Gobierno de España ha cumplido con nota en estos últimos cuatro años. En ese terreno no quiero ni pensar si esa coyuntura la tuviera que gobernar alguien que directamente es negacionista de todo esto, que considera que no hay que hacer nada porque aquí es que es todo mentira. Este negacionista, por ejemplo, de la extrema derecha, que no solo existe en España, sino en Europa. Esa es una de las grandes claves que tiene que resolver nuestro país en estos cuatro años que viene.
«Llamar ‘Frankenstein’ al Gobierno, es llamárselo al país: España es así»
P.- ¿Cree que esos nuevos retos los puede afrontar un Gobierno multipartito, con intereses contrapuestos y rivalidades electorales, como el que pretende componer Pedro Sánchez?
R.- Llevamos unos cuantos años en los que España ha tenido un mapa político ya bastante difícil de gestionar. Un gobierno de coalición que ha tenido que hacer frente, ni más ni menos que a una pandemia, a un confinamiento, a una caída del 12% del PIB, a una recuperación de la economía, a una guerra de Ucrania, a una inflación media del 8,4%. Todo seguido, como el pasodoble. Y lo cierto es que España ha sacado los Presupuestos Generales del Estado todos y cada uno de los años de esta legislatura y ha desplegado una agenda legislativa que podrá gustar más o menos, pero que está ahí y que se caracteriza por haber sido casi hasta excesiva.
Si alguien llama a las mayorías políticas Frankenstein, no sé si es muy consciente que está llamando Frankenstein a su país, porque España es así. España es bastante heterogénea, bastante diversa. Con esa complejidad hay que gobernar este país, porque si no gobierna sobre todo el país desde la complejidad, lo gobiernas contra la complejidad y eso es un conflicto permanente. Y de haber esos conflictos hay que ver de dónde vienen. Me gustaría hacer un repaso sobre la actitud de las derechas españolas cada vez que están en la oposición, porque yo no he conocido mayor inestabilidad que a una presidenta de la Comunidad de Madrid instando a la rebelión civil en medio de una pandemia, cuando dijo aquello de cuando se pueda salir a la calle lo de Núñez de Balboa les va a parecer una broma.
«En España se suele confundir hacer oposición con deslegitimar al Gobierno»
P.- ¿No cree que si se forma ese gobierno liderado por Sánchez en coalición con Sumar, con más participantes en la gobernabilidad, la crispación y el enfrentamiento político va a ir in crescendo y puede ser una legislatura inestable y corta?
R.-No sé. Pues ojalá, no. Yo creo que un partido de Estado lo es en la medida que sabe comportarse como un partido de Estado cuando está en oposición o cuando está en el gobierno. Se trata de hacer oposición, pero no se tiene que deslegitimar el Gobierno y las instituciones. Esto es muy distinto y en España, desgraciadamente, se suelen confundir una cosa con la con la otra. Ojalá pudiera haber unos consensos básicos mínimos en la política española, porque, entre otras cosas, la profundidad de las transformaciones que vienen son de tal calado que requieren visiones de muy largo plazo.
No creo que tenga que dar mucha explicación de hasta qué punto considera CCOO que los acuerdos son buenos, cuando en ese contexto de absoluto extremismo y polarización política que han tenido algunos, hemos firmado 15 o 16 acuerdos, todos con el Gobierno, pero muchos también con la CEOE. Nosotros accedimos a un perímetro de reforma laboral pactada con la CEOE que ha sido muy positivo. Supimos gestionar un acuerdo y los resultados están vivos ahora. Tenemos toda la legitimidad del mundo para exigirle a los partidos responsabilidad. Pero claro, no sólo con los gobiernos, que es más fácil, sino también cuando te toca estar en la oposición.
«Emplazaría a algunos empresarios de la CEOE a que se lean lo que firman»
P.- El último acuerdo sobre las pensiones, por ejemplo, no contó con el apoyo de la CEOE. Su vicepresidente, Miguel Garrido, decía recientemente en THE OBJETIVE que hay que hablar claro a los españoles, mirarles a los ojos y decirles que no se pueden pagar las pensiones…
R.- Eso se lleva diciendo desde los años 90 y se ha demostrado que no es cierto. Yo emplazaría a los empresarios, a la CEOE, a que se lean lo que firman porque no han firmado la última parte del acuerdo de pensiones, pero las previas, sí. El acuerdo en el que se decide derogar la revalorización de pensiones al 0,25% y recuperar la revalorización en función de la inflación sí parte de un acuerdo con CEOE. Otra cosa es que cuando asumimos que eso supone un sobrecoste, ¿cómo se financia ese sobrecoste? Se habla del incremento de las cotizaciones sociales y de algunas cosas más, de los gastos impropios. Es verdad que ahí se ve que no hay acuerdo, pero la génesis de la revalorización de las pensiones con la inflación si está en el acuerdo inicial.
