José Sánchez (Cruz Roja): «Estamos por debajo de otros años en inmigración irregular»
El responsable de inmigración de Cruz Roja analiza la situación actual de la inmigración en España
El que fuera anteriormente responsable de Integración, José Javier Sánchez, se ocupa hoy de las migraciones dentro de Cruz Roja y, en especial, de coordinar la tarea que tiene asignada esta ONG en exclusiva, que es la atención inicial, tras su llegada a nuestras costas. Aunque admite que este año son muchas las personas que han llegado de forma irregular, Sánchez advierte que seguimos por debajo de las cifras de llegadas de años anteriores y más duros. Para este alto directivo de Cruz Roja, más que del «efecto llamada» habría que hablar del «efecto expulsión» al que se ven sometidos en sus países de origen. Y es en estos países donde habría, a su juicio, que actuar, para tratar de mitigar estas oleadas migratorias.
PREGUNTA.- ¿Está España desbordada ante la llegada de forma irregular de inmigrantes?
RESPUESTA.- Si hablamos de la llegada de costas, yo creo que España es un país que está acostumbrado a dar acogida a muchas de las personas que llegan. Es verdad que estamos en cifras, en este momento, superiores al año pasado, pero también que no hemos superado otros años, donde las llegadas fueron más numerosas y, hasta este momento, se ha dado acogida a todas las personas que han llegado, se han facilitado los itinerarios. Ahora hay cierta capacidad, con la ampliación que se ha hecho de los sistemas de acogida, estamos mucho mejor preparados que en otros años, y ahora mismo se ha dado acogida a todas las personas que van llegando.
Menas: «Ha llegado un número importante y necesitan protección especial, como menores que son»
P.- Pero seguimos teniendo un problema con los menores extranjeros no acompañados (menas). El Gobierno canario ya advirtió al inicio del verano que estaban desbordados y no tenían capacidad para acogerlos a todos…
R.- Es verdad que hay un número importante de menores que han llegado y que los menores necesitan una protección especial. Desde Cruz Roja lo que podemos decir es que el interés superior del menor debe prevalecer siempre, y que niños, niñas y adolescentes no acompañados necesitan tener esta protección, como menores que son.
P.- ¿Cuál es la función de Cruz Roja con respecto a los inmigrantes que llegan de forma irregular a nuestras costas? Ustedes son la ONG que tiene la exclusiva de la atención inmediata en el momento en el que se detecta esa llegada en situación irregular…
R.- Somos la entidad que está en las primeras llegadas y la entidad que atiende, por entendernos, a la patera y al cayuco. Cuando llega a puerto y hacemos una primera atención para detectar qué vulnerabilidades puede haber, si hay personas solicitantes de asilo, si hay personas que puedan estar en situación de trata o algún tipo de personas con discapacidad, alguna patología que necesita atención. Hacemos el primer triaje y damos una cobertura de necesidades básicas. A partir de ahí, todas estas personas son derivadas al sistema de acogida, que está bajo el amparo del Ministerio de Inclusión, bajo el amparo de la Secretaría de Estado de Migraciones, y ahí ya sí hay otras entidades, bastantes más entidades, que se ocupan de todo el resto de la fase de acogida.
P.- Dado que ustedes son los únicos que tienen contacto con los inmigrantes cuando llegan de forma irregular ¿Cree que estas personas llegan con intención de instalarse en España o quizás en otro país de la Unión Europea? En general, ¿colaboran con las autoridades que tratan de devolverles a sus países de origen?
R.-Siempre pensamos el momento de la llegada como el final de la travesía, del punto de partida en el mar hasta el punto de llegada. Pero en realidad no es el final de una travesía, es el final de un camino muy largo que, algunas veces, antes de subir a la patera o al cayuco, podemos estar hablando de dos o tres años, en los que, desgraciadamente, sufren todo tipo de violaciones de los derechos humanos. Cuando llegan, lo que piensan es «por fin estamos en un sitio seguro» y digamos que su objetivo es poder apoyar a las familias que dejan atrás. Es decir, su único objetivo es poder encontrar un país seguro, donde no sean perseguidos, donde no sean víctimas de trata, donde no estén en una guerra y donde puedan tener las mínimas posibilidades o recursos, no solamente para las personas que llegan, sino fundamentalmente para la que dejan atrás.
