Juan Luis Cebrián: «El PSOE no es un partido, es una secta y amenaza con ser una mafia»
El periodista ha presentado su nuevo libro en Madrid junto a Félix de Azúa, Ricardo Cayuela y Cayetana Álvarez de Toledo
Este lunes, la librería Antonio Machado, en pleno centro de Madrid, ha acogido la presentación de El efecto Sánchez, el último libro de Juan Luis Cebrián. En este nuevo trabajo, una recopilación de artículos de opinión editados por Ricardo Cayuela, el expresidente del grupo Prisa explora las maneras en que la política y la sociedad españolas se han visto profundamente transformadas desde la llegada a la Moncloa de Pedro Sánchez Castejón. El acto de presentación ha contado además con intervenciones de la portavoz adjunta del Partido Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, y el escritor y miembro de la Real Academia Félix de Azúa.
En este trabajo, Cebrián desglosa lo que han supuesto seis años de sanchismo para la democracia española, y su conclusión gira en torno a dos conceptos fundamentales para entender esta etapa de nuestra historia política: el identitarismo y el cainismo. Según el periodista y líder mediático, el PSOE comenzó a adoptar esta clase de políticas en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, cuya ley de memoria histórica ha criticado duramente. «Pretenden contar una historia falsa sobre la Guerra Civil, que fue ante todo eso, civil», recordando a continuación cómo esta ley consiguió dinamitar el espíritu de reconciliación que pudo alcanzarse entre ambos lados del conflicto durante la Transición.
Tremendamente crítico con el partido del que una vez fue votante, Cebrián ha descrito lo que considera un PSOE completamente desvirtuado. «Ya no es un partido, es una secta y va camino de convertirse en mafia», comentaba aludiendo al post publicado el pasado sábado en X (Twitter) por Andrea Fernández, diputada del PSOE por León, en el que comparaba las tácticas de Ferraz con las de la Cosa Nostra.
A continuación, Cebrián concluyó su reflexión sobre el PSOE: «Ya no es socialista, pues nadie en la bancada azul se preocupa de los problemas de los españoles. Ya no es obrero; no veo cómo personajes como Koldo o Tito Berni pueden ser obreros. Y ya no es español, sino que se adscribe al nacionalismo identitario de turno». Así, el veterano periodista ha sentenciado intelectualmente a la formación política más importante de la historia reciente de España por haberse entregado a una serie de políticas que considera incompatibles con el desarrollo próspero de nuestro país y de su sociedad.
Antes de la intervención de Cebrián, y tras una breve presentación de Ricardo Cayuela, editor del trabajo y colaborador también de THE OBJECTIVE, el acto ha contado con sendas intervenciones de Félix de Azúa, escritor y miembro de la RAE, y Cayetana Álvarez de Toledo, periodista, historiadora y portavoz adjunta del grupo parlamentario del PP. El primero ha querido remarcar cómo El efecto Sánchez es «una estupenda crónica de una decepción», aludiendo al gradual desencanto que ha padecido Juan Luis Cebrián con el PSOE a medida que, según considera, Pedro Sánchez ha ido desvirtuando paulatinamente las instituciones democráticas de nuestro país en la medida en que lo ha visto necesario para perpetuarse en el poder. «Un régimen democrático que se ha ido convirtiendo poco a poco no se sabe bien en qué, una dictadura, una satrapía o un putiferio», añadía el académico, haciendo hincapié en el hecho de que Cebrián «ya en 2019 empezó a darse cuenta de que aquel que parecía un dependiente de El Corte Inglés [Pedro Sánchez] era en realidad un psicópata».
Por su parte, la diputada popular ha recordado con humor las vastas diferencias que la separaban intelectualmente de Juan Luis Cebrián durante sus primeros años en el PP, mencionando artículos del exdirector de El País en los que el veterano periodista llegaba a comparar a Rajoy con Franco, o a alabar los gobiernos identitarios de Cataluña y País Vasco. Todo cambió cuando ella retornó al periodismo y, según ha relatado, en 2017 rompió una de las reglas no escritas de El Mundo para solicitarle una entrevista al antiguo director de El País. A pesar de verlo entonces como a una especie de «Darth Vader de la industria mediática», tras la conversación que mantuvieron, Álvarez de Toledo se percató de que lo que le acercaba a Cebrián era mucho más de lo que los separaba. «Dijo que Rajoy debía aplicar el 155 y meter a los insurrectos en prisión», recordaba la portavoz popular, lo que a su juicio, y teniendo en cuenta su punto de partida ideológico, le parecieron las palabras de «un visionario» por haber roto el muro que mantenía a la izquierda del mismo lado del nacionalismo.
Desde ese momento, sus posturas ideológicas se fueron aproximando a medida que Sánchez fue realizando movimientos que acercaron el PSOE a las políticas nacionalistas, así como a todas las nuevas políticas identitarias que la parte más radical de la izquierda introdujo en nuestro panorama político. Este nexo de unión, materializado en la idea de que las políticas identitarias —catalizadas a través de un internet carente de regulación, añadía Cebrián— son la mayor amenaza para los regímenes democráticos occidentales, ha sido suficiente para que ambas figuras hagan frente común a pesar de sus diferencias ideológicas. A continuación, ha calificado a Pedro Sánchez como «el burro de Troya de la democracia española», y ha querido remarcar la importancia de centrarse en «el suelo común» que une a todos los españoles independientemente de su ideología y que Sánchez está intentando socavar.
Como reflexión final, la portavoz popular ha señalado que «igual que Felipe González rompió con el marxismo, el nuevo dirigente del PSOE deberá romper con el guerracivilismo y los nacionalismos», subrayando la necesidad de una profunda reforma ontológica en la política española.
Para cerrar el acto, Cebrián tomó la palabra una vez más y compartió una serie de reflexiones: respecto a la libertad de prensa, recientemente cuestionada desde las instituciones, ha añadido que «la libertad de expresión es un derecho de los ciudadanos. Cualquier periodista se debe a sus lectores, por encima de todo». Respecto a Pedro Sánchez, ha remarcado cómo sus 20 asesores «son todos asesores políticos, ninguno es asesor de gestión», como manera de ilustrar su ausente compromiso con la ciudadanía. Por último, ha querido concluir con una reflexión sobre los hermanos Machado: «uno murió en el exilio mientras el otro se convertía en referente intelectual del franquismo; y sin embargo, se quisieron hasta el final». Una idea que pretende reivindicar el espíritu conciliador de la Transición; ese mismo que, según opina Cebrián, algunos quieren dinamitar desde el poder.