A veces, tengo serias dudas de que algunos los representantes empresarios de este país se lean lo que firman. Dicho esto, las pensiones en España van a tener que asumir un incremento de costes muy importante de ahora al año 2048, porque esto lo sabemos desde hace mucho tiempo. Va a haber más pensionistas que van a vivir más años, si Dios quiere, y con pensiones más altas. Y esto supone un incremento de costes que nos va a llevar un 15% del PIB aproximadamente en el periodo álgido del gasto, que es el 2048.
«El sobrecoste delas futuras pensiones debería financiarse con cargo a los Presupuestos Generales»
P.- ¿Debería ese sobrecoste financiarse con cargo a los PGE?
R.- En nuestra opinión, la respuesta es sí. Y por eso hemos llevado los acuerdos para incrementar la financiación permanente del sistema de la Seguridad Social. Hay quien opina que España no debe gastar más de un 11% en pensiones y por tanto, como va a haber 15 millones de personas pensionistas… ¿Cuál es el resultado? Pues que hay que reducir drásticamente las pensiones. Eso es lo Que pasó el año 2003, una reducción de hasta el 23 25% de las últimas pensiones en nuestro país. Nosotros no compartimos ese esquema. Pensamos que el sistema público es perfectamente capaz de asumir ese coste. Ahora hay que financiarlo durante unas cuantas décadas.
P.- ¿Piensa que se va a resolver en breve o cree que va para largo la solución se concrete en un gobierno?
R.- La democracia tiene sus tiempos, sus usos y sus procedimientos. El 17 de agosto, hay que constituir las Cortes. Supongo que habrá que iniciar un periodo de consultas por parte del Jefe del Estado, para ver qué disposición tienen los distintos candidatos a presidente de Gobierno, quién es capaz de concitar una mayoría suficiente y, a partir de ahí, escuchar, fijar una fecha de investidura. Se da la circunstancia de que el partido que ha sacado más escaños en las elecciones generales no parece que tenga ninguna posibilidad de concitar una mayoría, con lo cual, si quiere empeñarse en un proceso de investidura, es legítimo. Pero no parece que tenga ninguna viabilidad.
Con lo cual, quizás la historia vaya con dos fases. Seguramente, harán falta unos cuantos meses para constituir el gobierno. Pero bueno, la democracia también son tiempos y son procedimientos que hay que respetar. Desde la perspectiva laboral y socioeconómica, pensamos que cuanto antes haya un gobierno, mejor, porque España está en medio del semestre de la UE y porque muchas decisiones de inversión que se van a tomar en los próximos años dependen también de la inversión de los fondos.
«El PP y Vox dependen de Puigdemont para volver a ir a elecciones»
P.- ¿Es usted de los que opinan que, además de una ironía, es algo inaceptable que el Gobierno dependa de la decisión de Puigdemont?
R.-Bueno, es que ahora mismo están hablando de la investidura. Estamos hablando de un grupo que confunde la investidura con la coalición de gobierno. Primero tendrá que haber una investidura y tendría que ser nombrado un presidente del Gobierno y, a partir de ahí, tiene que configurar un Ejecutivo que será con toda seguridad de coalición, y luego concitar los apoyos parlamentarios en un trabajo que va a ser bien complicado, pero que yo no sé si va a ser mucho más complicado que el que ha habido en ese periodo, que esto ya lo hemos vivido.
P.- ¿No cree que podría incrementar el clima de inestabilidad y de crispación, si cabe?
R.-Se puede enfocar del lado contrario, ¿no? Es decir, el PP y Vox dependen de Puigdemont para volver a tener la oportunidad de ir a unas elecciones políticas en España. ¿Van a hacer un frente el PP y Vox con Puigdemont para bloquear la mayoría de investidura que parece ser que es capaz de concitar Pedro Sánchez? No son elecciones presidenciales, son elecciones legislativas, se eligen Congreso y el Senado. Y a partir de ahí el resultado es el que es. Y todo parece indicar que el único que tiene posibilidades de gestionar los resultados es Pedro Sánchez.