P.- Entonces ¿resulta complicado plantear la repatriación de esa inmigración irregular para la Administración?
R.- Yo puedo hablar del trabajo de Cruz Roja. Lo que hacemos es facilitar esa acogida a las personas que llegan, no solamente en ese primer momento, sino en todo el itinerario. Hay que pensar que últimamente hay un número muy importante de personas que son solicitantes de protección internacional porque están huyendo de conflictos. Nosotros facilitamos ese itinerario, para que puedan hacer su solicitud. Y si finalmente así se decide, que su expediente sea resuelto y se les pueda dar esa protección internacional.
P.- ¿Cuánto tiempo tarda en resolverse, más o menos, cada expediente?
R.-Depende muchísimo de la nacionalidad. Hay nacionalidades donde la resolución es mucho más rápida y otras donde no se tiene toda la información, y dependiendo también de que sea una persecución individualizada, donde es esa persona la que ha sido víctima individualizado, o de una persecución de personas que vienen de un conflicto, como puede ser Siria o Ucrania, varía muchísimo. En el caso de Ucrania, gracias a la directiva europea que concede la protección temporal, en algunos casos podían tener respuesta en apenas 24 horas. Ahora ya hay poca gente que la pide… Si hablásemos de una persona que fundamenta su solicitud de asilo en una persecución individualizada, la instrucción del expediente es más larga y puede tardar bastante más.
P.- El Gobierno italiano asegura que este año ellos han reducido considerablemente la llegada de inmigrantes de forma irregular a sus costas. Por contra, en España parece que aumenta ¿Estamos haciendo algo mal?
R.- En realidad, las cifras de España no han aumentado. Si el año 2018 atendimos a unas 60.000 personas más que los años posteriores, aunque es verdad que la gran mayoría llegaron a Canarias, las cifras bajaron a unas 40.000 personas. Los años posteriores ha ido bajando, incluso el año pasado, que subió algo, también estamos todavía por debajo de los años de máximos. Este año las llegadas están siendo muy numerosas los primeros meses del año y se están concentrando mucho en Canarias, por lo que creo que llaman más la atención. Pero este año estamos todavía por debajo de años anteriores en lo que se refiere al número de personas que han llegado a nuestra frontera. Y estamos por debajo de Italia. No tengo las cifras oficiales de Italia, pero tradicionalmente las cifras de llegada a Italia han sido superiores a las de llegada a España.
Efecto llamada: «Hay un ‘efecto expulsión’ de los países de origen»
P.- ¿Cree que hay «efecto llamada» a causa de las políticas aplicadas en España?
R.- Yo creo que hay un «efecto de expulsión», que las personas no pueden vivir en sus países de origen por determinadas circunstancias. Ahora, como digo, muchas personas están huyendo de un conflicto en Mali, o de una persecución en otros países, o hay personas que no tienen lo mínimo para poder tener una vida digna y mantener a su familia. Y hay un «efecto de expulsión», porque no pueden vivir en sus países de origen. Normalmente, no abandonamos nuestras redes sociales, nuestra familia, nuestras redes de apoyo en nuestros países de origen si no tenemos una causa que nos expulsa, ni nos metemos en una patera y nos jugamos la vida, por mucho «efecto llamada» que hubiera, si no hubiera un efecto de expulsión. Nadie arriesgaría la vida en una patera, como está pasando.
P.- ¿Cómo cree que se puede aliviar esa situación?
R.- Creemos que los flujos migratorios en su gran mayoría, están forzados por una situación de desigualdad. Yo, que he vivido algunos años en África, al ver las situaciones de desigualdad, te das cuenta que muchas personas cuando no tienen otra solución, tienen que buscar un sitio seguro, un país seguro, donde puedan desarrollar su vida y, sobre todo, apoyar a la familia que dejan atrás. Entonces, fundamentalmente sería esa reducción de las desigualdades lo que puede hacer que las personas no se sientan obligadas a abandonar sus lugares de origen.
P.- ¿Se refiere a actuaciones en origen de los países que reciben esa inmigración?
