La crisis migratoria llega a Baleares: registra más llegadas irregulares que ningún otro año
Es el otro archipiélago al límite. Los flujos han aumentado un 40% y los centros de acogida están desbordados
Un grupo de agentes traslada a un inmigrantes este verano en Ibiza. | EFE
Canarias ha atraído este verano todas las miradas ante el aumento de la presión migratoria. Con cuentagotas, prácticamente a diario, este archipiélago ha registrado la llegada de cientos de personas procedentes del África subsahariana. Solo en las últimas dos semanas, 4.050 han arribado hasta las costas canarias. En lo que llevamos de año, han sido más de 30.000, un 105% más que en 2023, según datos del Ministerio del Interior. Estas islas no son las únicas que se encuentran al límite con el fenómeno migratorio. Baleares ha hecho frente a uno de sus peores veranos en cuanto a cifras de llegadas irregulares se refiere. Todas ellas procedentes del norte de Argelia.
En los nueve meses comprendidos entre el 1 de enero y el el 4 de octubre, han sido interceptadas en aguas de la comunidad autónoma un total de 192 pateras, en las que iban a bordo más de 3.200 personas, según detallan fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE. Estos datos suponen un récord tanto de embarcaciones como de llegadas irregulares a las islas. El pico histórico se registró en 2022, con 2.637 personas y 176 embarcaciones. Por otro lado, los flujos migratorios han aumentado un 40,4% respecto a 2023, cuando se detectó la llegada de 2.278 inmigrantes.
Estos datos consolidan esta ruta irregular, que conecta Argelia principalmente con las islas de Formentera, Ibiza y el sur de Mallorca, como la tercera más transitada de España tras la canaria y la del Estrecho. También es la que más ha crecido después de que en 2017 las mafias comenzasen a fletar embarcaciones desde el norte del país vecino. Hasta entonces, habían llegado 40 pateras con 375 inmigrantes. Las cifran han creciendo año a año, principalmente desde 2019, cuando llegaron 500 personas. Ahora, esa cifra se ha multiplicado casi por siete.
Interior no detalla datos
Pese al incremento de los flujos migratorios hacia Baleares, el departamento dirigido por Grande-Marlaska no concreta los datos de inmigración irregular en sus informes quincenales; los aúna con los del resto del país. Según este dossier, las llegadas a la Península y Baleares se sitúan en 9.224 personas, un 12% menos respecto a 2023, cuando arribaron 10.487. La realidad, sin embargo, es bien distinta si se separan ambos registros. En el archipiélago balear se han disparado más de un 40%. Cabe destacar, además, que al igual que ocurre en Canarias, las embarcaciones cada vez son más grandes y por tanto, traen a más personas.
A principios de septiembre, cuando llegaron a la costa balear 226 inmigrantes a bordo de ocho pateras en cuestión de varias horas, se interceptó una con 101 personas, la de mayor tamaño registrada. Hasta entonces, la mayor había sido un cayuco localizado en Formentera con 58, la que más inmigrantes había traído al archipiélago. Todo se debe, explican fuentes policiales, a la profesionalización de las mafias dedicadas al tráfico ilegal de personas. Embarcaciones cada vez más grandes y mucho más potentes, capaces de hacer el trayecto desde Argelia en apenas seis horas. Para después regresar y poder hacer otro viaje de vuelta, aprovechando las buenas condiciones del mar y los vientos del sur de la época estival.
Pateras-taxi en Baleares
Hasta hace unos años, el peligroso trayecto implicaba unas 20 horas de travesía en una barca común. Ahora, las fuerzas de seguridad están detectando lanchas impulsadas por motores de hasta 300 caballos de velocidad, que hacen el trabajo en menos de la mitad de tiempo. Un negocio ilegal que mueve millones de euros y por el que las mafias tienen tarifas fijas: los inmigrantes pagan entre 800 y 1.000 euros por el trayecto más largo. Si desean llegar más rápido, en las que ya se conocen como pateras-taxi, deben abonar 3.000 euros más.
El objetivo de los inmigrantes, la mayoría argelinos, no es el archipiélago. Pretenden llegar hasta Francia tras hacer la primera escala en las Islas Baleares. Al estar suspendidos los acuerdos de devolución entre España y Argelia, una vez son puestos en libertad, incluso con una orden de expulsión los inmigrantes cogen un ferry a la península para después dirigirse hasta el país galo, donde suelen tener familia.
El aumento de la llegada de menores es el principal problema que afronta esta región. En lo que va de año, han llegado a Baleares unos 200 menores de edad no acompañados. Una cifra que supera a los 178 que llegaron en 2023 y los 119 de 2022. En total, han llegado a las islas 600 jóvenes en los los últimos cinco años, lo que ha provocado que los centros de acogida estén incluso más saturados que en Ceuta y Melilla. Según advierten fuentes regionales, la ocupación está por encima del 580%.
