El grito de auxilio de Alfafar, aislado y sin ayuda tras la DANA: «Cogemos agua de las tuberías»
A diez kilómetros de Valencia, este pueblo quedó totalmente incomunicado a causa del temporal
Setenta y dos horas después del temporal provocado por la DANA, la ayuda sigue sin llegar a muchos pueblos de la Comunidad Valenciana, donde la cifra de muertos ya ha superado las 150 personas. La situación está llegando al límite en distintas localidades. Los vecinos siguen sin agua potable ni luz y la comida empieza a agotarse. Es lo que está ocurriendo en Alfafar. Situada a apenas 10 kilómetros de Valencia, esta localidad se ha quedado totalmente incomunicada a causa de los destrozos provocados por las riadas en las vías de acceso. Es otro de los epicentros de la tragedia.
«Por favor, difundidlo, estamos mogollón de gente sin agua y sin luz en mi pueblo. La gente está andando hacia Valencia para poder conseguir comida. Somos riadas de personas llenas de barro hacia allí, aquí no hay nada, que alguien lo difunda, no hemos recibido ayuda», relata una joven de Alfafar, al borde del llanto. La falta de suministros ha provocado que los vecinos estén acudiendo a las tuberías para coger agua, según puede advertirse en la imagen que ilustra este texto; y que otros tantos se echen a las carreteras para poder conseguir alimentos. «Estamos desesperados, no sabemos qué hacer», señalan desde esta localidad de 20.000 habitantes anegada por el barro.
Al día siguiente de la tragedia, otra vecina de este municipio valenciano ya alertó del abandono que estaban padeciendo por parte de las autoridades. «No tenemos luz, no tenemos agua y encima no tenemos ayuda. ¿Ves a alguien? Ni la UME, ni la Policía, aquí nos han dejado tirados como perros», criticaba Cristina. Esta valenciana imploraba ayuda para restablecer los suministros. «Necesitamos que alguien nos traiga comida, por favor, que haya luz, gas… Todo está lleno de barro, con coches agolpados y están todas las vías cortadas», denunciaba. Hoy, el escenario sigue siendo el mismo.
«No hay nadie al mando»
«No hay nadie al mando, ni se le espera», revelaban fuentes municipales este jueves a este periódico. Horas más tarde lo confirmaba el propio alcalde, Juan Ramón Adsuara. Los vecinos se están organizando para sobrevivir. En sentido literal. «No hay bomberos ni emergencias ni nadie. No hemos visto un cambio de bomberos en días, ni a la UME, ni la Guardia Civil y hay gente que está conviviendo con sus cadáveres en casa. Hago un llamamiento a todas las administraciones», señaló el jueves el primer edil, ante las cámaras de un informativo autonómico. Por si fuera poco, la cobertura en este municipio es escasa y apenas pueden contactar con las instituciones para pedir auxilio.
«Necesitamos alimentación infantil»
Desde el pasado miércoles, efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), junto con el Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, trabajan para abrir un paso por vía terrestre al municipio, tras haber quedado los accesos totalmente cortados por la acumulación de coches y toneladas de barro. El Ayuntamiento de Alfafar informó el jueves del restablecimiento parcial del agua en el municipio. «Este agua es potable para el consumo, según informa la empresa suministradora», explicaban. Sobre los servicios de emergencias, hay Policía Local y una patrulla de la Policía Nacional. «Hay saqueos y estamos en una situación límite», advierte Adsuara.
Ante la falta de asistencia médica, el Consistorio también ha creado un grupo de sanitarios para realizar pequeñas curas a las personas que lo necesitan con material disponible. «Se solicitan médicos, enfermeros o personas con experiencia médica que acudan a la comisaría de policía», reclamaba el Ayuntamiento hace unas horas. En cualquier caso, la falta de alimentos, así como de otros productos de necesidad, siguen siendo el principal desafío para el municipio. «Desde el Alfafar pedimos alimentos no perecederos (urgente); alimentación infantil (urgente); pañales (urgente); agua potable y mineral; cubos, palas y cepillos; grupos electrógenos…», indicaban en otro comunicado.
Viviendo en un Ikea
Ante las marchas que han iniciado numerosos vecinos en busca de alimentos, el Ayuntamiento ha pedido a los ciudadanos que no se desplacen, ya que las carreteras se tienen que dejar libres para los servicios de emergencia. Fuentes municipales revelan a este periódico que la situación es caótica porque la presencia tanto de vecinos como de voluntarios que llegan desde otros lugares para prestar ayuda está colapsando la entrada a Alfafar y dificultando el trabajo a las autoridades policiales y los servicios sanitarios. «No hay nadie al mando ni se le espera, nadie está coordinando las emergencias. Por favor, los voluntarios no pueden venir en masa aquí, porque todas las entradas están saturadas», insisten.
El temporal azotó de forma tan agresiva a este municipio que la tienda de Ikea se está empleando como refugio para cientos de personas debido a que en estas instalaciones hay acceso, por ahora, a comida, luz, mantas y un lugar para dormir. La Guardia Civil se encargó de trasladar a afectados de la zona a las instalaciones, en las que hay suministro eléctrico gracias a su propio generador. Muchos de ellos, no obstante, ya han podido desplazarse hacia sus hogares, aunque la falta de suministros sigue siendo preocupante. Decenas de municipios afectados por la DANA continúan sin agua potable y unas 75.000 personas no tienen todavía suministro eléctrico.
«No me siento atendida tras la DANA»
En Picanya, donde el temporal ha dejado imágenes espeluznantes con calles colapsadas por el amontonamiento de vehículos y las lluvias torrenciales se han llevado incluso puentes por delante, los vecinos han denunciado también la falta de ayuda en algunas zonas del municipio. Es el caso de Vistabella. Señalan que aunque las autoridades locales están lanzando mensajes por las redes sociales con medidas y asistencia para los vecinos, la situación es crítica en el citado barrio.
«Aunque el Ayuntamiento cuelgue mucho post en Instagram, la limpieza del fango es somera. Llevamos día y medio sin agua mientras el resto del pueblo sí tiene. Coches amontonados en el polígono que no podemos sacar. Gente con todos los muebles de sus casos estampados en la puerta. Como ciudadana, atendida no me siento», denunciaba una vecina.