R.-Fundamentalmente, lo que digo es reducir estas desigualdades. Habría que actuar en origen. Hay que evitar lo que lo que a cualquiera nos puede hacer que nos vayamos en sitios que uno tenga una vida. Si no tienes lo mínimo para vivir, tienes que irte. Lo que nos ha pasado también a los españoles y españolas a principios del S. XX.
P.- ¿Qué trazabilidad tiene un mena que llega a España hasta que se convierte en mayor de edad? Cuando alcanza la mayoría de edad ¿se quedan en España? ¿Qué le supone para la Administración la tutela de cada menor? ¿Y qué supone para el propio menor?
R.- En Cruz Roja apoyamos la llegada de todas las personas, incluyendo, por supuesto, las menores de edad. Pero después de esta primera atención, ya pasan a los servicios de protección de menores. Nosotros apoyamos a los niños, niñas y adolescentes con otros muchos proyectos, pero no estamos concretamente en los servicios de protección de menores que, como sabemos, están delegados a las CCAA. El menor, cuando llega y se identifica como menor de edad, tiene unas necesidades de protección, pasa a los servicios de protección de menores, y estos tienen la tutela y la obligación de prestar todos los servicios de protección hasta que cumplen los 18 años. A partir de ahí, por parte de Cruz Roja, sí tenemos algunos proyectos que llamamos de emancipación, que apoyan a esos menores, ya convertidos en mayores de edad y fuera del servicio de protección, pero que pueden no tener los recursos suficientes para poder vivir por su por sus propios medios. Ahí sí tenemos proyectos de apoyo, de inserción sociolaboral. Después de trabajar con estos menores para que puedan, los que así lo decidan, quedarse en nuestro país para que puedan integrarse y vivir por sus propios medios. Es verdad que, en todo este proceso, cuando los menores están bajo la protección de la Administración, hay programas de reagrupación familiar. Si su familia está en algún país, se pueden reagrupar con sus familias, que serían entonces los que ya ejercerían lógicamente la tutela, como cualquier familia.
Menas: «los servicios de protección de menores tienen que garantizar todo lo necesario para su desarrollo y crecimiento, como a cualquier menor»
P.- Pero ese mena tiene que ser escolarizado, en definitiva protegido y tutelado por la Administración en tanto en cuanto no aparezca familiar alguno…
R.-Ahí la responsabilidad es de los servicios de protección de menores, como cualquier menor en situación de desamparo, sea de origen extranjero o no, que estaría bajo la tutela de los servicios de protección de menores que tienen que garantizar, lógicamente, todo lo que es necesario para su desarrollo y ese crecimiento.
P.- España ha incrementado los fondos que dedica a esa tarea, pero parece que siguen siendo insuficientes ¿Se podrían gestionar mejor esos fondos?
R.- Ese no es un tema donde nosotros podamos entrar, porque no trabajamos, pero es verdad que lo importante es que el interés superior del menor prevalezca por encima de cualquier otra consideración y que estos niños, niñas y adolescentes que están llegando a nuestra costa en situación de desarraigo y desamparo tengan la protección que como menores necesitan y merecen.
«Cruz Roja nunca ha tenido problemas con los recursos que le otorga la Administración en materia de atención a inmigración irregular»
P.-. ¿Cree que los recursos que recibe Cruz Roja del Estado son suficientes para afrontar esta situación ante la inmigración irregular?
R.-Sí, llevamos ya 20 años trabajando, desde 2004. Si son suficientes, lógicamente, depende del número de personas que puedan llegar, pero todos los años han sido suficientes. Nunca ha habido problemas en este sentido.
P.- Antes de ocuparse en exclusiva de las migraciones dentro de Cruz Roja usted se ocupaba de la inclusión de la inmigración también… ¿Hay que fomentar la inclusión de la inmigración irregular en España? ¿Debe el Ejecutivo mejorar su forma de funcionamiento?¿Cuál es la fórmula correcta?
