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El descuartizador de Pioz cambia de prisión y agrede a un preso: «No saben qué hacer con él»

Patrick Nogueira fue trasladado a la prisión de Aranjuez (Madrid) hace cuatro meses y ya está teniendo problemas

El descuartizador de Pioz cambia de prisión y agrede a un preso: «No saben qué hacer con él»

Patrick Nogueira, el descuartizador de Pioz, durante una sesión de su juicio. | Archivo

Patrick Nogueira ingresó hace cuatro meses en la prisión de Aranjuez (Madrid), tras pasar sus primeros ocho años de condena en El Puerto de Santa María (Cádiz). En la cárcel madrileña, el descuartizador de Pioz fue ingresado directamente en un módulo de respeto, es decir, en un pabellón para presos poco conflictivos, pese a su escalofriante historial. Nogueira mató y descuartizó a cuatro personas —sus dos tíos y los hijos de estos— a sangre fría en agosto de 2016. Como cabía esperar, poco han tardado en llegar los problemas en Aranjuez.

«No puede estar en un módulo conflictivo porque ahí le van a romper la cara», explican fuentes penitenciarias a THE OBJECTIVE. Por ejemplo, en 2021, seis presos le dieron una paliza al descuartizador en la prisión de Puerto III. Es por esto, que «le tienen que llevar a un módulo de respeto». Aquí es donde se da la paradoja: si en un módulo conflictivo Nogueira es víctima, en uno de respeto es verdugo. «Es un psicópata y sigue teniendo tendencias abusivas».

El cuádruple asesino protagonizó el pasado 18 de agosto un incidente con otro interno y con varios funcionarios, según explican las citadas fuentes a este periódico. «A un señor mayor estuvo días humillándole, y un día llegó a pegarle. Los funcionarios le hicieron un cacheo y se revolvió contra ellos, hasta que tuvieron que llevarlo a aislamiento».

Nogueira ha tardado pocos meses en tener problemas en su nueva casa, aunque se le ha dado la oportunidad de acceder a derechos de los que carecía en Puerto III. En los módulos de respeto hay numerosas actividades disponibles, incluso acceso a estudios universitarios a través de la UNED. El asesino ingresó en un módulo con presos tranquilos que han cometido delitos mucho menos graves que el suyo.

Las fuentes consultadas coinciden en que este es un ejemplo notable de una política carcelaria que consideran «peligrosa» para los internos. «La Secretaría [General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior] intenta vender que no pasa nada, que esto es el mundo de la gominola. Pero, en realidad, no saben qué hacer con él».

«Ahora nos intentan vender una película y hay una coacción muy fuerte por parte de los mandos, a instancias de la Secretaría, de intentar torcer el derecho y que los funcionarios no hagan bien su trabajo. En condiciones normales a este tío no le hubiesen sacado del módulo conflictivo. Ni de coña. Es una auténtica aberración».

Tras el incidente, Nogueira pasó cerca de 10 días en aislamiento, en la soledad de sus pensamientos y con tiempo de sobra para recordar la razón por la que pesan sobre él tres condenas de prisión permanente revisable y una cuarta de 25 años de cárcel.

17 de agosto de 2016

La mañana del 17 de agosto de 2016, Nogueira fue al gimnasio del Alcalá de Henares donde solía entrenar. Posteriormente, compró dos pizzas para llevarlas a casa de sus tíos Marcos Campos y Janaína Santos, que vivían en Pioz (Guadalajara). El joven, que contaba 19 años en el momento de los hechos, se presentó en la casa con las pizzas, y también con una navaja, cinta americana, bolsas de basura y toallas.

Nogueira asesinó primero a Janaína y después a sus dos primos pequeños: María Carolina, de cuatro años, y David, de uno. Mientras esperaba a que su tío Marcos volviera del trabajo, descuartizó los cadáveres, los metió en bolsas de basura y limpió la casa a conciencia. En la frialdad de su espera, incluso, le dio tiempo para chatear con un amigo de su Brasil natal. En la conversación se jactó de los hechos y llegó a sacarse fotos con los cadáveres. Marcos llegó a casa a las 21 horas de aquel fatídico día. Corrió la misma suerte que su familia.

La Audiencia Provincial de Guadalajara condenó en primera instancia a Nogueira a tres condenas de prisión permanente revisable más una condena de 25 años de prisión por asesinato con alevosía.

La defensa del descuartizador recurrió la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, que sustituyó dos de las prisiones permanentes revisables por otros dos asesinatos con alevosía, quedando la condena en una prisión permanente revisable y tres asesinatos alevosos. La acusación particular, a su vez, recurrió esta sentencia al Tribunal Supremo con apoyo de la Fiscalía. El alto tribunal, finalmente, ratificó la sentencia dictada en primera instancia.

Cartas ¿de amor?

Así las cosas, Nogueira lleva ocho años en prisión. Primero en Puerto III y, ahora, en Aranjuez. «Con los funcionarios pasa muy inadvertido. Intenta esquivar conversaciones. Habla lo justo», explican las fuentes consultadas. Su alta condena no le impide optar a permisos penitenciarios «si se las da de niño bueno».

Nogueira recibe correspondencia y, curiosamente, la mayoría de remitentes son mujeres. ¿Ha encontrado el descuartizador de Pioz el amor entre rejas? No sería el primer asesino que lo hace: ahí están los ejemplos de Charles Manson, Ted Bundy, Iñaki de Juana Chaos o Miguel Carcaño. Como dijo aquel, hay gente para todo.

El problema sigue ahí y no es nuevo, pese a las advertencias del personal de la prisión. «Este es el mejor ejemplo de la falacia de los modelos que pretende implantar la Secretaría. Quieren dar una imagen irreal de los delincuentes como este».

Sin ir más lejos, el 19 de noviembre del año pasado, una funcionaria sufrió un intento de violación por parte de un interno en esta misma cárcel. El compañero que la defendió terminó con graves lesiones. Los funcionarios no conocían el violento historial de este agresor y, de haberlo sabido, hubiesen exigido que se le trasladara a otro módulo, según contaron los propios agredidos a este periodista.

«Crean un problema de seguridad para los internos que están con gente así. Si hay problemas, dicen que no es un fallo de seguridad, sino de terapia». Mientras tanto, el descuartizador de Pioz ya ha salido de aislamiento y ha pasado, de momento, al módulo 4 de la cárcel madrileña, destinado a personas drogodependientes. Sin embargo, Nogueira no sufre ninguna adicción.

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