Acuerdos de Gobierno Sánchez: «Serán dentro de la legalidad. No puede ser de otra forma»
P.- ¿Teme el precio a pagar a los indepentistas y otras formaciones para que den su apoyo al Gobierno PSOE- Sumar? ¿Cabe la posibilidad de que Sánchez transgreda los límites legales?
R.- Pues no. No sé a qué acuerdos se llegarán o si se llegarán a acuerdos, pero serán dentro de la legalidad. No puede ser de otra forma, por definición. España es un Estado de Derecho y está en el marco de la UE que es la última instancia judicial y jurisprudencial de nuestro país. En la política hay mucha pugna de relatos y todo el mundo quiere construir sus narrativas. Esto gustará más o gustará menos, pero parece formar parte de los tiempos. Una cosa es lo que se dice, y otra cosa lo que luego se pacta y se lleva a efecto. Nosotros en ese terreno no tenemos mayor incertidumbre.
P.- ¿Le preocupa la fórmula de condonación de deuda de la comunidad autónomas que ha puesto el PSOE sobre la mesa?
R.- Insisto en la idea. Las propuestas y los acuerdos hay que verlos con textos concretos y más depurados que mensajes genéricos de todo tipo. Creo que hace falta un poco de calma e ir cubriendo tiempos. También digo que cualquier problema de financiación, autonómica o de políticas públicas, pasa en España por mejorar los niveles de corresponsabilidad fiscal. No puede ser que nuestro país recaude cada año entre 5 y 7 puntos menos de PIB que la media de los países de la UE. Así no se puede construir un país y menos en los retos de transformación que tenemos por delante.
P.- De los gobiernos constituidos hasta ahora con un pacto PP-Vox, ¿hay alguna acción de gobierno que le inquiete o le preocupe especialmente?
R.- Sin duda las relacionadas con el marco del diálogo social y la irresponsabilidad fiscal. Lo que hemos visto en Castilla y León tratando de dejar sin efecto servicios tan básicos como los de mediación extrajudicial de conflictos laborales genera un perjuicio estúpido a empresas y trabajadores. Las bajadas de impuestos a las rentas y patrimonios altos es una apuesta de medio y largo plazo por extraer rentas de los bolsillos más modestos, que tendrán que pagarse los servicios públicos que se irán deteriorando conscientemente.
Por otro lado, todo lo referido a la igualdad. Suprimir servicios de atención a víctimas de violencia machista supone un drama para muchas mujeres que requieren de atención especializada en circunstancias muy difíciles de la vida. Señalar a los colectivos LGTBI como minorías ultraideologizadas es volver a ponerles en el disparadero en un país donde no hace tanto se cantaba «maricón el que no bote» en las fiestas populares.
Y no me quiero olvidar del riesgo para los productos españoles que tienen determinas políticas negacionistas. Mucho del agro español ha tardado décadas en construirse un prestigio de calidad y fiabilidad en los mercados globales. Lo que se construye en 30 años se puede destruir en media hora si algún ilustre vicepresidente de alguna comunidad autónoma se planta en Bruselas diciendo que las medidas de seguridad alimentaria y sanitaria son excesivas, y que se van a relajar. Después de la pandemia necesitamos responsables institucionales solventes y serios, y no tarambanas.
«Ha habido un riesgo real de que la extrema derecha entrara en el Gobierno»
P.- ¿Qué opina del análisis que han realizado desde Podemos, en el que interpretan que Sumar ha perdido 700.000 votos con respecto al resultado de Podemos?
R.- Pues depende… Si te refieres a las municipales y autonómicas, desde luego, no han perdido votos, pero yo sinceramente creo que este tipo de polémicas en la población causan bastante hastío. Aquí ha habido un riesgo real de que la extrema derecha entrara en el Gobierno de España o tuviera una influencia decisiva sobre el Gobierno de España. Ese riesgo se ha sacado del carril, al menos momentáneamente.
La mayor parte de la población española y, desde luego, la inmensísima mayor parte de la población española progresista, no está muy pendiente de la evolución asimétrica de cada uno de los partidos, sino que quiere un Gobierno que afronte los retos que tiene este país, que genere políticas que protejan a la gente que puedan estar, que impulsen empleo, que impulsen los derechos sociales, los derechos civiles y los derechos de igualdad, y que los responsables políticos básicamente se dediquen a intentar ayudar a resolver o al menos a facilitarle la vida a la gente y no tanto que la gente esté pendiente de resolver los problemas de los políticos. Creo que es importante no perder esa perspectiva.