THE OBJECTIVE
España

El líder de Manos Limpias se pone escolta tras varios episodios de insultos y amenazas

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no ha brindado protección a Miguel Bernad

El secretario general del sindicato Manos Limpias, Miguel Bernad, denuncia las amenazas y agresiones que ha sufrido desde que su organización presentó varias querellas contra miembros de la familia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ante esta preocupante situación, Bernad declara a THE OBJECTIVE que se ha visto obligado a contratar escolta para garantizar su seguridad en el día a día. Esta protección le ha sido ofrecida de forma altruista por una empresa de seguridad, ya que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, no le ha brindado ninguna asistencia.

Desde que Manos Limpias presentara acciones legales contra Begoña Gómez, esposa de Sánchez; David Sánchez, hermano del presidente; el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz; y la directora del Instituto de la Mujer, Isabel García Sánchez, la vida de Bernad ha cambiado radicalmente. «Empezamos a recibir llamadas con números ocultos, donde nos insultaban y amenazaban», relata. En un primer momento, el líder del sindicato no les dio importancia. «Ha sido algo habitual desde que existe Manos Limpias. A menudo los insultos vienen de personas que se esconden tras un teléfono o cartas anónimas. Pero lo que ocurrió el viernes fue diferente».

El viernes, Bernad vivió un episodio de intimidación en el que se sintió verdaderamente amenazado. Mientras viajaba en el metro, percibió a un hombre hablando por teléfono que parecía estar pendiente de sus movimientos. Al salir del metro, un desconocido –al parecer avisado por el otro que le seguía– se dirigió a Bernad de manera amenazante. «Era un hombre musculoso, con gafas de sol y una gorra, que me gritó que era un fascista asqueroso y que debía estar en la cárcel», recuerda Bernad. El tono de la confrontación escaló rápidamente: «Me dijo que tenía que darme dos hostias. Cuando fue a golpearme, me agaché y la gente que estaba cerca se interpuso. Entonces, el agresor salió corriendo», añade, visiblemente afectado por el suceso.

Bernad ha dejado claro en su denuncia que no cree que este ataque sea un hecho aislado. «Considero que me estaban siguiendo. El Gobierno está perdiendo la batalla judicial en los casos que hemos presentado, y esto se ve alentado por el matón del exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, que sostiene que todo esto es mentira y que es una trama de ‘fascistas’», explica. Según él, esta retórica está generando un clima de tensión que incita a las personas a actuar como «lobos solitarios» a aquellos que le consideran parte de la «fachosfera» y de la «máquina del fango».

En este contexto de creciente hostilidad, Bernad ha tomado medidas para garantizar su seguridad personal. A pesar de que el Ministerio del Interior de Grande-Marlaska no le ha ofrecido ninguna protección, una empresa de seguridad privada se ha puesto en contacto con él para proporcionarle escolta las 24 horas. «Me han ofrecido un coche y un equipo de seguridad para que pueda realizar mis gestiones sin temor a ser agredido nuevamente», explica.

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