R.- Sin querer comparar con otros países, por supuesto, pero creo que la fórmula es lo que llevamos haciendo en España desde hace muchísimos años. En España ahora mismo hay un 10%, casi un 11%, de población de origen extranjero y está perfectamente integrada, pese a algunos casos de personas que por ciertas dificultades puedan tener menos. Hoy en día la sociedad española es plural, con personas con muy diversos orígenes. Está funcionando y ha venido funcionando, porque se ha trabajado voluntaria y conscientemente. La integración no ha sido una cosa que haya nacido espontáneamente, sino que se ha trabajado en la integración. Ha habido proyectos concretos para favorecer que la sociedad de acogida y la persona de acogida estén en contacto, convivan. En España, tal como venimos trabajando, con una sociedad muy abierta, muy inclusiva y siempre como nos ha pasado internamente, dentro del país. Yo soy andaluz, vine a trabajar a Madrid, y desde siempre me he sentido muy acogido. Lo fundamental, que la sociedad de acogida sea una sociedad plural, abierta y que esté dispuesta a acoger. Y que las personas que vienen y se encuentran en una situación de desarraigo, sin redes de apoyo, hacen todo lo posible para integrarse enseguida que tienen esa oportunidad.
P.- También es cierto que España maneja volúmenes de inmigración menores que Francia o el Reino Unido…
R.- No digo que no. No sería capaz de hacer ese estudio sociológico, pero es verdad que también nuestra historia, el porcentaje de personas de origen extranjero, es más reciente. Quizás en otros países llevan más tiempo. Quizá también por nuestra propia historia estamos más predispuestos a entender las circunstancias de la inmigración y de la emigración. En una historia más reciente, en un periodo corto de tiempo, hemos tenido la oportunidad de construir una historia de integración exitosa. No digo que no haya problemas, por supuesto, pero una historia de integración exitosa, sobre todo si comparamos con otras realidades.
«Nos preocupa todo lo que pueda derivar en racismo y xenofobia»
P.- En los últimos tiempos, en España ha empezado a ocurrir un fenómeno que está muy extendido en Francia, jaleado por el Frente Nacional, y es el rechazo y malestar de los ciudadanos de las zonas más deprimidas de las ciudades, que denuncian que la inmigración acapara servicios y ayudas para gente sin recursos y que promueve una especie de rechazo a esa inmigración…¿Le preocupa que esa dinámica acabe creciendo en España tanto como en Francia?
R.- Todo lo que sean actitudes que puedan tender al racismo, la xenofobia, lógicamente nos preocupan, porque nuestro trabajo es construir o ayudar a construir una sociedad más justa y con cohesión. Por eso agradecemos muchísimo estos espacios que colaboran a romper estos mitos, bulos o rumores que al final cuando analizas la realidad, te das cuenta que son simplemente rumores o mitos. No negamos que haya algunas actitudes en este sentido, pero en nuestro caso, cuando fue la crisis de Ucrania, tuvimos a casi 15.000 personas voluntarias. Tenemos trabajando con Cruz Roja para atención a las personas que llegan en patera casi 3000 personas voluntarias. Si hablásemos de migraciones, en total tendríamos como otras 7000 personas. Hablamos de una cifra de personas que diariamente nos ayuda. Es verdad que sabemos que hay algunas actitudes xenófobas, pero seguimos creyendo que la sociedad española sigue siendo muy solidaria y muy abierta.
«La mayoría de la sociedad no está en una postura xenófoba, ni tiene una cultura racista»
P.- El mes pasado, un concejal de Vox decía en sus redes sociales que a los inmigrantes hay que decirles que se den la vuelta o «darles plomo». Los mensajes de este tipo existen y tienen cara y ojos detrás, en muchas ocasiones… incluso representantes públicos.
R.- Hay actitudes que hacen mucho ruido; algunas afortunadamente son tan desaforadas que solamente se quedan en ruido. Hablábamos de Francia hace un momento. Creo que la gran mayoría de la sociedad no está en una postura xenófoba, ni tiene la cultura racista. La gran mayoría quiere ser una sociedad plural, abierta y que viva en paz. Y en España las circunstancias son iguales, independientemente de que haya algunos ruidos muy sonoros.
P.- En España se produce un doble fenómeno: hay muchos voluntarios dispuestos a ayudar, pero también hay mucha gente que no quiere que se ponga un Centro de Acogida de Inmigrantes cerca de su casa…
R.-Ha habido algunos casos donde se ha podido ver algunas actitudes en contra… En nuestra experiencia, cuando la gente conoce la realidad de las personas migrantes, no hablamos de cifras sino de caras, rostros e historias concretas, nos encontramos —salvo casos muy excepcionales— gente muy abierta a ayudar y a facilitar que esa persona tenga la acogida y la ayuda que necesita. Hay que salir un poco de algunos rumores o bulos y hay que centrarse en la realidad. Una vez se conocen cuál es la historia de cada de cada persona, la gente tiende a colaborar.
