La fuerza de élite del Ejército español libera un buque atacado por piratas cerca de Somalia
El operativo se ha producido en el marco de la operación Atalanta y ha contado con la participación de la fragata Canarias
La fuerza de élite del Ejército español ha liberado a 17 tripulantes de un buque de bandera liberiana que había sido atacado por piratas cuando navegaba cerca de la costa de Somalia. El operativo se ha producido en el marco de la operación Atalanta y ha contado con la participación de miembros de la Fuerza de Guerra Naval Especial (FGNE) de la Armada española a bordo de la fragata Canarias, según ha informado el Estado Mayor de Defensa (EMAD).
La operación Atalanta, que tiene su base en Rota (Cádiz), ha compartido asimismo un comunicado donde indica que en el asalto de los presuntos piratas un tripulante resultó herido, pero se encuentra estable y ha recibido atención médica a bordo por parte del equipo médico de Atalanta. Fue uno de los buques de guerra adscritos a la operación Atalanta, y que se encontraba en la zona, el primero en responder a la alerta del ataque.
Por la noche, los militares del barco de la Atalanta que patrullaba la zona subieron a bordo de la embarcación atacada utilizando la técnica fast-rope desde el helicóptero, es decir, con cuerdas para descolgarse desde la aeronave. Durante todo el rescate, la operación Atalanta estuvo en contacto permanente con la empresa armadora.
La Fuerza Naval de la Unión Europea (Eunavfor) recomienda «encarecidamente que los buques mercantes y otros vulnerables se registren en el Centro de Seguridad Marítima-Plan de Registro Voluntario del Cuerno de África para proporcionar el seguimiento y la respuesta más eficaces por parte de las fuerzas de Atalanta y sus socios para contrarrestar las amenazas a la seguridad marítima«.
Un referente en la lucha contra la piratería
Esta fuerza, en la que participa España, se encarga de mantener la seguridad en el océano Índico y es un referente en la lucha contra la piratería en los últimos 15 años. Entre 2005 y 2011, las aguas del mar Rojo, el golfo de Adén y el océano Índico cercanas a Somalia, el país con la línea costera más larga de África continental (más de 3.000 kilómetros), fueron escenario de constantes ataques y secuestros de barcos perpetrados por piratas somalís que pedían elevados rescates.