Interior oculta el coste del dispositivo de la presentación de Mbappé en el Bernabéu
La Policía desplegó a varias decenas de agentes antidisturbios en el interior del estadio pese a ser un evento privado
La Dirección General de la Policía se niega a revelar cualquier tipo de información acerca del dispositivo policial que diseñó para el acto de presentación del jugador Kylian Mbappé en el estadio Santiago Bernabéu el pasado 16 de julio. Un operativo que desató las críticas internas en la Policía al tratarse de un evento privado en el que decenas de agentes se desplegaron no solo en el exterior, sino también en el interior del estadio del Real Madrid para dar la bienvenida al jugador francés. Un dispositivo «inaudito», advierten fuentes policiales, habida cuenta de que ni siquiera se trataba de un partido de LALIGA o de un evento de futbol internacional.
En una respuesta del Portal de Transparencia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, la Policía Nacional justifica que no puede dar datos sobre el número de vehículos y agentes que formaron parte del dispositivo de seguridad porque «la gestión de los recursos humanos disponibles, así como materiales, constituye un factor determinante de la capacidad operativa de las distintas unidades policiales cuya divulgación supone mostrar posibles vulnerabilidades operativas que puedan existir».
«Resulta evidente que el conocimiento del número concreto de funcionarios que participan en este tipo de operativos favorece la posibilidad de analizar el grado de seguridad de los mismos, lo que pone en peligro su eficacia y compromete la seguridad de los propios participantes», insisten desde el departamento dirigido por Francisco Pardo.
Un sistema de copago
Respecto al coste económico del dispositivo de seguridad, en la misma línea, la Dirección General explica que el servicio operativo fue desempeñado por funcionarios policiales que ejercieron dichas funciones de acuerdo a los turnos establecidos en sus respectivos servicios, «percibiendo las retribuciones ordinarias que les corresponden por el ejercicio de sus funciones habituales». Por lo que, «no supuso, en ningún caso, un coste extraordinario».
Esto último es, precisamente, lo que reclaman los sindicatos policiales desde hace años. Que la Policía Nacional ponga en marcha medidas para que LALIGA, como organismo privado y organizador de la competición, asuma los costes de los amplios operativos policiales que se despliegan cada semana en España por los partidos de fútbol. Y que se establezca una suerte de copago para que los agentes también vean remunerado ese trabajo extra.
Lo que no admiten es que estos dispositivos se extiendan también a otros eventos que nada tienen que ver con su cometido. «No damos abasto», denuncian. «Si hubieses aglomeraciones, algún tipo de altercado entre el público, veríamos entendible tener que actuar, pero estar dentro de un evento puramente privado, sin cobrarlo es algo que no se puede tolerar», denuncian distintas fuentes de la Unidad de Intervención Policial, los antidisturbios.
Lo que dice la normativa
La normativa reguladora de espectáculos establece que la seguridad de los eventos deportivos en el interior y en la zona de acceso a los estadios deben realizarla empresas de seguridad privada contratadas por el organizador. Sin embargo, en la práctica, revelan fuentes policiales, no es así.
«Es común ver a agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) encargados de mantener la seguridad tanto en el perímetro del terreno de juego como en el apartado reservado para aficiones ultras», denuncian. Durante la presentación del jugador francés se desplegaron 80 agentes antidisturbios en el estadio, de los cuales unos 40 estuvieron en el interior y ocho sobre el césped, indican a THE OBJECTIVE fuentes policiales. Un dispositivo «muy similar al que se suele hacerse para un partido de LALIGA», añaden.
Crecen las quejas
En los últimos meses, las quejas entre los agentes antidisturbios han crecido ante «el exceso» de eventos que deben cubrir. «No podemos estar en todos: Wanda Metropolitano, Bernabéu, WiZink… Al final, somos pocos, no damos abasto, y esto supone que haya que cambiar cuadrantes, turnos… y explotar a la gente», censuran distintas voces de la UIP.
Según advierten estas mismas fuentes, el 50% de los servicios que desarrollan los antidisturbios en Madrid son para actos privados. Dispositivos que «suponen una carta de trabajo extra» para ellos y que, al ser de esta índole, «deberían exceden de sus competencias al ser funcionarios públicos», denuncian.