Los hombres maltratados denuncian que los asesinatos de varones son «silenciados»
La Fundación en Defensa de los Hombres Maltratados pide visibilizar los asesinatos de varones por violencia doméstica
La Fundación en Defensa de los Hombres Maltratados, que nació el pasado mes de mayo para acompañar y asesorar a las víctimas silenciadas de nuestro país, ha elaborado un Decálogo del silencio a los hombres en el que denuncian, precisamente, que «las muertes de hombres asesinados no interesan, se salen discurso oficial y, por tanto, no son tenidas en cuenta ni por los políticos, ni por las instituciones, ni especialmente por los medios de comunicación».
Fundamentan su conclusión en el tratamiento mediático que este verano tuvieron los seis asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas en comparación con los cuatro sufridos por hombres en el mismo lapso de tiempo, que apenas tuvieron eco mediático, más allá de una breve noticia en un medio regional.
Es cierto que apenas trascendieron los dos asesinatos cometidos por mujeres contra varones el pasado 20 de junio. Una cortó el cuello a su marido en Tarragona y otra asesinó a su pareja en Alcarràs. Tampoco se dio mucho espacio al caso de un hombre asesinado en Barcelona el 30 de junio ni al ocurrido el 9 de julio en el pueblo de Zafra, Badajoz. Fueron cuatro muertes, pero de hombres, en tres semanas.
En comparación, el Ministerio de Igualdad convocó el 2 de julio un comité de crisis para abordar los asesinatos sufridos por mujeres en el ámbito de la pareja durante el último fin de semana de junio. En concreto, se trató del asesinato de seis personas, tres mujeres por violencia de género, más la madre de una de ellas, y dos niños, lo que también provocó que el Gobierno diese la voz de alarma y los medios de comunicación se hicieran eco en sus portales de noticias.
Tras una búsqueda exhaustiva, la fundación ha comprobado que los cuatro asesinatos de mujeres cometidos en junio han copado todos los medios nacionales, tanto televisivos como escritos. Y no solo eso, también han tenido un recorrido desde un punto de vista político. Se les guardó un minuto de silencio en el ayuntamiento de la localidad y pasaron inmediatamente a contabilizarse en las cifras de feminicidios anuales, así como en el conteo anual en los medios.
«En definitiva, podemos comprobar que el recorrido en los medios es muy dispar según se trata de una mujer asesinada por su pareja hombre o de un hombre asesinado por su pareja mujer», concluyen desde la fundación que apoya a los hombres maltratados con asesoramiento psicológico y jurídico.
El tratamiento
Pero la «invisibilidad» de las víctimas masculinas que denuncia la Fundación en Defensa de los Hombres Maltratados no solo proviene de las noticias y acontecimientos posteriores al asesinato, sino que «también tiene que ver con cómo trataron dichas noticias los medios según sea una mujer asesinada o un hombre asesinado». Es decir, en el cómo se cuenta cada caso.
En este sentido, los casos de mujeres asesinadas se engloban dentro del cajón de sastre de la «violencia machista», pero los varones asesinados se cuentan, cuando se cuentan, como episodios aislados. El único caso que trascendió a la televisión nacional fue el de Zafra, denuncian, «para hacer hincapié en mostrar las agresiones mutuas entre ellos, silenciando los otros tres asesinatos de hombres».
Sin contabilizar
Los feminicidios se computan en el portal estadístico del Ministerio de la Mujer. En lo que va de 2024, han sido asesinadas 29 mujeres, de las cuales 15 eran extranjeras. El año pasado cerró con 58, la cifra más alta registrada desde 2015. Sin embargo, si continúa la inercia, este año podría ser el que menos mujeres asesinadas registra desde 2003, cuando se comenzaron a contabilizar por el Gobierno.
Los asesinatos de hombres no se contabilizan y el silencio mediático en torno a estos dificulta mucho su conteo. Sucede con ellos algo similar con los niños asesinados por sus madres: no figuran en ningún lado. Los primeros no pueden encasillarse dentro de la violencia de género, y los segundos no pueden considerarse violencia vicaria. El relato antes que el dato.