Pastillas de MDMA ocultas en botes de chicles y chuches para venderlas a Venezuela y EEUU
La Policía desarticula una red española dedicada al tráfico de drogas. Hay diez detenidos y 24.000 pastillas incautadas
Los botes de chicles en los que introducían las drogas de diseño. | TO
Pastillas de MDMA ocultas en paquetes de chicles, golosinas, galletas e incluso cereales. Era el método que utilizaba una organización criminal, asentada en Madrid, para exportar la droga al extranjero por mensajería aérea. La Policía ha desarticulado esta red con la detención de 10 personas y la incautación de más de 24.000 pastillas de la citada sustancia, además de otras como tusi o cocaína rosa, ketamina y marihuana. Los detenidos, que utilizaban sus propios domicilios para la confección de los estupefacientes, hacían envíos a Argentina, Venezuela y EEUU, según explican fuentes de la investigación a THE OBJECTIVE.
La operación se inició en mayo del año pasado después de que los agentes recibieran diversas informaciones del ‘modus operandi’ que empleaba la organización. Posteriormente, los investigadores descubrieron que los detenidos adquirían la materia prima en Holanda y una vez la recibían, elaboraban las pastillas con distinta maquinaria en sus pisos, ubicados en los barrios de Puente de Vallecas y Villaverde. El hallazgo más llamativo, sin embargo, fue que para llevar a cabo su envío y comercialización escondían la droga en el interior de los envases originales de diferentes productos.
Los miembros de esta red lograban dejar todos los paquetes perfectamente sellados. En el caso de los chicles, quitaban la anilla de seguridad, calentaban el bote para dilatar los plásticos, lo abrían, vaciaban y después metían en el interior las pastillas. Posteriormente, volvían a cerrarla mediante la técnica temosellado, al igual que hacían con los paquetes de chucherías, galletas y cereales. Al estar perfectamente precintados pasaban totalmente desapercibidos. La Policía detectó hasta cuatro envíos al extranjero con la droga oculta de este modo, para lo que utilizaban identidades ficticias. Y todas ellos siempre eran enviados a una misma persona.
Falsos ryders
El coste económico de la incautación de la droga asciende a más de 600.000 euros, lo que hace pensar a los investigadores que la red tenía cierta importancia en la confección y distribución de esta droga desde España. Aunque, según señalan fuentes de la investigación, la organización estaba especializaba a la exportación a Latinoamérica y EE.UU, una ruta habitual en las drogas de diseño, también se dedicaba al menudeo en Madrid. «No fabricaban en grandes cantidades, sino para ciertos eventos lo hacían a demanda», señala el jefe de la investigación, el inspector jefe de Crimen Organizado de la Jefatura de Madrid, Francisco González.
Para esta actividad, los detenidos aparentaban ser ryders para entregar la droga a domicilio sin levantar ningún tipo de sospecha. Durante la investigación, los agentes realizaron hasta tres registros en los que no solo de confiscaron pastillas y grados de droga, también armas de fuego, munición, dinero, teléfonos, dos motocicletas, un reloj de alta gama así como numerosa documentación con anotaciones de la actividad ilícita.
Además, contaban con una máquina «entabletadora» y otros útiles para la preparación, manipulación y envasado de las pastillas. Por todo ello, los agentes procedieron a la detención de 10 personas, ocho hombres y dos mujeres, como presuntos responsables de los delitos de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública. Tras pasar a disposición judicial, el juez decretó el ingreso en prisión provisional para ocho de ellos. El cabecilla de la red tenía ya antecedentes por tráfico de drogas, señalan fuentes policiales.
