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España

Fuerte malestar en los Mossos por el fracaso con el operativo: «Hemos hecho el ridículo»

El descontento entre los agentes es generalizado. Los sindicatos exigen explicaciones a los responsables policiales

Fuerte malestar en los Mossos por el fracaso con el operativo: «Hemos hecho el ridículo»

Varios grupos de mossos, en el dispositivo policial del pasado jueves. | EP

La huida del expresident Carles Puigdemont este jueves frente a cámaras, periodistas y decenas de agentes de los Mossos d’Esquadra en un gran dispositivo policial que tenía como principal objetivo la detención del líder separatista ha provocado un malestar generalizado en el seno de la policía catalana. El fracaso del operativo, ideado hace días para, primero, dar respuesta a la orden vigente del Tribunal Supremo, y, segundo, mantener el orden público y la seguridad en la medida de lo posible ante los actos indepes que se habían convocado, ha derivado en una sensación de «devastación total» entre la mayoría de los agentes, que no se esconden admitir la realidad: «Hemos hecho el ridículo y los responsables tienen que dar explicaciones». 

Así de contundentes se muestran algunas voces de los Mossos. «Es un error mayúsculo», insisten, en conversación con THE OBJECTIVE. Por si fuera poco, la policía catalana también ha tenido que lidiar con las detenciones de dos mossos que habrían colaborado en la huida del expresident, uno de ellos dueño del primer coche, un Honda blanco, con el que Puigdemont ha huido de las inmediaciones del Arco del Triunfo de Barcelona, después de dar un breve mitin en presencia de unas 3.000 personas. Y otro, Xavi Alonso, que ya escoltó al político en Waterloo. (Bélgica). Arrestos que han agravado aún más el sentimiento de desconcierto entre los agentes.

«Problemas» con la ‘operación Jaula’

La no detención del líder independentista pese a todo el preparativo policial en el Parlament, ha obligado a los Mossos d’Esquadra incluso a emitir un comunicado oficial reconociendo que «habían intentado parar» a Puigdemont pero «no lo habían conseguido». Desde los sindicatos mayoritarios, SAP-FEPOL y SME-FEPOL, sin embargo, estas explicaciones no son suficientes y, apuntan, «es necesario que el consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, así como el jefe de los Mossos, Eduard Sallent, como máximos responsables de la seguridad, cuenten a la ciudadanía qué es lo que ha ocurrido». 

Desde las organizaciones sindicales, además, critican la improvisación del cuerpo policial con la activación de la operación Jaula, tras la fuga del expresident, con controles en las salidas de la capital catalana, en las fronteras terrestres con Francia, puertos y aeropuertos, que han provocado retenciones de hasta dos horas en las carreteras. «Es evidente que ha generado en el conjunto de la ciudadanía una serie de problemas, molestias y dificultades (…) Por tanto, en ningún caso podríamos entender que se produjese silencio sobre esta cuestión», advierten.  

Fuentes policiales también critican que este operativo de búsqueda, que comenzó en la capital y finalmente se extendió a toda la comunidad autónoma, se activase y desactivase en dos ocasiones a lo largo de la jornada. Decisiones que fomentaron la incertidumbre entre los agentes, que, en algunos puntos, como la frontera de la Junquera, revisaron sin distinciones los maleteros de todos los vehículos durante más de cuatro horas. Cientos de mossos buscaron sin éxito al expresident por tierra, mar y aire. 

Los Mossos no contemplaban la fuga

De todos los escenarios que la policía catalana había previsto para llevar a cabo la detención de Carles Puigdemont, según han admitido fuentes de los Mossos, ninguno contemplaba que pudiese perpetrar una fuga, frente a la presencia de 2.500 de personas, que han acudido a ovacionarle, y de decenas de agentes de la Comisaría General de Información de los Mossos, encargados del operativo, que vigilaron en todo momento los pasos del político fugado hasta que desapareció entre la muchedumbre. El objetivo era detener discretamente a Puigdemont, una vez traspasase el perímetro de seguridad del Parlament. El líder de Junts, sin embargo, nunca llegó hasta allí. 

El plan de huida estaba perfectamente diseñado y contaba con varios colaboradores, entre ellos, los dos mossos detenidos. Tras la escueta intervención, de apenas cinco minutos, del expresident en el Arco del Triunfo de Barcelona, la organización del acto pidió a los congregados que acompañase a Puigdemont y a otros dirigentes de Junts hasta las puertas del Parlament, donde estaba previsto que entrase el primero. 

Una puerta en el escenario

La cadena humana rodeó a los líderes independentistas, que caminaron ante la atenta mirada de cientos de periodistas hasta la cámara catalana. Creían, tal vez, que en el centro de esa masa de personas, perfectamente compenetrada, estaba él. Pero no era así. Los dirigentes de Junts llegaron al Parlament, y, de pronto, nadie sabía donde estaba Carles Puigdemont. En ese momento, según revelan fuentes policiales, el líder separatista ya emprendió su huida a bordo del Honda de color blanco, que le esperaba a pocos metros del escenario. 

Puigdemont burló, en un solo movimiento, a la prensa y a los Mossos que, perplejos, se daban cuenta de que trataba de fugarse de nuevo. El expresident, acompañado de sus allegados, aprovechó para salir por una puerta trasera del escenario y, antes de que comenzase la marcha hacia la cámara catalana, caminó a paso rápido hasta el vehículo, donde, según captaron las cámaras, iba acompañado de tres personas. Un movimiento ajeno para periodistas y ciudadanos, pero no para los agentes de Información de los Mossos.

Una huida de 15 minutos

En ese momento, la alarma cunde en el centro de coordinación del dispositivo de seguridad. Creen que, una vez más, Carles Puigdemont, está en el maletero de ese vehículo y pretende huir. Se activa, también, la operación Jaula, para evitar a toda costa que se escape. Los agentes de Información iniciaron una persecución por carretera, durante algo más de 10 minutos. Tras avanzar varios tramos en dirección contraria, finalmente acabaron perdiéndolo de vista, a la altura de la Estación del Norte, en la calle de la Circunvalación, según han admitido en el comunicado oficial.  

Apenas transcurrieron 15 minutos desde que Puigdemont puso puesto un pie en el Arco del Triunfo y huyó, sin ser detenido ni identificado. Se había escapado en directo. Por el momento, los Mossos no han dado con el vehículo blanco, aunque sí con su dueño. En cualquier caso, una vez desactivado el dispositivo de búsqueda, creen que el equipo del político fugado pudo haber dos vehículos distintos para salir de la capital catalana. Al cierre de esta edición, el expresident todavía no había dado señales de su paradero. Las fuerzas de seguridad siguen tratando de averiguar dónde está. El abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, ha asegurado que se encuentra «fuera del estado español» y que hablará «entre hoy y mañana».

 

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