Los Mossos, a la caza de los topos y cómplices de la fuga de Puigdemont en la policía catalana
La policía sospecha que agentes facilitaron información al equipo del ‘expresident’ para trazar una ruta de huida segura
El líder separatista, en el inicio de su huida, en el centro de Barcelona. | TO
Los Mossos d’Esquadra se enfrentan a una de las mayores crisis de descrédito de su historia tras la detención fallida del expresident Carles Puigdemont, que apareció y desapareció ante la mirada de cientos de personas y agentes el pasado jueves en el centro de Barcelona, materializando una segunda huida del país para regresar a Waterloo (Bélgica). Todas las miradas se posan ahora sobre el dispositivo policial. Cómo se diseñó, se desarrolló y por qué falló pese a tener a su disposición a 400 agentes solo en la zona donde el líder separatista huyó en cuestión de minutos en el interior de un vehículo.
Por ahora, lejos de hacer autocrítica, responsables policiales como el conseller de Interior en funciones, Joan Ignasi Elena, han señalado que el operativo policial «no estaba preparado para un comportamiento tan impropio de Puigdemont» y han lamentado que no se haya aplicado la ley de amnistía con el líder separatista. En cualquier caso, la policía catalana ha iniciado una investigación interna para depurar responsabilidades y ha puesto el foco en la posibilidad de que más agentes pudiesen haber ayudado al expresident a huir de Cataluña, además de los tres detenidos: el dueño del Honda blanco; Xavi Manso, antiguo escolta de Puigdemont; y un último, arrestado este viernes, que también colaboró en la huida.
Los investigadores saben que estos mossos fueron piezas clave para ejecutar la huida del líder de Junts, pero tienen sospechas, bastante fundadas, de que podría haber más agentes implicados en la operación. No solo cómplices materiales, sino también topos que desde dentro del cuerpo podrían haber facilitado información al equipo del expresident para trazar una ruta de fuga segura, logrando pasar desapercibidos —tal como ocurrió— ante el ingente dispositivo policial que había previsto, según revelan fuentes de la policía catalana. Qué tipo de vehículos usar; qué calles transitar o qué maniobras de distracción podían ser las más efectivas.
Un grupo de fieles a Puigdemont
Que el expresident cuenta todavía con un equipo de agentes fieles dentro de la policía catalana no es ningún secreto entre las fuentes consultadas. Han sido muchos los mossos que durante permisos o vacaciones han ayudado en los últimos años a Carles Puigdemont. Entre ellos, por ejemplo, está Lluís Escolà, el agente que le ayudó a fugarse en 2017 y que después fue escolta de otro dirigente de Junts, Miguel Buch; o Xavi Manso, detenido el pasado jueves e imputado en el caso Voloh, instruido por la Audiencia Nacional, por haber facilitado información confidencial al entorno de Puigdemont.
La no detención y posterior huida del político, no obstante, han servido para constatar a nivel interno que este grupo de mossos-colaboradores está más activo —y tal más descontrolado— que nunca. Su último servicio al líder independentista puede costarle el desprestigio a un cuerpo formado por más de 18.000 funcionarios y esto último, admiten fuentes policiales, es algo que no puede volver a suceder bajo ningún concepto. Los dos detenidos se enfrentan a la imputación de dos posibles delitos: obstrucción a la justicia y omisión del deber de perseguir delitos, que conllevan penas de prisión.
Errores en el dispositivo
La inminente crisis política que se avecinaba llevó ya el jueves a los Mossos d’Esquadra a emitir un comunicado asumiendo la catástrofe. Habían intentado detener a Carles Puigdemont, pero no lo habían conseguido, señalaron. Este viernes, el comisario jefe, Eduard Sallent, en la misma línea, hablaba de «que el propósito principal era que se celebrará el pleno de investidura, y eso se logró. No se logró la detención de Puigdemont, por mucho que se intentó. El dispositivo estaba diseñado para hacerla, pero no se produjo por la turba que había a su alrededor», ha dicho.
De todos los escenarios que la policía catalana había previsto para llevar a cabo la detención de Carles Puigdemont, según han admitido fuentes de los Mossos, ninguno contemplaba que pudiese perpetrar una fuga, frente a la presencia de 2.500 de personas, que acudieron a ovacionarle, y de decenas de agentes de la Comisaría General de Información de los Mossos, encargados del operativo, que vigilaron en todo momento los pasos del político fugado hasta que desapareció entre la muchedumbre. El objetivo era detener discretamente a Puigdemont, una vez traspasase el perímetro de seguridad del Parlament. El líder de Junts, sin embargo, nunca llegó hasta allí.
Los sindicatos exigen dimisiones
Si esto hubiera ocurrido, una detención previa a su llegada al Arco del Triunfo habría sido más adecuada y habría evitado cualquier tipo de disturbio en la zona, un extremo que también quería evitar el dispositivo que ideó la detención de Carles Puigdemont. Tampoco entienden las fuentes consultadas que los agentes no pudieran detenerlo en ningún momento, cuando entre la masa de personas que le rodeaba había agentes de paisano camuflados y vieron cómo, de un momento a otro, desaparecía y huía en un coche. La solución fue una persecución fallida y una ‘operación Jaula’ que paralizó la Ciudad Condal.
Más allá de la investigación interna en curso para depurar responsabilidades, algunos sindicatos de los Mossos como Unió Sindical de la Policia Autonòmica de Catalunya (Uspac), han pedido la dimisión inmediata de todos los dirigentes tras las explicaciones aportadas y pese al cambio inminente de ciclo político. «Hemos hecho el ridículo, el operativo ha sido una verguenza», desliza su portavoz. Exigen no solo que el conseller de Interior y el director general de la Policía presenten su dimisión, también toda la prefectura de mandos de los Mossos, unos 15 responsables.
