Los cuatro yihadistas detenidos habían doblado su actividad: «El siguiente paso era atentar»
Grababan vídeos en los que pedían «derramar sangre para recuperar Al Andalus y restaurar el Califato».
Los cuatro yihadistas que la Policía Nacional detuvo esta semana por adoctrinamiento a través de las redes sociales habían intensificado notablemente su actividad durante las últimas semanas, según explican fuentes cercanas de la investigación a THE OBJECTIVE. Los mensajes que los detenidos intercambiaban a través de distintos grupos para captar a otros en la causa terrorista tomaron un cariz mucho más radical que empujó a los agentes a culminar la operación con la detención de los implicados, tres hombres y una mujer, en las localidades de de Huetor-Tajar (Granada), Cubelles (Barcelona) y Madrid.
Ese cambio en los postulados terroristas, mucho más extremos, que los arrestados defendían a través de los chats coincidieron en el tiempo con el estallido del conflicto israelí-palestino y, en concreto, más tarde, con la llamada de Khaled Mashal, el líder del grupo terrorista Hamás entre 2014 y 1017, que el pasado viernes animó a los musulmanes de todo el planeta a participar de una «yihad global». Fuentes de la lucha antiterrorista, no obstante, descartan que la llamada de Hamás alentase a los detenidos.
La cuestión palestina, explican estas fuentes, «es un foco de victimización fundamental para los procesos de radicalización». Sin embargo, en el caso de estos cuatro jóvenes, «la fase de victimización ya estaba superada, y estaban ya inmersos en la órbita del yihadismo global, del califato universal, de llevar a cabo sus deseos». Dos de los detenidos, un hombre y una mujer de origen español que acababan de casarse en Barcelona, habían llegado al punto de grabar vídeos en los que reclamaban «derramar sangre para recuperar Al Andalus y restaurar el Califato».
Los yihadistas, señalan fuentes cercanas a las pesquisas, «estaban pasando a otra fase». «Esto no significa que hubiese una fecha concreta para atentar, pero los mensajes y vídeos que se distribuían en los grupos dejan claro que era el siguiente paso», insisten. El volumen de contenidos terroristas en los terminales informáticos intervenidos «es abrumador», advierten fuentes policiales. Agentes de la Comisaría General de Información todavía continúan filtrando todo el material.
«Califa», el líder
Los agentes iniciaron la investigación en 2022, después de que los expertos en la lucha contra el terrorismo detectaron al denominado como «Califa». Este último era creador y administrador de varios grupos en los que trataba de adoctrinar a jóvenes en el credo yihadista. El líder dinamizaba a sus seguidores y creaba grupos privados a los que invitaba los radicales con los que estabulaba mayor confianza. Era entonces cuando hablaban abiertamente de la causa terrorista.
«De grupos más amplios en los que se hablaba de cuestiones más moderadas, se iba pasando a grupos más reducidos, en los que, finalmente, siete personas hablaban directamente de la yihad», explican fuentes policiales a este periódico. Los miembros de este chat, todos ellos jóvenes, estaban interconectados entre sí, aunque no se conocían fisicamente. Aunque en el caso de dos, estrecharon tanto sus lazos que acabaron contrayendo matrimonio, contando para ello con la autorización del Califa y comenzando a convivir en el mismo domicilio.
Esta relación supuso un punto de inflexión en la investigación, pues los agentes detectaron como ambos aumentaban exponencialmente su nivel de radicalización, grabando vídeos en los que reclamaban «derramar sangre para recuperar Al Andalus y restaurar el Califato». Finalmente, los cuatro implicados fueron detenidos entre el martes y el jueves pasado. Tras pasar a disposición del Juzgado Central de Instrucción número 5, el titular, Santiago Pedraz, ha decretado el ingreso en prisión de tres de ellos. Se les acusa de delitos de autoadoctrinamiento con propósito terrorista, adoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo.
Nivel de alerta 4
La culminación de esta operación policial se produce en un momento en el que toda Europa implementa medidas para reforzar su plan contra el terrorismo después de los asesinatos perpetrados en los últimos días en Francia y Bélgica a manos de islamistas. En el caso del país vecino, se ha aumentado el nivel de alerta terrorista al máximo. En el caso de España, no obstante, el Ministerio del Interior dejó dejar el nivel en 4 (riesgo alto), tras una reunión extraordinaria de la Mesa de Evaluación de la Amenaza Terrorista.
Una decisión que el departamento dirigido por Grande-Marlaska tomó «atendiendo a las informaciones del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y operativas disponibles en relación con el ataque de Hamas contra Israel y la respuesta de este estado en Gaza», según reza un oficio de la Secretaria de Estado de Seguridad. No obstante, sí se han puesto medidas de refuerzo policial, complementarias al nivel 4 antiterrorista, en la mayoría de Embajadas y legaciones diplomáticas. En algunos casos, como el de Israel, las fuerzas de seguridad vigilan de forma permanente sinagogas así como otros centros de reunión de la comunidad judía en el centro de Madrid.
Reunión en el Ministerio
Este viernes, el titular del Interior en funciones reunió en la sede del Ministerio a la mayoría de los representantes de los partidos políticos para buscar aliados ante la difícil situación que ha desencadenado la guerra entre Israel y Palestina. Grande-Marlaska hizo un llamamiento a la calma y la cooperación entre todos los actores para intentar alejar la alarma terrorista que han desatado en los últimos días numerosos bulos en las redes sociales.
Desde el Partido Popular insisten al ministro que convoque la Comisión de Seguimiento del Pacto Antiyihadista, después de que se hayan reforzado las medidas complementarias del nivel 4 de alerta antiterrorista, «como instrumento para continuar abordando la situación actual».