Un exsenador valenciano del PSOE lidera una empresa salpicada por las mordidas a Ábalos
Lantania, una de las compañías señaladas por Aldama, cuenta como presidente y accionista a Felipe Guardiola Sellés
Un expolítico valenciano vinculado al PSOE lidera una de las empresas que se ha visto salpicada por las acusaciones vertidas por el comisionista Víctor de Aldama en el Tribunal Supremo sobre el cobro de mordidas -unos cuatro millones de euros- por parte del exministro de Transportes, José Luis Ábalos, por adjudicaciones para obras civiles. Un dinero irregular que, a su juicio, también llegó en parte a financiar el partido en el Gobierno.
La firma en cuestión es Lantania, un conglomerado de sociedades especializado en infraestructuras, energía y agua liderado por Felipe Guillermo Guardiola Sellés, que ocupa la presidencia. Este es un histórico socialista de la Comunidad Valenciana, tierra de origen precisamente de Ábalos. Según la Fundación Pablo Iglesias, es abogado de carrera y, entre otros cargos, fue elegido diputado del PSOE por Castellón en 1979 y en octubre de 1982. Un año después dejó el puesto y se incorporó a la política en su región. Participó en la elaboración del Estatuto de Autonomía y fue vicepresidente de la Generalitat. Además, fue diputado en las Cortes de Valencianas hasta 1991, cuando pasó a ser senador. En 1995 dejó la política activa.
Fuentes de la compañía niegan a THE OBJECTIVE cualquier tipo de pago para llevarse adjudicaciones públicas y destacan que durante la época en la que Ábalos estuvo en Transportes, Lantania solo logró un contrato valorado en 8 millones de euros de los ochenta procesos a los que se presentaron. Estos estaban valorados en 1.900 millones, por lo que la tasa de éxito fue, por tanto, del 0,66%.
Con ello, la firma pretende desvincularse de la trama de corrupción y de cualquier lazo entre su presidente de afiliación socialista y la obtención de las adjudicaciones. Asimismo, las fuentes de la empresa indican que se están revisando todos los procesos y están estudiando acciones legales contra Aldama, que además les debe dinero por las obras de demolición de uno de sus inmuebles, un antiguo taller de automóviles situado en las inmediaciones de la calle Arturo Soria de Madrid.
Lantania se creó justo tres meses después de que Pedro Sánchez se hiciera con el poder y llegara a La Moncloa. El grupo nació como resultado de la adquisición de las unidades de negocio de construcción, agua y energía de Isolux Corsán capitaneada por parte de un equipo de directivos de la compañía, después de que fuera declarada en concurso de acreedores en julio de 2017. Desde un principio contó como socio minoritario con el histórico político del PSOE y no fue hasta 2020 cuando accedió a la presidencia no ejecutiva, momento en el cual el conglomerado empresarial constituyó su consejo de administración.
Entonces entraron en el órgano rector Máximo Buch, en representación de Stator Managment y Federico Ávila, como consejero delegado y primer ejecutivo. La composición de este consejo reflejaba la estructura accionarial, en la que los directivos tienen la mayoría del capital y el resto está en manos de socios fundadores. Guardiola dispone un 3% de las acciones, según las cuentas de 2023, recabadas en Insight View, mientras que la gestora valenciana, un 6%. Se da la circunstancia de que Stator tiene abierto en la actualidad una investigación judicial por el caso Gedesco y que Buch, a diferencia de Guardiola, fue exconseller de la Comunidad Valenciana con el PP.
Aldama, además de a Lantania, señaló a otra serie de empresas por el pago de comisiones para ganar contrataciones públicas, entre las que se encontraban Levantina, HCH, Azvi, OPR y Áridos. Algunas lo hicieron directamente, aunque su labor era recaudar el dinero y ejercer de enlace. El actual ministro de Transportes, Óscar Puente, y un informe de Adif han desmentido las acusaciones.
Koldo García, exasesor de Ábalos, también salió el martes en defensa de su antiguo jefe durante su comparecencia en el Supremo. Negó que el exministro recibiera comisiones, como aseguró Aldama. En su intervención, explicó que el documento sobre las supuestas irregularidades que aportó el líder de la trama está incluido en los Presupuestos y que no reconoce como propias las notas manuscritas que el comisionista entregó este lunes. De igual manera, desmintió haber entregado dinero al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y no quiso pronunciarse sobre el Delcygate.