Koldo admitió en el Supremo que 'enchufó' a Jésica, la amante de Ábalos, en Ineco

Las grabaciones de las declaraciones judiciales de Koldo García en el Tribunal Supremo, a las que ha tenido acceso THE OBJECTIVE, muestran cómo el exasesor de José Luis Ábalos negó haber cobrado comisiones y rechazó las pruebas presentadas por Víctor de Aldama, incluyendo unas notas manuscritas que aseguró no reconocer como propias. En su testimonio, García afirmó que el documento sobre las supuestas mordidas formaba parte de los Presupuestos Generales y desmintió haber entregado dinero al secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán. Entre otras cosas, García relató al juez cómo ‘enchufó’ a Jésica Rodríguez, la supuesta amante del exministro de Transportes, en la empresa pública Ineco. Asimismo, evitó pronunciarse sobre su papel en el ‘Delcygate’.

En su declaración previa en la Audiencia Nacional, Aldama afirmó que había entregado 650.000 euros en varios pagos: 250.000 euros a Ábalos en concepto de comisiones por mascarillas y otros 250.000 a Koldo García, principalmente por su mediación en la compra de cubrebocas. El empresario también vinculó parte de los pagos a la adjudicación de contratos públicos a empresas de su órbita.

García aseguró desconocer el listado de constructoras mencionado por Aldama. Este hecho fue respaldado por el actual ministro de Transportes, Óscar Puente, quien afirmó que 18 de las 37 obras denunciadas no han sido licitadas, y que solo seis se adjudicaron durante la etapa de Ábalos.

Sin embargo, las grabaciones también ponen en evidencia las dificultades de García para justificar su notable aumento patrimonial, cifrado por los investigadores en 1,5 millones de euros entre 2020 y 2022. Durante el registro de su domicilio, la Guardia Civil halló 37.000 euros en efectivo que García justificó como una «tradición familiar». Además, explicó que los ingresos recibidos de su hermano, también imputado, eran habituales préstamos familiares.

Relación entre Ábalos, García y Aldama

El pasado jueves, Ábalos afirmó en el Supremo que su relación con Aldama se limitó al trato gestionado a través de Koldo García, quien mantenía una relación «muy estrecha» con el empresario. Según el exministro, delegó en García la búsqueda de empresas para adquirir mascarillas y otros asuntos, aunque reconoció que su asesor «se extralimitó» en sus funciones.

García negó cualquier vinculación con la controvertida adjudicación a Soluciones de Gestión, pero admitió que revisaba ofertas y las remitía al subsecretario de Estado y a los técnicos. Aldama también señaló que entregó 15.000 euros a García para Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, y 25.000 euros para Carlos Moreno, jefe de Gabinete de la ministra María Jesús Montero. García negó haber realizado estos pagos, aunque reconoció conocer a Moreno y que pudo haberse reunido con él en alguna ocasión.

Además, Aldama también aseguró que la pareja de Ábalos recibió beneficios económicos, como el pago de su carrera de Odontología y el alquiler de un ático de lujo en Madrid. García afirmó que los gastos los asumió Luis Alberto Escolano, un socio de Aldama, porque el piso era propiedad de su empresa.

La polémica del chalé en Cádiz

Otro tema controvertido fue la supuesta compra de un chalé en la costa gaditana para Ábalos. García declaró que solo buscó una vivienda para alquiler vacacional y que cualquier mención a la compra era más un deseo que una intención real del exministro. Sin embargo, la investigación de la Guardia Civil sugiere que la operación fue más allá, implicando a Aldama y sus colaboradores en la gestión del inmueble.

En su comparecencia, García también criticó el trato recibido durante su detención en febrero, asegurando que fue registrado a punta de pistola pese a sus años de colaboración como confidente en la lucha contra ETA. Estas grabaciones corroboran las declaraciones previas y arrojan luz sobre los testimonios y contradicciones en torno al ‘caso Koldo’. Unidas a la gran cantidad de pruebas documentales ya existentes en el ámbito de esta trama, las declaraciones refuerzan las sospechas de corrupción que pesan sobre los implicados, subrayando el alcance y la gravedad de la trama.