Ribera aprobó en 2011 la obra que pudo frenar la riada, pero luego como ministra no la ejecutó
Tras seis años al frente de Transición Ecológica no ha materializado el proyecto, que ahora volverá a ser reformulado
Teresa Ribera dio el visto bueno en diciembre de 2011, cuando ocupaba el cargo de secretaria de Estado de Cambio Climático, a la declaración de impacto ambiental favorable de las actuaciones para conectar el Barranco del Poyo con el nuevo cauce del río Turia. La ejecución de la obra hubiera frenado, muy probablemente, las riadas del 29 de octubre que ya han provocado 222 fallecidos. Sin embargo, 13 años después, el proyecto sigue sin ponerse en marcha y, previsiblemente, sea modificado radicalmente.
Ribera firmó la resolución ambiental pocos días antes de dejar su cargo de secretaria de Estado. Lo hizo tras los constantes avisos de inundaciones y un historial documentado de un centenar de riadas en la zona. El Ejecutivo de Mariano Rajoy, que tuvo que capear con la segunda parte de la crisis económica, dejó en el cajón el proyecto. La prioridad en ese momento no eran ese tipo de inversiones que ahora hubieran salvado vidas. Tampoco Teresa Ribera, que lleva más de seis años al frente de Transición Ecológica, ha sido capaz de sacar adelante su propio plan.
La ministra Ribera es responsable de las confederaciones hidrográficas y de la Secretaría de Estado de Aguas, organismos que deberían haber emprendido una obra cuyo coste fue estimado en un primer momento en 211 millones de euros. La vicepresidenta tercera podría dejar su cargo en las próximas semanas para convertirse en comisaria europea y la iniciativa seguirá sin ejecutarse. Este martes Ribera se enfrenta a las audiencias previas en el Parlamento Europeo antes de la votación final en Estrasburgo el día 27 de noviembre para su nombramiento como comisaria.
Ribera ante la crisis
La vicepresidenta tercera ha estado prácticamente desaparecida durante la crisis generada por las inundaciones. El mismo día de la catástrofe se encontraba en Bruselas y su número dos estaba en Colombia. Ribera es la responsable de las obras hidráulicas que gestiona la Confederación del Júcar, pero se ha desmarcado de los grupos de trabajo que afrontan la crisis. La Confederación ha empezado a impulsar ahora, dos semanas después de la tragedia, algunos de los mantenimientos de ríos pendientes. La falta de limpieza de estos ríos fue una de las causas que desencadenaron los desbordamientos.
En 2009, la Confederación del Júcar alertó del riesgo de inundación de los municipios aledaños al Barranco del Poyo. El aviso del organismo dio pie a la resolución que firmó dos años después la entonces secretaria de Estado. El Plan de Adecuación Ambiental y Drenaje de la Cuenca del Poyo Vertiente a la Albufera, al que ha accedido THE OBJECTIVE, advertía del riesgo de grandes riadas en 11 municipios de forma directa y en 32 de manera indirecta.
En el punto de mira estaban Alaquás, Aldaia, Buñol, Chiva, Loriguilla, Paiporta, Picanya, Quart de Poblet, Ribarroja del Turia, Torrent y Valencia. Muchas de estas localidades fueron arrasadas por el agua a finales de octubre. El texto destacaba que la cuenca que conforma los barrancos de Pozalet, Poyo y Saleta tienen unas características morfológicas «con un desnivel superior a los 1.000 metros en 50 kilómetros de cauce». A esto, señalaba, hay que sumar el fenómeno característico de las cuencas mediterráneas con precipitaciones de elevada intensidad. Los fondos para realizar las actuaciones procederían de la Dirección General del Agua. El macroproyecto pretendía blindar la zona ante las catástrofes durante 500 años.
Proyecto paralizado
Pese a que una parte importante del proyecto, cuyo impacto ambiental fue autorizado por Ribera, había sido incluida en el actual plan de la Confederación Hidrográfica del Júcar 2022-2027, todo apunta a que tampoco ahora saldrá adelante tal y como se diseñó. El Plan de Gestión del Riesgo de Inundaciones del Júcar, según ha constatado THE OBJECTIVE, contempla acometer las actuaciones necesarias en los barrancos del Poyo y Pozalet. El objetivo, según recoge, es dar una solución global al problema de inundaciones en la zona.
Dentro del proyecto está previsto crear una Infraestructura Verde de conexión del Barranco del Poyo con el nuevo cauce del río Turia. Sin embargo, ahora la Confederación del Júcar lo descarta. Según han destacado fuentes del organismo a Valencia Plaza, el proyecto de Vía verde de conexión del barranco del Poyo con el nuevo cauce del río Turia «está paralizado». La justificación es que resulta incompatible con la ley de protección de la huerta, aprobada por el Consell de Ximo Puig en 2018.
Sin embargo, la norma de Puig no es la única razón para el bloqueo. Señalan desde la Confederación que «en una situación como la que hemos vivido, hubiera sido muy arriesgado llevar el agua del barranco del Poyo al río Turia, porque el nuevo cauce ya llevaba unos caudales muy importantes, casi al máximo de su capacidad». «Ante esta situación, desde la Confederación optamos por una alternativa dirigida a mejorar la capacidad de desagüe del barranco del Poyo aguas debajo de la A-3», indican al diario digital valenciano.