«A veces se busca sustituir la historia de una persona por un bulo que ya está desmentido por el Ministerio del Interior»
P.- Pese a todo, hay discursos procedentes de partidos políticos, por ejemplo, que vinculan inmigración y criminalidad.
R.- Lógicamente lo que se busca es sustituir la historia de una persona por un rumor, un bulo, etc., que ya está desmentido por el Ministerio del Interior, en repetidas ocasiones. Esa actitud, que puede tender más al racismo, la xenofobia, se combaten conociendo a la persona y su realidad, conociendo lo que viven, cómo viven, de dónde vienen, por qué vienen… La gente que llega quiere pasar desapercibida, que le dejen, que le dejen tener un trabajo, tener algo para vivir y para que su familia, en sus países de origen, pueda vivir.
P.- Ha mencionado las continuas violaciones de sus derechos que sufren esos inmigrantes que llegan de forma irregular a nuestras costas ¿Cómo cree que se debe luchar contra las mafias que trafican con seres humanos?
R.- Sería muy difícil decirlo, porque habría que hacer una investigación más en profundidad. Bueno, son personas que a lo mejor salen de Burkina Faso, de Congo, y no cuentan con los medios suficientes para ir en un medio de transporte cómodo. Lo que hacen es iniciar un itinerario y, trabajando por el camino, van avanzando hasta poder subir a la patera. Es verdad que en ese camino sufren muchas violaciones de sus derechos humanos porque están fuera de su entorno de apoyo, de su familia. Van solas y su trayecto es muy complicado. La forma de que estas personas no sufran estas violaciones de sus derechos humanos y esta explotación es que puedan tener vías seguras para llegar a los países que les pueden dar protección y por otra parte, que no tengan ese efecto, que no es llamada, sino el «efecto expulsión», que no exista y no tengan que salir y migrar forzosamente de sus países de origen.
P.- ¿Debería España declarar una situación catastrófica ahora mismo por la inmigración irregular que llega a Canarias?
R.- En España se declaró la emergencia por la llegada, no porque el número sea superior a años anteriores, pero sí porque estaba muy concentrado en Canarias. Entonces sí hacía falta un refuerzo para dar atención y acogida a las personas que llegaron a Canarias. Se hizo esa declaración de emergencia por la llegada a Canarias.
P.- ¿Le preocupa o le duele ver la bronca política que hay entorno a la gestión de la inmigración irregular?
R.-Entendemos perfectamente que en una sociedad plural haya distintas opiniones, y que a veces las opiniones necesiten del debate y de contraste. Creo que estamos, afortunadamente, en una sociedad plural. Pero desde Cruz Roja lo que nos preocupa sobre todo es la protección y la acogida de las personas que lo necesitan.
Pacto de Estado: «Todas las herramientas que favorezcan que la acogida se haga más rápida y eficaz serán bienvenidas»
P.- ¿Sería necesario un Pacto de Estado, después de ese debate entre formaciones políticas?
R.- Sí, todas las herramientas que favorezcan que la acogida y la protección se hagan de la forma más rápida, más efectiva, más eficaz posible serán muy bienvenidas, por supuesto, porque hay que dar respuesta al tema de las migraciones, no solamente en España, sino en toda la sociedad.
P.- El TEDH ha condenado a España por realizar devoluciones en caliente el año pasado, tras el asalto masivo a la valla de Melilla ¿Han presenciado como colectivo de Cruz Roja ustedes alguno de esos episodios? Ustedes atendieron allí a muchos de los que lograron cruzar a España.
R.- No, no… No hemos estado presentes. Nuestro trabajo, como siempre, es, ante cualquier situación de vulnerabilidad, intentar darle respuesta y proteger a las personas que lo necesiten. Pero no, no puedo hablar de eso, porque no lo hemos presenciado, ni hemos estado, ni hemos formado parte de lo que se haya hecho, ni después de lo que se haya reconocido.